Perfil Cordoba

“La sala de cine es un lugar de encuentro vital y real”

El director artístico de la 38a edición del Festival Internacio­nal de Cine de Mar del Plata habla sobre el evento que tendrá lugar en días y describe la importanci­a del suceso más celebrado en la región a la hora de ver clásicos y films actuales.

- PABLO CONDE JUAN MANUEL DOMíNGUEZ

Del 2 al 12 de noviembre, llega la nueva edición del Festival Internacio­nal de Cine de Mar del Plata, el evento de cine más famoso de Argentina. Su director artístico, Pablo Conde, nombre vital a la hora del pop y a la hora de entender el cine y su vida orgánica, destaca, en cada palabra, a su equipo de programaci­ón, y por supuesto la tarea del presidente del Festival, Fernando Juan Lima. Y lo primero que destaca de la nueva edición, donde J.A. Bayona es el principal invitado (el español director de Jurassic World llega con La sociedad de la nieve, la versión producida por Netflix del famoso evento que llevó a rugbiers uruguayos a sobrevivir en los Andes). Pero hay mucho más, mucho de cine que todos quieren ver, mucho de cine local. Siempre mucho, como puede ser el homenaje a Adolfo Aristarain. Conde: “Siempre lo primero es la continuida­d de una forma de entender los objetivos del festival, que tienen que ver por un lado, el más obvio, con apoyar al cine latino, al argentino en especial. Dándole pantalla y respaldo, a películas que vienen de otros festivales o que se ven por primera vez. Esto implica una forma de hacer y ver el cine. Sirve para pensar lo diverso que es el cine argentino. Y darle un marco de lanzamient­o a las películas, que creo

es superimpor­tante”.

—¿Qué implica hacer el festival en este contexto electoral?

—El contexto actual global es complicado, y el nacional también. Todo está cambiando. Se está dando el fenómeno, para mi gusto temible, de que algunos de los festivales más grandes e históricos están teniendo que revaluar sus estructura­s. Los costos de hacer un festival son cada vez mayores (pasajes, fees, y más) mientras que los presupuest­os están atados a la realidad, a un mundo atomizado en muchísimos aspectos. Eso hace repensar ¿qué priorizar y cómo hacerlo? Desde el Festival en ese sentido lo que hicimos fue que la programaci­ón fuera la estrella. José Martinéz Suárez decía que era así, y lo comprobamo­s con la asistencia del público. Pero no por eso desatender la necesidad de tener nombres importante­s de la cinematogr­afía mundial o de nuevas voces. Más allá de secciones con autores, la búsqueda de esas primera y segunda película es importante, y hay una representa­tividad muy grande. En las competenci­as, tenemos a casi todos sus realizador­es y eso es muchísimo trabajo, para lograr la optimizaci­ón de la que hablamos.

—Mar del Plata es un festival que, como pocos, es un punto de encuentro muy evidente entre un público y las ganas de ver cine. ¿Cómo viven y curan esa energía que se genera?

“Los objetivos tienen que ver con apoyar al cine latino, al argentino

en especial.”

—Lo más importante que tiene el Festival de Cine de Mar del Plata es su público. Es un público apasionado, inquieto en el mejor de los sentidos. Siempre se busca descubrir nuevas voces. Es un público que tiene cinéfila y celebra las películas que pueden llegar a hablar desde un lugar más mainstream si se quiere. Es la idea que ha ido armando el equipo de programaci­ón en cuanto a cómo debería ser el festival. Hay una respuesta año tras año a lo que hacemos, entonces es hacerse cargo de esa respuesta. En un momento en el que el Instituto de Cine está cuestionad­o, por desconocim­iento, sobre sus alcances, sus objetivos, sus formas de financiaci­ón, sobre todo las distintas facetas que tiene para apoyar la exhibición, la difusión, del cine argentinos, desde Cine en Cárceles a creación de audiencias con el público joven, la plataforma Cine.Ar y muchos otros canales. No se lo puede reducir a una sola palabra, ni menos medir del recupero económico que se tenga. El festival es uno de los puntos más altos del festival en su tarea de exhibición. Es muy emocionant­e salir de proyectar una película que cumple 100 años musicaliza­da y salir a presentar Duro de matar con su director en el auditorio. Eso es el Festival de Cine de Mar del Plata, ese es su activismo bien pensado. Su público está bien educado en la cinefilia, en la pasión. El año pasado no hubo un solo invitado, o invitada, que no diga quiero volver el año que viene.

—Hablabas de la visita en 2022 de John McTiernan y el show celebrando un clásico musicaliza­do, una combinació­n entre algo popular y un evento casi de cámara, ¿cómo vivís vos como director esa combinació­n entre no soltar la mano a lo pequeños, al hallazgo, pero también festejar lo popular?

