Fiestas: clave para generar empleo y boom de consumo
La estacionalidad de fin de año impacta de lleno en distintos rubros industriales y comerciales. En algunos casos, representa hasta el 95% de su producción y venta. ¿Cómo repercute en la generación de puestos de trabajo?
Históricamente, la llegada de fin de año representa un boom de consumo que se refleja de manera directa en muchos sectores productivos del país. Los eventos empresariales, las fiestas de fin de curso y los encuentros entre compañeros de trabajo se suman a las tradicionales celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Regalería, gastronomía, organización de eventos y cultura son, sin duda, los sectores que más advierten esta participación estacional en sus balances anuales.
Los incrementos en la producción para abastecer los picos de demanda, los cambios en la logística con el objetivo de llegar a tiempo a cada rincón del país, la ampliación de los planteles para dar respuesta al aumento de las consultas y para concretar el shock de ventas implican una minuciosa estrategia en estos sectores, que anhelan la llegada del mes de diciembre. Para algunos, significa un ingreso extra; para otros, una apuesta a cara o cruz.
Juguetes, pan dulces y otras yerbas. Según cifras de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, la temporada de fin de año representa más del 35% de las ventas anuales, tanto en locales independientes como en grandes cadenas. Para este sector, es el segundo evento comercial más importante luego del Día de las Infancias. “La estacionalidad está compuesta por Navidad y Reyes, y es fundamental para la industria. Sin embargo, en esta fecha competimos con muchos otros rubros de regalos, cosa que no nos pasa en el Día del Niño”, comenta Julián Benítez, gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara.
Este tercio de las ventas concentrado en solo 15 días se programa minuciosamente desde la producción y desde la logística: tanto las fábricas como los comercios minoristas contratan personal extra. “A partir de octubre, se da el pico industrial para Navidad. Allí se generan nuevos puestos de trabajo para lograr el abastecimiento de todos los puntos de venta. Por otro lado, las jugueterías suelen incrementar sus equipos, ya que la mayoría de las personas define su compra los últimos días”, explica Benítez, referente del sector que cuenta con 180 empresas productoras (entre fábricas y emprendimientos) y con más de 3.500 comercios minoristas.
Otro claro ejemplo es la industria panificadora. Beatriz Colsani, socia gerenta de la tradicional empresa santafesina que lleva su apellido y cuenta con más de cien años de historia, es uno de los casos en los que el consumo de fin de año representa el éxito total del negocio: “Las Fiestas son el eje central. Nuestro fuerte es la elaboración de pan dulces y budines, por lo que casi el 95% de nuestra producción y facturación depende de la época. Todo el año trabajamos para este momento”.
Para la familia Colsani, el año calendario tiene un único fin: diciembre. “Desde marzo hasta julio nos dedicamos exclusivamente a visitar a nuestros proveedores y elegir las materias primas que vamos a utilizar en la elaboración de los pan dulces. En junio y julio ponemos a punto todas las máquinas, y a partir de septiembre, comenzamos concretamente lo que llamamos la ‘Campaña de Pan Dulces’”, comenta Beatriz.
El equipo de trabajo también se ve notoriamente modificado para estas fechas. Mientras que la planta permanente de la panificadora es de seis personas, alcanzan los 25 o 30 empleados con los contratos temporarios de fin de año. Es que Colsani, además de la fábrica, tiene un local de venta al público donde también se incrementa exponencialmente la concurrencia en diciembre.
Eventos y espectáculos. El mercado de la organización de eventos es uno de los más dependientes de la estacionalidad. Luciano Fiora es presidente de AOFREP, entidad que nuclea a la mayoría de los referentes del mercado de eventos, y describe la calendarización de esta industria. “Hay dos grupos: los que se dedican al evento social, que tienen su trabajo más disperso a lo largo de los 12 meses; y los que se destacan en la organización de eventos corporativos, que concentran todo su negocio en octubre, noviembre y diciembre. Es la temporada alta, el mundo empresarial organiza sus cierres, sus convenciones y sus fiestas de fin de año”, explica.
Como en todos los sectores, el reclutamiento de personal también se dispara para estas fechas. Particularmente en esta industria, la pandemia provocó que mucha gente cambiaLa
ra de rubro para subsistir, por lo que aún hay una escasez de recursos humanos que queda de manifiesto en el pico de la temporada. “Las estructuras de las empresas tienen una planta permanente pequeña durante el año, pero se multiplica obligatoriamente con equipos externos para dar respuesta a la demanda durante los meses fuertes”, explica Fiora.
Dentro del mismo sector, el rubro de los espectáculos culturales también potencia su demanda, ya que bandas de diversos géneros musicales ofrecen sus servicios para tocar en vivo en distintos eventos. Sebastián Sanguinetti, cantante de “Los Mojarras”, pone números a la situación: “Desde finales de octubre comienzan a crecer las contrataciones. Definitivamente, el punto más fuerte es en diciembre. Durante el año tenemos presentaciones dos veces por semana, pero en este mes trabajamos de martes a domingo”.
Este crecimiento también se explica, principalmente, por las fiestas empresariales que abarrotan la última página del almanaque. “El resto del año, mayormente nos contratan para casamientos y cumpleaños de 15, pero los eventos corporativos de fin de año son los que marcan la diferencia”, resalta.
Expectativas y resultados en primera persona. De cara a estas Fiestas, la mayoría de las industrias y rubros plantean un escenario similar: resultados moderados y cierto grado de desconcierto. Las dificultades económicas transversales a todos los sectores y la incertidumbre que provocó el largo proceso electoral se ven reflejadas en las prudentes estimaciones de los distintos negocios involucrados.
Julián Benítez, de la industria del juguete, afirma: “Las perspectivas son moderadas. A pesar de la situación económica, siempre intentamos estimular al sector con distintas herramientas. Por ejemplo, el 21 de diciembre haremos el evento de ‘La Noche de las jugueterías’. Esas promociones y descuentos que ofrecemos a nivel nacional sirven en esta coyuntura compleja”.
En una línea similar, sostiene sus perspectivas Beatriz Colsani: “Este año tenemos la expectativa de poder mantener el mismo nivel de producción que logramos en 2022, que fue un buen año. Lograr eso sería cumplir el objetivo”.
“Los Mojarras”, particularmente, no sintieron una baja en las contrataciones. Por el contrario, este diciembre los encuentra con más presentaciones que en 2022, resultado que se lo adjudican a un crecimiento interno de la banda. “Sí notamos que muchas contrataciones, sobre todo las corporativas, estaban sujetas o muy expectantes de ver qué ocurría con la incertidumbre electoral”, comenta Sanguinetti.
Por último, el mercado de eventos fue uno de los que más se contrajo. “Se esperaba un año difícil y así fue. Hay una baja en la demanda y un recorte. Para una empresa, no realizar su fiesta de fin de año da una imagen muy negativa, por lo tanto, en muchos casos decidieron mantenerla, pero ajustando su presupuesto. La inflación fue un factor clave: los eventos se cierran con mucha anticipación y algunos pedían congelar los valores, pero los proveedores no podían garantizar eso. Fue un desafío muy dificultoso para todos”, cierra Fiora.