Perfil Cordoba

Muchos que se fueron del país, los domingos tienen cómo volver

- JUAN JOSé ERRAMOUSPE

Lo pueden hacer a través de ‘La Cadena más Grande’, que comenzó en plena pandemia como un micro de cinco minutos y hoy es un programa de una hora, que se emite los domingos de 7 a 8 por Cadena 3. Lo produce y conduce Adrián Cragnolini, el correspons­al ¡Hay que despertars­e a las 7 de un domingo para escuchar un programa de radio! Es lo que hace mucha gente para conocer historias de argentinos por el mundo o saber cómo está un pariente, un hijo, un hermano, que partió al exterior en busca de un proyecto de vida o tras un albur.

La radio es Cadena 3; el programa es ‘La Cadena más Grande’ (LCMG); el productor y conductor es Adrián Cragnolini, el correspons­al de Cadena 3 en España, y se emite todos los domingos de 7 a 8.

Cragnolini, periodista cordobés afincado en España hace 33 años, cuenta en diálogo con PERFIL CÓRDOBA cómo y por qué se pensó y concretó este programa: “Al nombre se lo puso Guillermo Hemmerling y al comienzo del confinamie­nto global por Covid le propuse a la radio preguntarl­es a los argentinos residentes fuera del país, cómo lo estaban pasando según los grados de la cuarentena, desde los más estrictos como España hasta los más laxos como Nueva Zelanda”.

Todo empezó en mayo de 2020 como un micro dentro de ‘Tiempo Compartido’, el programa que conducía Hemmerling los domingos a la mañana. “Tras dos meses, nos dimos cuenta de que cuando les entrevista­ba, los argentinos se enganchaba­n mucho contando sus vidas más allá de la pandemia. Entonces, empecé a ‘tirar’ de las historias y ahí vino una segunda etapa de ‘La Cadena más Grande’, cuando la gente se largó a contar cómo había llegado, cómo se sentía, en fin, historias de vida de gente sencilla”, relata.

En enero de 2021, cuando regresaba de sus vacaciones, Carlos Marcó (gerente de Producción) le propuso a Adrián que el micro se convirtier­a en un programa. Guillermo Chialvo, director de la emisora, sugirió día y hora y el primer domingo de marzo salió al aire la actual versión de LCMG, de 7 a 8 de la mañana.

—Qué impresión te dejaron los cientos de argentinos que has entrevista­do: ¿se vuelven, no se vuelven, quieren volver, sienten el desarraigo?

—Sí, dentro del programa hice algún que otro capítulo con “los que se volvieron”. En líneas generales los que llevan poco tiempo en el exterior, si bien extrañan, están concentrad­os en consolidar su proyecto de la radio en Madrid. Lleva entrevista­dos a unos 400 argentinos que viven en los cinco continente­s y en alrededor de 70 países. El desarraigo; los que quieren volver; los que no quieren o no pueden volverse; éxitos y fracasos, y la ‘argentinid­ad’ reafirmada por la distancia.

vital en su nuevo país. En cambio, están aquellos que una vez jubilados se plantean el retorno, o bien definitivo o bien entre dos orillas, unos meses aquí otros meses allá. Me llamó la atención una pareja joven que se volvió porque deseaba ver crecer a sus hijos en la precordill­era patagónica. La identidad cultural casi nadie la pierde, ni con la distancia ni con los años.

—Vos sos un emigrado, te fuiste de Córdoba hace 33 años. Cuando hacés el programa, ¿qué sentís personalme­nte?

—Emoción y empatía, estoy aprendiend­o mucho con las historias de mis compatriot­as, me identifico plenamente, tanto con los que llevan más años que yo fuera del país como con los que, a veces, llevan seis o siete meses. Normalment­e no me inclino a entrevista­r a gente que hace poco que llegó, trato que sea con más tiempo, se necesita un período de ‘crianza’, como los vinos, para que decanten un poco las primeras sensacione­s y tengan más experienci­as, reflexione­s más profundas. Llevamos contados unos 400 entrevista­dos desde que comenzó el programa y hemos encontrado argentinos en los cinco continente­s y en alrededor de 70 países. De ese total, me animo a decir que el 80% han sido cordobeses, pero

ya que Cadena 3 es la radio más federal del país, queremos también ‘federaliza­r’ a los entrevista­dos. Que haya más expatriado­s de otras provincias, “descordobe­cear” el programa, sin que se enojen mis comprovinc­ianos.

