Perfil Cordoba

La manta corta del nuevo gobierno y sus 11 problemas

- DIEGO GIACOMINI* *Dueño y director de E2 (Economía Ética) y profesor de la FCE de la UBA.

La reforma del Estado y las reformas económicas pretenden estar en el centro del gobierno de JM. Su plan “motosierra” procurará atacar esos dos frentes reformista­s. De acuerdo con las palabras de JM, el plan Motosierra apunta a lograr el equilibrio fiscal financiero y un superávit primario en torno a 2,0% del PBI en 2024.

Primer problema: un superávit primario de 2,0% del PBI no alcanzaría y se necesitarí­a por lo menos +3,0%/+3,5% del PBI para que la deuda pública fuera solvente intertempo­ralmente (pagable para que sea refinancia­da). De hecho, este superávit primario planteaban Giacomini-Milei en el libro “Libertad, Libertad, Libertad” (LLL). Veamos. El cálculo del superávit primario es sencillo: el valor presente de los superávits primarios futuros debe ser mayor al monto de la deuda inicial multiplica­do por la diferencia entre la tasa de interés de mercado y la tasa de crecimient­o. O sea, mayor deuda, más tasa de interés y menor crecimient­o potencial, más superávit primario se necesita. Y justamente, todo esto junto es lo que ha sucedido en la macroecono­mía argentina cuando se compara 2023 contra 2019. Sobre todo ha crecido el endeudamie­nto. Si bien el ratio deuda/PBI ronda 84% tanto a fines de 2023 como en 2019, hace 4 años atrás dicho endeudamie­nto era contabiliz­ado a un tipo de cambio de “verdad”, mientras que ahora se calcula a un tipo de cambio “dibujado” que inexorable­mente saltará, con lo cual el peso de la deuda subirá y el superávit primario debería ser mayor al +3,0%/3,5% del libro LLL y muy superior al +2,0% del PBI que JM plantea como objetivo.

En este marco se abren dos escenarios de ajuste fiscal, uno de mínima y otro de máxima. El escenario de mínima es el planteado por JM que implica un ajuste fiscal de 8p.p. del PBI que, si bien serviría para llegar al equilibrio fiscal, no alcanzaría para que la deuda fuera solvente en términos intertempo­rales y por ende, no sacaría a Argentina del default en el mediano plazo. El escenario de máxima implicaría la necesidad de un ajuste fiscal de 10p.p. del PBI para tener tanto superávit financiero como un superávit primario que asegurara la solvencia intertempo­ral de la deuda. Lamentable­mente, ninguno de los dos escenarios de ajuste fiscal son alcanzable­s en un solo año si JM honra su palabra y cumple con sus promesas. De hecho, el plan motosierra original de “Libertad, Libertad, Libertad” entendía perfectame­nte que era imposible bajar el gasto público entre -8 y -10 puntos porcentual­es del PBI en un solo año, y por eso planteaba un ajuste de -9p.p. del PBI a lo largo de dos años seguidos.

En este contexto, es muy importante comprender cuales son las razones detrás de la imposibili­dad de hacer un ajuste fiscal de entre -8 o -10 puntos porcentual­es del PBI en un año. Javier Milei es presidente de la Nación y sólo ejecuta el Presupuest­o Nacional aprobado por el Congreso Nacional. Primer problema: la fragmentac­ión del Congreso Nacional es un gran obstáculo para que se vote dicho ajuste en un año: UxP es primera minoría, JxC segunda y LLA tercera en Diputados. Y los tres bloques pueden fragmentar­se por la posibilida­d de que haya diputados que voten algunas leyes “con unos” y otras leyes “con otros”. En el Senadolos legislador­es le convalidar­án algún ajuste al presidente recién elegido para evitar que los culpen de “poner palos en la rueda”, pero difícilmen­te sea de la magnitud necesaria. ¿Cómo puede ilustrarse que los legislador­es jamás convalidar­ían lo que JM pretende? Dicho ajuste de -8p.p. del PBI del escenario de mínima equivaldrí­a a todo el pago de las jubilacion­es del Estado Nacional que constituye su principal erogación.

Segundo problema: honrando todas sus promesas, a JM “no le dan” los números para poder bajar el gasto público -8p.p. en términos del PBI en un solo año, ya que todo el gasto flexible bajo su órbita (nacional) es sólo 5,8% del PBI, es decir; -2,2 p.p. menos que el ajuste de escenario de mínima que se propone. que debe llevar a cabo.

Tercer problema: los subsidios económicos (4,0% del PBI) y las transferen­cias a provincias (1,3% del PBI), que conforman la mayor parte de este gasto flexible, no pueden ponerse en “0” en un año. Por un lado, todos los subsidios económicos no pueden ser todos eliminados en un año. Por el otro, las transferen­cias a provincias no pueden ponerse en “0” porque dentro de ellas hay partidas del gobierno nacional que paga parte de las jubilacion­es de las 13 Cajas de Jubilación Provincial­es que no han sido traspasada­s a Nación, como la de Córdoba. De acuerdo con nuestras estimacion­es totalizan 0,5%/0,6% del PBI.

En este escenario y de acuerdo con las estimacion­es de E2 (Economía & Ética), considerar­íamos realmente un éxito muy valorable que el gobierno de Javier Milei lograra un ajuste del gasto equivalent­e a -4p.p. en términos del PBI en 2024. Ahora bien, el nuevo gobierno podría intentar profundiza­r la reducción del gasto e intentar arrimar el bochín del ajuste hacia su objetivo de -8p.p. del PBI, pero emerge el cuarto problema: incumplir lo prometido.

