“Como lo mío es ficción, estoy escudado; pero todas las posibilidades que hay asustan un poco”
En ‘Invisible’, su primera novela, el escritor nacido en Laboulaye se mete de lleno en el oscuro mundo de las agencias de inteligencia. “El carácter secreto que tiene el
HUGO CARIC
“Nací rodeado de libros”, cuenta Javier Rusculleda (42), el segundo de los tres hijos varones de Eduardo y Patricia, dos cordobeses que a fines de los ’70 decidieron unir sus vidas y radicarse en Laboulaye. “Los que más me gustaban eran los de policiales y los de espías”, precisa respecto a sus primeras experiencias como lector, aquellas referencias que con el paso de los años también irían moldeando la impronta de un futuro escritor. “Desde chico tuve mucha imaginación. Sufría un poco de insomnio, me costaba dormir, y entonces empezaba a ‘maquinar’ historias”, rememora.
Señala que pudo haber sido médico por herencia paterna (“fue lo primero que pensé y lo primero que descarté”) o deportista como Sebastián, su hermano menor, quien fue futbolista profesional y jugó en Boca Juniors, pero que a la hora de elegir un futuro la balanza se inclinó para el lado de su madre politóloga. Como licenciado en Relaciones Internacionales, trabajó haciendo asesoramiento, proyectos y tareas de comunicación vinculados a la política, siempre ligados a su militancia radical, aunque hoy lleva adelante emprendimientos relacionados con el marketing empresarial.
“Mi idea original era laburar en algún organismo internacional, pero no pudo ser”, reconoce. Y apunta que fue hace 15 años cuando empezó a evaluar la posibilidad de publicar algún texto: “El tema de la escritura fue naciendo. Jamás en mi vida me propuse ser escritor y mucho menos vivir de eso. Pensé que Europa podía ser un buen lugar para empezar ese camino y me fui a vivir un año a Dublín, pero trabajaba mucho, viajaba mucho y conocía a mucha gente, así que no tenía demasiado tiempo para escribir”.
Ya de regreso a Argentina (“cansado de esa vida de trabajar en bares y restaurantes y de pasear por el continente”) decidió probar suerte con su primera obra, que tituló ‘Cuentos del otro lado’. “Fue un libro muy lindo, pero una experiencia frustrante en el mundo editorial. Sufrí la falta de experiencia; caí en manos espionaje, el hecho de que haya tipos con licencia y protección para matar y la utilización de fondos de los que no quedan registros, son cosas que interpelan”, asegura. “Varios me de un tipo que me dijo todo lo que yo quería escuchar, pero que después me dejó en banda”, recuerda.
“Me probé como escritor y me gustó. Entonces decidí parar la pelota, tomarlo con más calma y también con más profesionalismo”, refiere Rusculleda, quien destaca las influencias que ejercieron en su trabajo el editor Carlos Ferreyra y los escritores Javier Quintá y Jorge Felippa. “Ellos dijeron que la historia tiene pasta para serie o película”, apunta el autor, que es licenciado en Relaciones Internacionales y también publicó dos libros de cuentos.
me ayudaron a estructurar mi escritura y a encontrar mi estilo”, enfatiza. De esa nueva etapa en el mundo literario da cuenta ‘Un mundo cada vez más pequeño’, su segundo compendio de cuentos, que dio a luz en 2018.
‘Invisible’. Desde hace un mes, Javier está abocado a la presentación y difusión de su tercer libro. Se llama ‘Invisible’ y es una novela policial. Asegura que ese género le permitió encontrar su lugar en el mundo de la escritura. “Siento que un thriller político es lo mío, por aquellas lecturas de la infancia, por mi experiencia como licenciado en Relaciones Internacionales y por haber estado muchas veces en la ‘mesa chica’ de la política. No me veo escribiendo una novela histórica, una novela rosa o un drama”, subraya.
“Tenía un bagaje como para sentirme cómodo, pero había que crear un universo y un personaje y darles identidad. En eso me ayudaron Felippa y otros dos escritores muy experimentados: Esteban Llamosas y Adrián Sabino”, comenta. La trama introduce al lector en la compleja realidad de las agencias de inteligencia (“un mundo bravo, bravo”, apunta Rusculleda), con el exespía Primo Conci como personaje central. “No es una temática muy abordada en el periodismo y tampoco en la ficción”, subraya el autor.
“Investigué mucho y entrevisté a personajes de ese ámbito, para no pifiarle, porque veía que ya me estaba metiendo muy al hueso. Mientras avanzaba en la historia, me aparecían en la mente recuerdos de muertes extrañísimas que sucedieron en nuestro país”, destaca. Y añade: “El carácter secreto que tiene el mundo del espionaje, el hecho de que haya tipos con licencia y protección para matar, la utilización de fondos reservados de los que no quedan registros, son cosas que te interpelan. Sobre todo en un país que ha perdido el rumbo, donde estamos usando una agencia del Estado importantísima para tapar macanas que se mandan o para extorsionar”.
“Como lo mío es ficción, estoy escudado; pero todas las posibilidades que hay asustan un poco”, remarca sobre la temática de su último libro, que presentó el pasado 14 de septiembre junto a Carlos Becerra, exjefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side). “Es un político muy demócrata y una persona intachable y me dijo que la novela le gustó mucho”, acota.
Javier se muestra contento con las repercusiones que ha tenido su primera novela y anticipa que ‘Invisible’ es el primer capítulo de una saga. “La segunda parte ya está escrita y ahí la historia viene recargada, con un Primo Conci consolidado nuevamente en el mundo del espionaje y que tiene una misión en Córdoba, vinculada con un caso resonante que sucedió en esta ciudad y que unió varios temas, como narcotráfico y política”, puntualiza.
—Una historia digna de Netflix.
—Varias personas me dijeron que la historia tiene ‘pasta’ como para convertirse en una serie o una película, ya que es muy visual. La verdad es que me encantaría.
—¿Cuáles son tus lecturas hoy?
“Mi idea era
trabajar en algún organismo
internacional, pero no pudo ser” “No me veo escribiendo novelas históricas,
o una novela rosa o un drama”
—Me gusta mucho leer sobre política y economía, aunque hoy lo hago más que todo como un hobby, y también algo de historia. Y de literatura, lo que me caiga en la mano. Para mis cumpleaños me regalan libros y vinos, en ese orden. Después compro mucho y también heredo de mi madre y de mi abuela. Voy variando. Si empiezo a leer algo y no me gusta, lo dejo. Si me engancho, lo puedo llegar a devorar en una tarde. Y después hay algunos libros que, por referencia o por interés, les termino dando alguna chance.