—En un balance entre todos los entrevista­dos, ¿qué encontrast­e, mayoría de fracasos o de éxitos?

—En la mayoría, se nota una estabiliza­ción del proyecto de vida después de haber pasado los primeros tiempos bastante

difíciles, y eso es lo que tratamos de resaltar. LCMG no es un programa exitista, no es más importante la historia de aquel que salió con 50 dólares en el bolsillo y ahora le vende yates al jet set de Ibiza, sino la de aquellos que remaron duro, que trabajaron en cualquier cosa hasta hacer pie y lograr la estabilida­d.

Hay un punto en común: la gran mayoría ha revaloriza­do la calidez de las relaciones humanas que tiene Argentina. Es muy difícil encontrar fuera de nuestro país la cercanía en el establecim­iento de nuevas relaciones, desde la amistad o la unión de la familia.

Y hay otro factor: cuando has nacido en Argentina, es casi imposible la mudanza cultural. Vas a vivir a Europa, Estados Unidos o Asia, y nadie pierde su sentido de pertenenci­a, más bien en muchos casos la distancia hace que se reafirme esa identidad. Puede ser que algunos hayan incorporad­o rasgos de la cultura donde estén viviendo, pero la esencia, el sustrato, sigue siendo la argentinid­ad.

—¿Qué reacción recogen de la audiencia?

—Cercanía, cariño, sensibilid­ad hacia el expatriado y lo bueno es que es recíproco. Cuando arrancamos con el programa de una hora, pensábamos en hacer tres entrevista­s de 10/12 minutos cada una. Al mes una entrevista que empecé a editar –las edito, algunas pocas salen en vivo– tenía tanto contenido que decidí “ésta tiene que durar 15 minutos”. Pensamos “la audiencia nos va a linchar”, por lo extenso de la nota, pero nadie se quejó. Hoy, la duración promedio está entre los 20 y los 22 minutos, dos entrevista­s por emisión. Creo que uno de los éxitos del programa es haber logrado una empatía entre los que se fueron y los que se quedaron, lo notamos por los comentario­s que dejan durante la emisión.

Se ha creado una comunidad global muy linda, y me emociona destacarlo. Incluso hay gente que, nos cuentan, se despiertan un domingo a las 7 para escuchar el programa. Estoy muy agradecido a la radio por haberme abierto esta “ventanita al mundo” como decía Mario (Pereyra).

—¿Cómo está conformado el equipo?

—Hay que tener en cuenta que es una ‘conducción a ciegas’, porque yo estoy en Madrid; en estudios, en Córdoba, mi soporte es Ana Castro, pura vitalidad y sentido del humor; a veces cuento con las queridas Silvina Ledesma y Susana Buontempo, y con Lucas Giacinti como eficaz operador. Al programa lo produzco enterament­e desde mi casa en Madrid, busco los entrevista­dos, hago las entrevista­s previas, las realizo, las edito, elijo los temas musicales. Al principio del programa hacemos una ‘ronda del tiempo’ como homenaje a aquella histórica recorrida que hacía Mario por todo el país. En definitiva, se trata de eso, de brindarle a esa ‘comunidad’ de argentinos lejos de su tierra, de sus raíces, la oportunida­d de estar por un rato ‘de vuelta en casa’ y que sus historias se conozcan. Por eso la ilustració­n que acompaña esta nota, obra del caricaturi­sta cubano Ángel Boligan.

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 ?? ?? DOMINGOS A LAS 7. Desde Madrid, Cragnolini abre la ventada de La Cadena Más Grande para que los compatriot­as se asomen a sus raíces. Ilustració­n del cubano Ángel Boligan.
DOMINGOS A LAS 7. Desde Madrid, Cragnolini abre la ventada de La Cadena Más Grande para que los compatriot­as se asomen a sus raíces. Ilustració­n del cubano Ángel Boligan.
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