Metaverso: el futuro ya llegó al mundo del trabajo
El nuevo espacio virtual, que empieza a considerarse en el mercado laboral, facilita las reuniones diarias, las entrevistas de reclutadores y las capacitaciones profesionales. Cuáles son los beneficios, riesgos y temores que esta novedad trae consigo.
Si bien existen distintos conceptos acerca del término metaverso, todos coinciden en referirlo a un espacio virtual en el cual coexisten diferentes tecnologías que permiten interactuar. En este espacio de tres dimensiones, las personas pueden sociabilizar, jugar, trabajar o colaborar a través de quienes serían sus representantes digitales: los avatares. El metaverso es la yuxtaposición del mundo físico y el mundo virtual. Un espacio mixto, un lugar al que algunos denominan figital.
Como todo desarrollo tecnológico, este nuevo avance trae al mundo laboral un abanico de posibilidades, oportunidades y beneficios, por un lado; y a su vez, una suma de incertidumbres y temores, por otro. ¿En qué ámbitos y tareas comenzó su implementación? ¿Cómo impactará en los puestos de trabajo? ¿Cuáles son los riesgos? ¿Qué países están a la vanguardia y dónde está parada la Argentina? Son algunas de las preguntas que emergen frente a este espacio aún desconocido por muchos.
Casos del metaverso en el mundo laboral. Alejandro Melamed es fundador y CEO de la empresa Humanize Consulting y reconocido conferencista que aborda los cambios en el mundo del trabajo. Lleva una larga carrera estudiando el lado humano de la transformación digital y asegura que el metaverso ya comenzó a ser utilizado por las empresas para realizar reuniones, ejecutar programas de inicio laboral y distintos tipos de capacitaciones. A su vez, sostiene que, como todo desarrollo, es costoso en sus inicios, pero luego se extenderá sin impedimentos.
“Está creciendo lentamente porque las tecnologías tienen un periodo de desarrollo, de implementación y de adopción que dura algunos años. Estamos en los pasos previos a una implementación masiva. Va a llegar un momento en el que el metaverso se democratizará, se desmonetizará y se desmaterializará. Estamos en la etapa previa, similar a cuando salieron los primeros teléfonos celulares, que parecían un ladrillo”, sostiene Melamed.
Marcelo Roitman es managing director de Experis, la marca de ManpowerGroup que se dedica a la identificación y gestión de talento tecnológico. El especialista sostiene que el metaverso, a diferencia de la realidad virtual orientada al usuario, permite interactuar socialmente con el resto de las personas para lograr una experiencia inmersiva y llegar a un espacio de trabajo virtual ideal.
“Hoy existen dos momentos muy fuertes que se ven en el mercado: durante el reclutamiento y en el trabajo propiamente dicho. En el primero, las empresas ya empezaron a incorporar tecnología de realidad virtual. Hay mucho sesgo cognitivo reconocido por los propios reclutadores y el metaverso podría subsanar ese inconveniente. En una encuesta que realizamos, el 51% de los entrevistados reportó que se sentiría cómodo sosteniendo una entrevista en realidad virtual. Pero, a su vez, la mayoría no aceptaría que el proceso completo de selección se realice con estas tecnologías”, asegura Roitman.
Tanto en el momento de reclutamiento como durante el ejercicio laboral, uno de los puntos centrales del metaverso pasa por la eliminación de prejuicios y las posibilidades de que personas con diversas discapacidades puedan acceder a determinados puestos, lo que contribuye a eliminar muchos de los sesgos preconfigurados. Los avatares, algo así como los representantes en el mundo virtual, facilitarían esta tarea. Cuestiones de género, religiosas y etarias, entre otras, podrían desaparecer si se logra quitar las parcialidades del propio algoritmo, que está diseñado por humanos.
Los procesos de capacitación son otro momento en los que actualmente se utiliza tanto el metaverso como la realidad virtual. Un ejemplo muy ilustrativo se da en ciertos cuarteles de bomberos, donde se pueden realizar prácticas para combatir los incendios sin hacer un simulacro real en el que el personal puede correr riesgos físicos, como la inhalación de humo u otros accidentes. Existen variadas situaciones de aprendizaje, tanto en el mundo laboral como académico, donde estas tecnologías son más beneficiosas que los materiales teóricos o las tradicionales diapositivas.
Desarrollo vs. puestos de trabajo. Con cada avance tecnológico, emerge un temor razonable en el sector trabajador respecto del riesgo de que la mano de obra humana sea reemplazada por la sistematización de tareas mediante nuevas herramientas. Pero los especialistas no visualizan escenarios negativos a futuro, al menos, según lo que indica la historia de los distintos desarrollos.
Melamed responde a esta problemática basándose en un concepto del ajedrecista Garry Kasparov, en el cual la inteligencia aumentada representa la suma de las inteligencias auténtica humana y artificial. “Con cada avance se llega a ese temor, pero no termina ocurriendo. La tecnología en sí no quita ni genera trabajos, brinda un puente para que los seres humanos podamos dedicarnos a hacer cosas que la tecnología por sí sola no puede. No nos olvidemos que la inteligencia artificial tiene inteligencia, pero no tiene conciencia”, afirma.
Para el experto, existen tres tipos de reacciones frente a los desarrollos informáticos: ser tecnooptimista, tecnopesimista o tecnoesperanzador. Estos últimos, como él, sostienen que la tecnología puede brindar una oportunidad; pero para que eso ocurra, se debe trabajar mucho con ella y utilizarla responsablemente.
En una línea similar se expresa Roitman, quien asegura que más allá de los desarrollos no deben descuidarse las interacciones y la calidad humana en las relaciones sociales. “Según nuestra encuesta, la mayoría coincide en que más allá de las modificaciones que sufrirán algunas tareas, al final del camino no se reducirán los empleos. Por el contrario, el 58% está convencido de que generará más puestos de trabajo. Así ocurrió con cada avance tecnológico en la humanidad”, agrega.
El mundo y Argentina. Este desarrollo, con un breve camino recorrido y aún mucho por transitar, se encuentra en el período inicial de expansión. Países como Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Francia vienen llevando la delantera en las tendencias de metaverso, realidad virtual y realidad aumentada. Para los expertos, en esta etapa es indispensable una adecuada inversión que logre optimizar aquellas cuestiones tecnológicas que aún resultan complejas.
Tanto Alejandro Melamed como Marcelo Roitman coinciden en que Argentina tiene mucho potencial para ilusionarse. “Somos exportadores de talento tecnológico, tenemos muy buenas universidades y generamos empresas unicornio. Un claro ejemplo de que cuando las cosas se hacen bien, salen bien, es la empresa pública Invap: exporta tecnología y es proveedora de la NASA. Pero, claramente, para poder posicionarnos en este nuevo espacio habrá que generar contextos de negocios y buenas condiciones para los profesionales”, afirma el experimentado conferencista.
En la misma línea, el director de Experis valora la calidad de recursos humanos con los que cuenta Argentina a nivel científico y tecnológico: “Tenemos muy buena mano de obra, pero aún nos resta un largo trecho para recorrer en cuanto a metaverso. Sin embargo, ya hay buenos desarrollos en el país: por ejemplo, un proyecto que se llama InterBrain, de un grupo de jóvenes mendocinos que llevaron adelante programas de capacitación en realidad virtual muy exitosos”.