Schiaretti se despide sin causas que horaden su imagen y con un cúmulo de reformas en marcha
Los casos Blas Correas y Neonatal no lograron torcer la voluntad popular. En sus tres gestiones Luis Angulo fue figura clave, tanto en el vínculo con el TSJ como en las políticas de derechos humanos, violencia familiar y de género “Fue una relación muy cuidada y siempre a través de intermediarios”. Así definió un operador judicial el vínculo que mantuvo Juan Schiaretti con el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) durante sus tres gestiones al frente de la Provincia de Córdoba, la primera entre 2007 y 2011 y luego dos consecutivas, que arrancaron en 2015 y se extenderán hasta el próximo domingo.
En los tres períodos nunca protagonizó enfrentamientos públicos: los episodios de tirantez con la cabeza del Poder Judicial se administraron con habilidad suprema.
Tampoco hubo causas que menguaran su imagen como dirigente político y máxima autoridad provincial. No la afectaron los casos Blas Correas –que terminó con duras condenas a policías y una declaración de violencia institucional– ni las muertes de bebés en el Neonatal, donde las responsabilidades llegan hasta el exministro de Salud, Diego Cardozo.
No es posible hablar de la relación de Schiaretti con el Poder Judicial sin mencionar a Luis Angulo como pieza clave. Hubo dos períodos claros en ese entramado: con Angulo como ministro de Justicia existió un puente institucional reconocido y avalado por todos. Comenzó otra historia cuando asumió como vocal del TSJ porque en tribunales –aseguran– se quedaron sin interlocutor.
La relación entre ambos comenzó a fines de los ‘90 cuando José Manuel de la Sota llegó a la gobernación de Córdoba y lo designó como secretario de Trabajo, dependiente del Ministerio de la Producción, cuyo titular era el propio Schiaretti. La propuesta surgió del gremialismo, más específicamene innovación de los Códigos Procesales Civil, Laboral y Penal. Mientras fue ministro, logró la equiparación de salarios para magistrados y funcionarios. Persisten los ruidos por la designación de Juan Manuel Delgado como fiscal general. te del Movimiento de Acción Sindical (Moas) que lideraron José Pihen, Walter Grahovac y Héctor Morcillo.
Apenas Schiaretti asumió como gobernador en 2007, lo convocó para el Ministerio de Justicia. Un par de años antes había sucedido la cruenta revuelta en la cárcel de San Martín. Angulo puso en marcha un fuerte trabajo de capacitación en derechos humanos articulando la tarea con la UNC y la UCC, a cargo de Carolina Scotto y Rafael Velazco, respectivamente.
También incorporó –con asesoramiento de Germán Garavano– áreas para prevenir y actuar en Violencia Familiar y de Género. El apoyo de Alejandra Vigo, actual senadora nacional, fortaleció el área.
Con el fin de mostrar independencia del Poder Judicial, Schiaretti se autolimitó por decreto a respetar estrictamente el orden de mérito del Consejo de la Magistratura en cada concurso para designar jueces, fiscales y asesores letrados. La norma adquirió carácter de ley en abril de este año.
Otra iniciativa que generó beneplácito en el Poder Judicial fue la ley de enganche de haberes de los jueces provinciales a los de sus pares federales. Se llegó a equipararlos en un 90%. Quien articuló esa mejora también fue Angulo.
En materia de reformas procesales, con impacto directo en la tarea judicial, durante los sucesivos gobiernos de Schiaretti se impulsaron notorias reformas en los procedimientos. Entre ellas se cuentan la oralidad en el fuero Civil, que actualmente se está ampliando a toda la Provincia. En el fuero Laboral está en plena ejecución un nuevo procedimiento que acorta de cinco años a poco más de seis meses el trámite de los reclamos. El viernes pasado se cumplió un año desde que comenzó a funcionar el Tribunal de Gestión Asociada.
La mediación y la oralidad en las causas penales también fue un avance significativo.
Sobre niños y adolescentes, recientemente se puso en marcha un nuevo y más ágil trámite para adopciones y un nuevo modelo de Justicia Restaurativa en materia Penal Juvenil.
La obra pública en todos estos años también fue posible por la sinergia entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial. Actualmente, la mayor obra proyectada es la construcción de 8.000 m2 en el Polo Judicial como futura sede de los tribunales de Familia.