El clásico olvidado
La fiesta estuvo en las calles, el segundo fin de semana del último mes del calendario de cuarenta años atrás. A pesar de que el Campeonato de Primera División de la AFA transitaba sus fechas decisivas, el fútbol -en el epílogo de un año con poco público y mucha violencia en las canchas- pasó a segundo plano el domingo 11 de diciembre de 1983.
En los diarios casi no se hablaba de otra cosa: el regreso de la democracia. Terminaba la noche más larga y oscura de la historia de nuestro país, los siete años de la última dictadura cívico-militar. El día anterior, en La Casa Rosada, Raúl Alfonsín había jurado como Presidente de la Nación, y esa mañana había sido el turno del gobernador Eduardo Angeloz y del intendente Ramón Bautista Mestre, los nombres que completaban “las 3 boletas 3” del radicalismo, en la Casa de las Tejas y el Palacio 6 de Julio.
En medios de los primeros anuncios de gobierno (derogación de la Ley de Amnistía, creación de la Conadep, reforma del Estado, Plan Alimentario Nacional, promoción de la producción, renegociación con el FMI), en los rincones de los periódicos se daba cuenta de la disputa de la 36° fecha del llamado Torneo Metropolitano, con un programa de nueve partidos que, a la vieja usanza, se jugarían en simultáneo a partir de las 17:30. Uno de esos encuentros era el que debían disputar Racing de Nueva Italia y Talleres.
La Academia y la ‘T’ habían sido protagonistas en el primer certamen de esa temporada, el Nacional ‘83. De hecho, los albicelestes habían eliminado a los albiazules, en definición por penales, en cuartos de final. Algunos meses más tarde, ambos equipos (igual que Instituto, el tercer cordobés que militaba en la máxima categoría) deambulaban con la pelota en los pies y la calculadora en la mano, viendo si les daban las cuentas en la tabla de los promedios, el sistema de cómputos que ‘Don Julio’ Grondona acababa de rescatar del arcón de los recuerdos para dirimir los descensos.
Aquel era un fin de semana de buenas noticias para el deporte cordobés. En San Juan, Jorge Recalde se consagraba campeón argentino de GP Turismo; en Yacarta, Eduardo Romero se destacaba en la Copa del Mundo de Golf; en Estados Unidos, se confirmaba la chance mundialista de Juan Domingo ‘Martillo’ Roldán frente a Marvin Hagler, por el título de boxeo de peso mediano. Racing de Nueva Italia-Talleres, el primer partido de fútbol en democracia en el Estadio Córdoba, estaba lla
El partido Racing de Nueva Italia-Talleres fue el primer evento deportivo que se realizó en el Estadio Córdoba con la vigencia de un gobierno constitucional. Se jugó el domingo 11 de diciembre de 1983, el mismo día que en Córdoba Angeloz y Mestre asumieron
mado a ser un digno broche.
2.035 días después. Cinco años, seis meses y veinticinco días habían pasado desde la inauguración oficial del Chateau: el 3-1 de la Selección Argentina ante el combinado de la Liga Cordobesa de Fútbol del 16 de mayo de 1978.
Por el escenario construido para la XII Copa de la FIFA habían pasado la mitad de las selecciones que jugaron el como respectivos gobernador e intendente capitalino, y correspondió a la 36ª fecha del Campeonato de Primera División de la AFA. Un conveniente empate sin goles terminó desluciendo un acontecimiento que estaba llamado a pasar a la historia.
Mundial ’78 -entre ellos Alemania y Holanda, campeón y subcampeón vigentes-, el glamoroso Cosmos de Franz Beckenbauer (con el ‘refuerzo’ de la cantante estadounidense Gloria Gaynor, que dio un recital en el entretiempo de un amistoso con Belgrano), el Ajax de Holanda y el Milan de Italia. También el Servette suizo, el Honvéd húngaro y los brasileños Flamengo y Fluminense (dirigido por Mario Lobo Zagallo), y los representativos de Bulgaria y de Suiza.
Hasta ahí, el luego rebautizado Estadio Kempes también había sido testigo de los dos primeros goles de Diego Maradona con la selección mayor (9 de mayo de 1979, 5-2 vs. Liga Cordobesa), dos veladas boxísticas con cinturones mundiales en juego (Palma-Luján y Laciar-Nery), la final del Nacional ‘80 entre el Racing cordobés y Rosario Central, la vuelta olímpica de Estudiantes de La Plata que catapultó a Carlos Bilardo como DT del representativo nacional y recurrentes puestas en escenas castrenses.
Entre los protagonistas del primer partido en democracia que se jugó en el Chateau -el número 140 por los torneos de la AFA en ese estadio-, hubo cuatro del lado de Talleres que también habían estado en la mencionada inauguración del ’78: los “argentinos” Héctor Baley y Miguel Oviedo y los “cordobeses” Omar Beccérica y Daniel Willington, esta vez como DT. “El Pollo” fue el único que estuvo en cancha en los dos compromisos.
Un cero total. El clásico del 11 de diciembre de 1983 estaba llamado a quedar en la historia, pero pasó rápidamente al olvido. Sin rodeos, Nilo Neder, corresponsal del semanario deportivo ‘El Gráfico’, lo calificó de “pésimo”. “Fue un largo y monótono espectáculo al que ni siquiera se aportó entusiasmo. Salvo algunos remates débiles y aislados, el resto se diluyó en jugadas intrascendentes, enredadas y apáticas. El empate se insinuó desde el comienzo por las limitaciones de sus protagonistas, generando el peor partido que se vio en Córdoba durante el año”, escribió el periodista.
“Una pobre igualdad”, tituló Ramón Gómez en ‘Clarín’. “Un empate era negocio para los dos, y ninguno arriesgó nada. Porque no les interesaba. Más estaban preocupados por los otros resultados y por ese coeficiente que los miraba a los dos”, señaló la crónica del diario porteño. “Fue un cero total. No hubo figuras, porque nadie intentó hacer una jugada bien. El partido fue tedioso, aburrido, repetido. Y la gente, como mejor testimonio, terminó por silbar a los protagonistas”, enfatizó.
La nota dejó expresa constancia de la conformidad de los entrenadores: “No podemos perder más. Nos falta el gol y por eso no arriesgamos” (Daniel Willington); “Teníamos que aguantar el empate. Este punto nos salvaba del drama del descenso” (Victorio Cocco). Como dato anecdótico, ninguno de los 26 futbolistas que ingresaron al campo de juego superó el “5” en las calificaciones de ‘El Gráfico’ y ‘Clarín’. Todos reprobados.
Enrique Vivanco, quien esa tarde integró el banco de suplentes de Racing, escribiría años más tarde para el diario ‘La Nación’, ya como periodista, la crónica más lúcida de otro olvidable 0-0 en el Chateau, el que protagonizaron Belgrano y Talleres en la penúltima fecha del Clausura 1999, y que salvó a los dos del descenso: “El clásico olvidó a la gente”.