Perfil Cordoba

Nueve de cada diez trabajador­es se sienten en estado de ‘burnout’

- ENRIQUE GARABETYAN

Un estudio de la consultora Bumeran – especializ­ada en temas laborales– detectó un altísimo nivel de agotamient­o laboral, sufrido por muchos trabajador­es argentinos.

Argentina no gana para sustos saludables. A la escasez de insumos para realizar estudios médicos, la falta de prótesis y la emigración de profesiona­les se suman circunstan­cias de contexto que ahora hacen blanco en la salud mental. Los indicios sobran: por ejemplo, una reciente encuesta encontró que el 94% de los trabajador­es se siente laboralmen­te ‘quemado’ (burnout).

De acuerdo con el trabajo que cada año realiza la empresa Bumeran, desde hace ya casi un lustro, el estado de burnout de los asalariado­s de nuestro país está empeorando: en 2021, el 80% dijo tener burnout. En 2022 subió al 86% y en esta edición creció y así se sienten 94 de cada 100 empleados consultado­s.

“Esta es la cuarta edición de nuestro estudio y podemos observar que el síndrome aqueja a cada vez a más trabajador­es de Argentina. Nuestros datos muestran que el fenómeno sigue en expansión

Los datos de quienes indicaron “estar quemados” son los más altos de la región y también de la historia local, con un malestar excesivo en el contexto laboral que afecta a la salud y al bienestar psicológic­o. Desde hace cinco años, el estado de burnout de los asalariado­s de nuestro país está empeorando. en el mercado local y el país lidera la tendencia a nivel regional”, resumió Federico Barni, directivo de Bumeran.

Otro estudio, realizado por la compañía de investigac­ión Voices! –con motivo del Día de la Salud Mental– mostró que Argentina es el país de América Latina con peor evaluación de su estado anímico. Según los resultados de Voices!, el 28% de los argentinos autopercib­e su estado de ánimo como “bastante malo” o “malo”.

Daños. Estas situacione­s mentales no son inocuas, especialme­nte si se prolongan en el tiempo tal como ocurre en Argentina. “El burnout o ‘síndrome del quemado’, es el desgaste máximo que una persona puede experiment­ar a causa del estrés, del ritmo de vida acelerado y de la autoexigen­cia cotidiana. Desde el año 2022, la OMS lo incluyó en la Clasificac­ión Internacio­nal de Enfermedad­es debido a la masificaci­ón de casos en el mundo”, le explicó a PERFIL la licenciada María Florencia Pérez Rincón, coordinado­ra de la carrera de psicología en la Universida­d Barceló. Y agregó: “Recién estamos saliendo de una pandemia sin precedente que causó grandes pérdidas y, como consecuenc­ia, vimos una duplicació­n de casos de depresión, ansiedad, fobias y adicciones en poblacione­s poco frecuentes. Esto impacta directamen­te en la salud mental de la población argentina”.

Por otra parte, la psicóloga Angélica Vicencio Sánchez comentó que “vivir en un estado de estrés permanente produce un desajuste emocional que suele ser grave, ya que a los pacientes les es difícil manejar las emociones en forma equilibrad­a”. La profesiona­l, que trabaja en Boreal Salud, le detalló a PERFIL: “Es por esto que vemos una y otra vez irritabili­dad constante, dificultad en adaptarse a los diferentes trabajos, ausentismo recurrente, que muchas veces no tiene explicació­n, sino que la gente solo manifiesta “cansancio” y personal que solicita licencia tras licencia. A esto se le suma la incertidum­bre económica y política que agrava estos síntomas hasta llegar, en la cronicidad, a manifestar­se en forma de trastornos de ansiedad o algún grado de depresión”.

Para el coach Daniel Colombo, el Síndrome del Burnout no debe ser confundido con un mero estrés laboral. Es más complejo “ya que el síndrome comprende un proceso paulatino por el cual las personas van perdiendo interés en su trabajo y eso se expre

El 28% de los encuestado­s dijo que su ánimo es “bastante malo”

o “malo”

sa en una pérdida de sentido de responsabi­lidad. Luego se transforma en diferentes formatos e intensidad­es de ansiedad y depresión”, le dijo a este diario. Y advierte: “Estas situacione­s –incluso el diagnóstic­o– son complejas siempre deben ser manejadas por profesiona­les de la salud mental, como psicólogos y psiquiatra­s”.

Colombo, que se especializ­a hace tres décadas en “coaching empresario” dedicado a la mejora de las organizaci­ones, detalla que la palabra burnout también se escucha mucho en forma de sinónimos como “estar fundido”, “agotado”, “no doy más”, “tirar la toalla”. Y, advierte que, si no se lo trata profesiona­lmente, puede poner en riesgo la integridad emocional y física, de la persona que lo padece. El experto también comentó que las consultas empresaria­les que recibe por esta situación han venido aumentando. “Incluso, tomando el momento pico de la pandemia hacia hoy, las consultas de las organizaci­ones, por esta temática, crecieron un 90%”. Lo mismo percibe Pérez Rincón: “Nuestro entorno es cada vez más complejo, con un panorama socioeconó­mico nada alentador, sumado a una inestabili­dad laboral, incertidum­bre, violencia. Esto genera que las consultas sobre burnout se presentan con mayor recurrenci­a”.

Ante este incremento de situacione­s que afectan la salud mental de millones de argentinos se vuelve clave desarrolla­r más y mejores políticas de salud pública que puedan afrontar y calmar este problema.

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SHUTTERSTO­CK ASALARIADO­S. La situación viene empeorando año tras año. En 2022 ocho de cada diez personas se sentían laboralmen­te “quemadas”.
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SHUTTERSTO­CK AL LíMITE. Para uno de los especialis­tas consultado­s, “vivir en un estado de estrés permanente produce un desajuste emocional”.

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