—Es la alquimia necesaria para armar una programaci­ón. También es muy compleja, y tiene muchos recovecos, a la vez muy orgánicos. Es imposible plantearlo desde lugares rígidos. Pero sí hay algo que tenemos desde el equipo de programaci­ón es mostrar todas las formas de ver y hacer el cine. Suena a muletilla, pero la idea de programaci­ón con la que venimos trabajando desde que se armó este equipo junto a José Martinéz Suárez y con Fernando Juan Lima en la presidenci­a del Festival, es que nuestro público es diverso y está abierto a las propuestas. Pensarlo desde la inclusión en el mejor de los sentidos. Comprender realmente esa amplitud.

—¿Qué dice su película de apertura, de René Mugica, “Hombre de la esquina rosada”?

—La película de apertura y de clausura suelen ser esos números difíciles a la hora de la selección. Son declaracio­nes de intención y de búsqueda. Este año es una película argentina restaurada, una gran película, que habla mucho de una forma de cine que tenemos que sostener. Una forma de entender cómo se produce y cómo se filma que le da mucha potencia. Nos parece importante tener un clásico argentino. Nos sirve para poner el contexto de la relevancia de nuestro cine, de cómo llega a ser reconocido a nivel mundial, y que eso fue una construcci­ón que empezó con nombres como Mugica, como Leonardo Favio, a quien rendimos homenaje el año pasado, o Adolfo Aristarain, de quien hacemos un foco apoyando su trayectori­a. El cine argentino es una forma de entenderno­s. Pensar el cine como algo siempre vivo, y que sea una película del año 62 y que suene actual nos parece muy importante. Empezar con un clásico argentino de este nivel es apoyar a nuestro cine. Y termina con Fallen Leaves, la nueva película de Aki Kaurismaki, es una alegría. Cada vez que el director estrena es algo para celebrar, pero nos parecía que era la película ideal, porque búsqueda, por tono, por su nombre, y porque es un título de eso que reconforta­n. En el catálogo del festival se habla de Kaurismaki como el último gran humanista del cine, y creo que es algo bastante acertado. Celebrar su cine y celebrar los festivales, la forma de tener al cine vivo, es la excusa para tener esta hermosa clausura.

—La pregunta entonces, entendiend­o lo particular del Festival Internacio­nal de Cine de Mar del Plata, es quizá más amplia: ¿cuál es la importanci­a de un festival de cine?

—Quizá la pregunta va más atrás y es: ¿por qué es importante el cine? Las expresione­s culturales vienen pasando un mal momento. Al menos en la forma en la que la conocíamos. Están pasando momentos extraños, ya que la cultura no es una prioridad, porque hay otras más urgentes en lo cotidiano. El ser humano es un ser social, y necesitamo­s de la cultura para definirnos, y para

“Los festivales son una forma comunal de mantener al cine vivo y en circulació­n.”

pensarnos. El cine, como otras artes, pero puntualmen­te el cine era un lugar de encuentro de multitudes, para compartir de un lugar ritualisti­co, lejos del fetichismo y más cerca de la comunidad. Hay que apoyarlo lo más posible. La tarea es sostener al público, entender como ese público va cambiando. Como su diversidad va cambiando. Todo para atraerlo y hablarle en el mejor de los sentidos. La idea es potenciar el encuentro, que es algo cada vez más esquivo. Si bien hay una vuelta a las salas después de los años endémicos tan olvidables, hay una atomizació­n en la temática de los estrenos que va dejando de lado a muchas formas de entender el cine. Los festivales terminan siendo un lugar de resistenci­a, aunque siempre lo fueron. Siempre fueron el lugar donde la gente que estaba enterada se juntaba, pero por suerte hubo apertura, se entiende que desde el público se logró ver ese rol distinto. Ahora son elementos más necesarios, si se quiere, a la hora de la exhibición y estreno de estas películas. Son un lugar de encuentro real, disfrutar el vilo y la atención a lo que se está viendo. Y provocar diálogo. No hay nada más interesant­e que los diálogos que nacen en la puerta de una sala, antes y después. Amando la película y odiandola. Es importante que ninguna película te deje igual que como entraste.

 ?? FOTOS GZA. FESTIVAL INTERNACIO­NAL DE CINE DE MA ?? EST Pablo C es uno d más lúc intérp de la cu popular ac
FOTOS GZA. FESTIVAL INTERNACIO­NAL DE CINE DE MA EST Pablo C es uno d más lúc intérp de la cu popular ac
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? FUNCIONES. El gran invitado es J.A. Bayona, el director español que es considerad­o por muchos el sucesor de Steven Spielberg y que llega al evento de la
costa con La sociedad de la nieve,
FUNCIONES. El gran invitado es J.A. Bayona, el director español que es considerad­o por muchos el sucesor de Steven Spielberg y que llega al evento de la costa con La sociedad de la nieve,
 ?? ?? que cuenta la historia de los famosos rugbiers que quedan atrapados
en los Andes. Se destaca Elena sabe, dirigida por la autora
Anahí Berneri.
que cuenta la historia de los famosos rugbiers que quedan atrapados en los Andes. Se destaca Elena sabe, dirigida por la autora Anahí Berneri.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina