Dieciséis artistas cordobeses galardonados en el Salón Nacional de Artes Visuales
Organizado por el Palais de Glace, en septiembre pasado quedó inaugurada la exposición del 111° Salón Nacional de Artes Visuales que exhibirá durante el mes de octubre –en tres sedes en
El Centro Cultural Borges, el Centro Cultural Kirchner y el Centro Cultural Paco Urondo son este año las sedes elegidas para mostrar a los galardonados de una nueva edición del Salón de Artes Visuales, certamen que se realiza desde 1911 ininterrumpidamente.
Así, 212 obras con diferentes improntas y narrativas se muestran en esta gran vidriera de las artes visuales de nuestro país.
Compuesto por el Premio Salón Nacional de Artes Visuales, que distingue obras adquisición del conjunto de categorías simultáneo– más de 200 obras de artistas de todo el país. Con curaduría de la historiadora de arte y artista Guillermina Mongan, en la muestra podrán verse las obras de los artistas
(que pasan a integrar la colección del Palacio Nacional de las Artes – Palais de Glace), obras no adquisición de cada disciplina artística y el Premio Nacional a la Trayectoria Artística –otorgado este año a Fernando Allievi–, nuestra provincia fue representada por 28 artistas, de los cuales 1 6 fueron galardonados. En diálogo con locales galardonados. Este año, el salón tuvo un crecimiento federal del 20% que en el caso de Mendoza fue del 80% y la participación cordobesa representó el 40%.
PERFIL CÓRDOBA, la doctora en Historia de las Artes y actual directora del Palais de Glace, Federica Baeza, se mostró muy satisfecha con los números que dejó esta edición. “Tuvimos 3.241 inscripciones en todo el país, un 20% más de la última cifra, pero además, la cifra más alta en los 111 años que lleva este certamen. Y esto se explica enteramente por el crecimiento de las inscripciones en las distintas regiones del país, es decir, un crecimiento federal”.
En efecto, datos del Palais de Glace indican que la región de Cuyo creció un 80%, el NEA un 50% y Córdoba tuvo un crecimiento del 40%.
Esto se debe, según señaló Baeza, a un cambio en el reglamento, que establece entre otras cosas que el 50% de los artistas tienen que ser de otras provincias. “Además organizamos al país en siete regiones y establecimos un jurado de preselección regional. Esto es fundamental porque es el que anima a les artistas de sus regiones, les conocen, hablan de sus obras, conocen los debates, las tradiciones y los puntos de formación”, enfatizó.
Asimismo destacó la importancia del apoyo de las instituciones del país –desde museos hasta centros de formación y espacios autogestionados de artistas– que refleja la recuperación del carácter nacional del Salón. “Cuando empecé la gestión, hace casi cuatro años, las organizaciones que presentaban jurades eran aproximadamente 18 y hoy se han presentado 111”.
Baeza dijo además que históricamente Córdoba, junto a Tucumán y Rosario, han sido muy importantes en el Salón Nacional pero que ahora han aumentado su participación. “De Córdoba se han presenta
do artistas de localidades muy variadas y súper pequeñas, no solo de la capital. Eso también se produjo porque trabajamos mucho en Córdoba, en 2021 y 2022, con el programa ‘Mirada Federal’. Estamos felices porque hemos recibido muchas inscripciones que van desde artistas muy reconocidos como Lucas Di Pascuale hasta artistas emergentes. En cuanto a la producción, hemos encontrado propuestas que muestran la idiosincrasia cordobesa, que hablan de la realidad del territorio y de los problemas ancestrales”.
Por su parte, la curadora y gestora cultural Natalia Albanese, que este año participó como jurado del salón contó a este medio cómo fue el arduo trabajo de selección de las obras.
“Aplicaron más de 3.000 proyectos y quedaron, en una primera etapa de preselección, 945 obras. Nosotros las vimos en un recorrido físico, estuvimos 10 días discutiendo, luego las puntuamos y quedaron las 212 que están en exposición”.
En cuanto a los criterios de selección, Albanese detalló que se conjugaron dos cuestiones: por un lado las que imponen los organizadores y por el otro los criterios que aporta uno como participante del campo de las artes visuales. “Hubo que respetar cupos en relación a las procedencias e identidades, entonces, operativamente, lo que hicimos fue puntuar del 1 al 5 cada obra, con una ficha que tenía toda la información”.
En cuanto a la participación cordobesa, Albanese destacó que los artistas dieron cuenta de una diversidad de lenguajes y de una conceptualización de las obras muy contundente. “Se vieron obras con fuerza y con poética, demostrando que hay otras narrativas posibles, con piezas que remiten al reseteo de la humanidad, a lo ancestral, a lo natural. Córdoba llevó una propuesta distinta, que dio cuenta de otros lenguajes, intereses y preocupaciones, con un nivel de producción sumamente elevado”, finalizó.