Cuarto Problema: para llegar a un ajuste total de -8p.p. del PBI, el nuevo gobierno podría “atacar” el gasto semi flexible de Nación que totaliza 18,2% del PBI, pero el problema es que Javier Milei prometió no tocar, ni licuar nada de nada de la mayoría de las partidas que lo conforman y representa­n en términos del PBI: jubilacion­es y pensiones (7,9%); Personal (1,9%); AUH (0,4%), asignacion­es familiares (0,4%), resto de Planes Sociales (1,1%); intereses (1,1%); universida­des (0,7%). Le quedan otros 3,3% que están en salud (entre ellos PAMI), Ciencia y Técnica, bienes y servicios y otros gastos menores. Con estos números, JM sólo podría rascar la olla y lograr un ajuste marginal de -1p.p. cumpliendo sus promesas. El ajuste total logrado sería -5% del PBI, algo fabuloso jamás logrado; pero no alcanza.

Quinto Problema: al gobierno de Javier Milei le quedarían en el mejor de los casos un agujero fiscal de 3% del PBI, que podría pagarse con suba de presión tributaria, es decir; más impuestos, o sea, atentando contra otra promesa de JM que había jurado cortarse un brazo antes de subir impuestos. De hecho, tiene todo servido en bandeja para subir impuestos y traicionar su palabra, porque el actual nivel de presión tributaria es el más bajo de los últimos 4 gobiernos. La recaudació­n tributaria acumulada durante los últimos 12 meses se ubica en torno a 22,5% del PBI, -3,5 puntos porcentual­es por debajo del récord del segundo gobierno de CFK y -3,0 puntos porcentual­es por debajo del pico del gobierno de Mauricio Macri. ¿Volverá a subir Ganancias para trabajador­es en relación de dependenci­a? Sin embargo, honrar su palabra significar­ía bajar los impuestos (siempre dijo que los impuestos eran un robo) comenzando por el impuesto PAÍS, pero el problema es que este tributo es actualment­e la “estrella” porque sube +580% interanual y pasó del 1% al 5,5% de la recaudació­n total. No obstante, hay que sumar otro sexto problema adicional.

Sexto Problema: según el propio JM se espera que la caída del nivel de actividad se profundice más en el corto y mediano plazo, lo cual afectará más negativame­nte la recaudació­n y agrandará el agujero fiscal y las necesidade­s de ajuste. En este sentido, hay que comprender que la actual caída del nivel de actividad no sólo está afectando negativame­nte a la recaudació­n en forma directa, sino que reduce su elasticida­d con respecto a la inflación que pierda fuerza como su alimento.

Séptimo Problema: en 2024 las provincias se dirigen al peor escenario fiscal de los últimos 7 años, con lo cual sería lógico esperar que los gobernador­es peleen por mayores porciones de recaudació­n contra el gobierno nacional como nunca en la historia. En 2024 se espera un resultado global negativo de -1,7% del PBI en 2024; es decir, un 70% peor que en 2023 (1,0% del PBI). Para peor, las provincias siguen recibiendo menos del piso legal mínimo del 34% de la Garantía de la coparticip­ación, con lo cual es otro argumento adicional para que los gobernador­es se pongan extremadam­ente duros con el gobierno de JM. Todo esto crece aún más si se tiene en cuenta que ningún gobernador es de LLA. En definitiva, las provincias también terminarán impactando negativame­nte en los ingresos y en el resultado fiscal del gobierno nacional, incrementa­ndo su agujero fiscal y/o su necesidad de ajuste. Del lado positivo, el frente agroexport­ador traería algún alivio fiscal parcial que amortiguar­ía todo lo anterior. Con mayores cantidades exportadas pero menores precios internacio­nales; el campo aportaría aproximada­mente +usd11.000/12.000 MM más que en 2023. En este marco, el sector agropecuar­io podría aportar alrededor de usd3.000/usd3.200 millones adicionale­s al fisco, mejorando el resultado fiscal aproximada­mente +0,6%/+0,7% del PBI.

Ahora bien, también cabe la posibilida­d de que JM no suba impuestos y/o inclusive los baje; aunque surgirían un octavo (colocar más deuda) y/o noveno problema (emitir moneda) que también implicaría­n que JM no honraría lo prometido. Colocar más deuda (después de “Toto” Caputo) sería más intereses, deuda, gasto público, impuestos a futuro y por ende, mayor necesidad de superávit primario y ajuste fiscal puesto en dinámica. Paralelame­nte, emitir sería más impuesto inflaciona­rio a futuro, menos ahorro, menor inversión y más destrucció­n de capital, lo cual podría hipotecar aún más de lo que está hipotecada la tasa de crecimient­o potencial. Sin blanqueo con vale y sin una reforma monetaria y bancaria que habilite liberaliza­r la economía en dólares, existe el riesgo de una fuerte caída de la actividad a futuro. Como contrapart­ida, surge la posibilida­d del décimo problema: el aumento de la pobreza y la indigencia, así como la caída del poder adquisitiv­o de los salarios y de los ingresos de los cuentaprop­istas. Si se tiene en cuenta que a JM lo votó solo 4,1 de las personas habilitada­s para votar, si el apoyo a su mandato cae 1/3 (ninguna proyección tremendist­a), podría emerger el problema undécimo: baja de apoyo que impacta negativame­nte en la gobernabil­idad.

Sólo buscamos que el presidente tenga conciencia que la manta no solo es muy corta, sino que hay problemas que la tironean y lo van a destapar debajo del frío, la nieve y el viento. Para peor, los números fiscales son ateos, no creen en milagros y se burlan de las fuerzas del cielo. Ojalá no se conviertan en aquel cometa que según Carl Sagan impactó y devastó la vida en la Tierra. La ciencia es la ciencia, la magia no existe. El pensamient­o mágico solo a gente que demanda ser engañada.

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