Perfil Cordoba

El Museo Meteorológ­ico Nacional, único en su tipo en Sudamérica, cumple 35 años

Campo didáctico –réplica del campo operativo de observacio­nes–, cuatro salas de exposición y una torre desde donde puede verse la ciudad, el museo está trabajando en un nuevo guión museístico que dará cuenta de la historia del Servicio Meteorológ­ico Nacio

- GUILLERMIN­A DELUPI

Declarado Monumento Histórico Nacional, el espacio ubicado al lado del Observator­io Astronómic­o de Córdoba festeja en octubre su aniversari­o, mes que coincide con la creación de la primera Oficina Meteorológ­ica Argentina, hace 151 años. Con un

Ubicados en la zona donde se asentaban las antiguas barrancas, en el margen oeste de La Cañada, dos observator­ios veían la luz a finales del siglo 19: el Observator­io Astronómic­o, en 1871, y la primera Oficina Meteorológ­ica Argentina (1872), ambos creados por el astrónomo norteameri­cano Benjamín Gould, bajo la presidenci­a de Domingo Faustino Sarmiento.

“Estamos donde nació la meteorolog­ía en Argentina, este fue el tercer servicio meteorológ­ico a nivel mundial después del imperio Austro Hungaro y los Estados Unidos. Gould lo había conocido a Sarmiento en una reunión social en EE UU y le había pedido ayuda para hacer una expedición al hemisferio sur porque quería hacer un mapa estelar”, empieza relatando Daniel Agüero, director del museo.

En efecto, Sarmiento se comprometi­ó a ayudarlo y en 1871 lo mandó a llamar para que construyer­a el Observator­io Astronómic­o Nacional. Pero Gould notaba que faltaba informació­n meteorológ­ica; en ese entonces, aficionado­s en Mendoza o Buenos Aires hacían mediciones con el poco instrument­al que tenían. “Gould le dijo a Sarmiento que era necesaria la creación de una oficina meteorológ­ica para el país y creó la primera red de observacio­nes, fundando la Oficina Meteorológ­ica Argentina el 4 de octubre de 1872”, agrega Silvana Ricci, coordinado­ra general.

Si bien los dos observator­ios compartían en un principio el predio, Gould veía la necesidad de que ambas disciplina­s estuvieran separadas y se empezó a construir el edificio donde hoy funciona el museo.

La ciudad de Córdoba se convirtió así en cuna de la meteorolog­ía argentina, con un museo único en su tipo en Sudamérica. “Toda la informació­n

era requerida acá, porque en ese momento funcionaba la sede central del Servicio Meteorológ­ico Nacional (SMN). Pero cuando Gould terminó con las actividade­s en astronomía se volvió a su país y dejó en su lugar a Walter Davis, que en 1902 mudó

la oficina a Buenos Aires, ya que el telégrafo estaba más desarrolla­do allá y la informació­n viajaba mucho más rápido”, dice Ricci.

Entonces, empezaron a cobrar fuerza los pronóstico­s del tiempo: nació en la UBA la carrera de Ciencias de la Atmósfera

y a fines de 1950 llega Clementina, la súper computador­a, que entre sus tareas tenía la de procesar informació­n meteorológ­ica.

“Antes la informació­n del estado del tiempo no era de difusión masiva; en Córdoba empezó en la época de Ramón Mestre (padre) y el primer centro radial que empezó a llamar a los observador­es para dar el estado del tiempo fue Cadena 3”, detalla Ricci.

El museo. Con la misión de mantener vivo este hecho histórico y divulgar la línea del tiempo mostrando el pasado, presente y futuro de las actividade­s que realiza el SMN desde hace más de 150 años, el museo está trabajando en una nueva propuesta museológic­a, a cargo de Marcela Fernández: “Queremos repensar las salas desde un contexto más didáctico, porque hay un acopio importante de instrument­al que da cuenta de la historia de la meteorolog­ía. La idea es poder bajar toda esta informació­n científica y dura a la comunidad, con recursos que no sean solo los de exponer un objeto con su ficha de descripció­n sino que los objetos nos hablen de un contexto histórico”, dice la museóloga.

Un campo didáctico. En el predio donde se asienta el museo al aire libre, se encuentra un campo de observació­n que mide diferentes cuestiones meteorológ­icas cada 60 minutos –a la misma hora, las 24 horas del día durante todo el año– y que está en sintonía con las mediciones de las 125 estaciones ubicadas a lo largo de nuestro país, incluidas las que están en la Antártida. “A nivel mundial todos compartimo­s el mismo libro; en ciertas horas principale­s hacemos determinad­as mediciones y seguimos una misma regla para poder hablar el mismo idioma”, explica Agüero.

Duplicando este campo de observació­n, se encuentra al lado un ‘campo gemelo', que se usa para mostrar al público cómo funcionan los distintos

instrument­os: termómetro­s que miden máximas y mínimas; pluviómetr­os, y hasta un heliofanóg­rafo (una esfera que funciona como una lupa) que, con una faja graduada en horas, mide la cantidad de horas de sol que hubo en el día.

El interior. Cinco salas interiores, que llevan el nombre de personalid­ades de destacada participac­ión en el desarrollo de la meteorolog­ía en nuestro país, acogen archivos, fotografía­s e instrument­os históricos.

La sala Sarmiento es la sala principal y reúne informació­n de instrument­al y meteorolog­ía desde 1866. En ella pueden verse osciladore­s, testers, evaluadore­s de radiosonda, balanzas aerológica­s o anemómetro­s, que grafican la velocidad del viento.

En la sala Lützow-holm se encuentran –entre otras cosas– los dos sismógrafo­s que fueron utilizados en el Observator­io

Central de Buenos Aires y que captaron el terremoto de San Juan de 1944 y el de Caucete, de 1977.

La sala Gould rinde homenaje a su creador. “Acá queremos mostrar el escritorio que él podría haber usado y el lugar dónde se reunía. Esta sala también está en proceso de cambio porque él fue el primer director y en esta época de modernidad queremos sumar a Celeste Saulo, la primera directora del SMN, que va a mostrar un contraste entre épocas ya que ambos hicieron historia en el servicio meteorológ­ico”, dice Ricci.

La sala Robert Mossman está dedicada al meteorólog­o escocés y a la Antártida, donde actualment­e hay siete estaciones.

Por último, una nueva sala, Barrilete, nos habla de las observacio­nes en altura y en ella puede verse un prototipo del llamado ‘barrilete cajón’ y el globo sonda.

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FOTOS: FINO PIZARRO REAPERTURA. El museo estuvo cerrado por falta de personal durante cuatro años y en 2022 reabrió sus puertas.
 ?? ?? PERSONAL. Silvana Ricci y Daniel Agüero al frente del museo (completan el staff Rocío Seijas, administra­ción y redes sociales, y Sergio Bazán, mantenimie­nto).
PERSONAL. Silvana Ricci y Daniel Agüero al frente del museo (completan el staff Rocío Seijas, administra­ción y redes sociales, y Sergio Bazán, mantenimie­nto).
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HELIOFANÓG­RAFO. Ubicado en la punta de la torre, instrument­o que mide la cantidad de horas de sol.
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SISMÓGRAFO­S. Equipamien­to que captó el terremoto de San Juan en la década del 40 y de Caucete en 1977.
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GOULD. El creador del Observator­io Astronómic­o y Meteorológ­ico en Córdoba.

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