En el balotaje, ¿habrá otra sorpresa?
En las primarias (PASO) nos sorprendió que un outsider, Javier Milei, fuera el ganador en una elección donde no pocos se abstuvieron de votar, si la comparamos con las anteriores, y donde no pocos lo hicieron en blanco.
En las generales de octubre, de nuevo, sorprendió el triunfo en las presidenciales del ministro de Economía y candidato Sergio Massa, tercero en la anterior votación, responsable de una inflación anual superior al 100%; junto al reelecto gobernador de Buenos Aires, Alex Kicillof, luego de los escándalos producidos por su jefe de gabinete, Martín Insaurralde, en su viaje a Marsella, y del sospechoso cobro de sueldos con 48 tarjetas de débito de personal de la Legislatura de esa provincia realizado por un tal Julio Segundo ‘Chocolate’ Rigau.
No sabemos si habrá una tercera sorpresa en los comicios del 19 de noviembre que se celebrarán en un fin de semana largo. Esto supone que mucha gente no irá a votar por el feriado del lunes 20, y que el gobierno que integra el ministro Massa no quiere postergar porque presupone que los que dejarían de sufragar por viajar, lo harían por Milei.
Pero lo novedoso en esta campaña electoral, hasta ahora, es que algunos dirigentes políticos o autoridades partidarias (UCR y CC), entre los que están los que no comparten la adhesión de Mauricio Macri y Patricia Bulrrich a Milei, se declaran “neutrales”, o anuncian votar en blanco, o no sufragar, argumentando que no pueden elegir entre “Frankenstein y Drácula”, como calificó alguna vez el senador Luis Juez a la actual opción: Massa – Milei.
Si esta ‘neutralidad’ o el voto en blanco, las abstenciones y las ausencias por el feriado fueran significativos podría ser ésta la tercera sorpresa que nos depararían los comicios de este año. Ello podría deslegitimar a la fórmula que triunfe, y podría ser un obstáculo para que quién resulte electo, que no va a tener mayoría en el Congreso, presida un gobierno de ‘Unidad Nacional’. Recordemos
que para ello será necesario buscar coincidencias, negociar y celebrar acuerdos que permitan evitar la temida hiperinflación y salir del pozo en el que estamos enterrados.
Ello nos indica que en este balotaje no hay dos opciones, como en otras ocasiones, la llamada “neutralidad” es la tercera, que también puede tener consecuencias inesperadas.