Daniel Primo: “Éste será mi último proceso como formador de futbolistas”
“Hace dos semanas que ya estoy en funciones, conociendo al club y haciendo un diagnóstico de la infraestructura y de los recursos con los que contamos para hacer nuestro trabajo”, señala Daniel Primo, flamante coordinador general de las divisiones inferiores de Instituto.
A decir verdad, se trata de un reencuentro, ya que el entrenador oriundo de Porteña tuvo un paso por ‘la Gloria’ tres décadas atrás, cuando empezaba a destacarse como volante central en Sportivo Belgrano de San Francisco. “¡Es cierto! ¡Mirá cómo la vida nos choca y nos pone otra vez en el mismo camino!”, exclama ante la observación. “Estuve casi un mes entrenando con (Salvador) Ragusa como técnico, pero mi situación no terminaba de definirse. En eso me llama José Trignani, que estaba en Belgrano, para decirme que fuera para allá, que no hacía falta ninguna prueba. Sucedió en 1991 y marcó el inicio de mi carrera como futbolista profesional”, acota.
“Recuerdo que me cambiaba al lado de Federico Bessone”, refiere sobre aquella lejana y breve experiencia en Instituto, y la acotación no es casual. Bessone fue compañero en Belgrano en su segunda etapa como jugador celeste y también en su experiencia como coordinador del ‘semillero’ y quien lo convenció de sumarse al actual proyecto del club de Alta Córdoba. “Con Fede hemos construido una relación casi de hermandad. Coincidimos en muchas cosas; no sólo futbolísticas, sino también de la vida”, enfatiza.
“La idea de sumarme a Instituto surgió no hace mucho tiempo. En agosto había vuelto de Chile, donde trabajé durante 30 meses, en parte por una decisión familiar y también porque sentí que se había tocado un techo”, comenta. “Me tocó llegar a Huachipato en medio de la pandemia y, a pesar de las dificultades, logramos cambiar una dinámica de trabajo y jerarquizar el fútbol juvenil del club. El equipo Proyección, que sería nuestra reserva, salió campeón nacional y jugó la Copa Libertadores Sub20”, destaca.
El flamante coordinador general de las divisiones inferiores de ‘la Gloria’, se muestra entusiasmado con su desembarco en la entidad de Alta Córdoba, luego de un paso por Huachipato de Chile. “Desde que me lesioné y dejé de jugar al fútbol, nunca me faltó trabajo.
A largo plazo. “Es un placer ver todo lo que se está haciendo en La Agustina”, sostiene Primo en relación a la modernización del complejo deportivo de Instituto. “Sin infraestructura es imposible el crecimiento y es algo que los clubes cordobeses han entendido en los últimos tiempos. Es un cambio maravilloso y se nota y en esto incluyo a Belgrano, Talleres y Racing, que tienen visiones similares respecto a la formación de futbolistas”, remarca.
“Me siento identificado con la idea de proceso, con esa mirada estratégica de largo
Eso es una bendición, pero no me veo liderando un proceso de 16 años, como lo hice en Belgrano”, sostiene. Recordó su breve experiencia como jugador albirrojo y defendió la figura del expresidente del Club Atlético Belgrano Armando Pérez.
alcance que comparte el presidente (Juan) Cavagliatto y que va más allá de estar de paso en un lugar. Es una tarea muy grande y desgastante, pero considero que estoy preparado”, afirma el coordinador de Instituto. “En esta función, lo que desafía es la construcción. He tenido ofrecimientos para dirigir, pero por mi forma de ser, de pensar y de sentir, siento que puedo aportar más cosas desde la formación”, puntualiza.
—¿Cuáles son los lineamentos de tu proyecto?
—Aportar mi visión y mi experiencia, aplicar una metodología y armar equipos de trabajo. Quiero darle mi impronta a las inferiores de Instituto, pero de ninguna manera esto no es un comienzo, sino una continuidad del buen trabajo que hizo Rubén Del Olmo. El objetivo es tener a muchos jugadores en proceso de formación y que lleguen a la primera del club.
—¿Por cuánto tiempo es tu vínculo?
–La idea es ir viendo cómo nos va y revisarlo año tras año. Lo que sí tengo claro es que éste será mi último proceso formativo. Desde los 28 años, cuando me lesioné y empecé a trabajar en la dirección técnica, no he parado de trabajar y eso es una bendición, pero hoy tengo 53 y no me veo en un proceso tan largo como en Belgrano, donde estuve 16 temporadas.