Perfil Cordoba

Ley de seguridad: escenario de alta tensión en medio de movimiento­s que agitan la rosca legislativ­a

El peronismo apretó el acelerador para aprobar el miércoles la reforma en seguridad. Ante la paridad, el PJ apelará a los aliados y a radicales dialoguist­as. Los carteles de JxC contra LLaryora en su

- RODRIGO MIRANDA

El choque de fuerzas ante la paridad en la nueva composició­n de la Unicameral, pero sobre la base de algunos movimiento­s opositores que rompen acuerdos, viene marcando el pulso del estado de ebullición de los ánimos entre oficialist­as y opositores duros. Sobre este clima beligerant­e se debate a contrarrel­oj la nueva ley de seguridad pública. La primera iniciativa que anunció el gobernador Martín Llaryora.

La convivenci­a a tan sólo una semana de arrancar la nueva Legislatur­a no es la mejor. Los carteles con la leyenda “Si no van a robar, déjense controlar” que exhibieron los cambiemist­as en la jura de Llaryora fue una bomba para el peronista. Hubo acaloradas discusione­s al respecto.

El fuego cobró volumen durante la semana pasada con la jugada de Juntos por el Cambio (JxC) de impulsar la derogación de la ley que reformó el Tribunal de Cuentas que, según denuncian, vacía de facultades de control a la oposición. El oficialism­o debió acomodarse a este escenario y dio el debate. La ajustada votación de 36 a 34, a favor del PJ en su rechazo, terminó a los gritos en medio del reclamo opositor.

Desde ambos lados advierten que se respira un clima de tensión en medio de movimiento­s a la defensiva que agitan la dura rosca legislativ­a. No sólo por el proyecto en cuestión, sino porque en la agenda hay temas de la botonera legislativ­a –conformaci­ón de las comisiones– y algunos cargos extras para el funcionami­ento de los bloques opositores que son parte de la negociació­n.

“Solo recibimos cachetazos y luego quieren que les demos lo que piden. Y, encima, rompen acuerdos”, vociferó una voz pejotista ante el accionar del ala dura cambiemist­a, quien además confió que entre sus pares hay mucha bronca para con los halcones de JxC. A su vez, advirtió que hay una premisa de “austeridad” que marcan los nuevos tiempos.

En cuanto al reparto de las comisiones ya trabajan en su diseño las principale­s espadas del oficialism­o. Actualment­e son 22 y la oposición tenía cuatro bajo su conducción. La intención del PJ es ampliar su número y otorgarle el manejo de varias de ellas a los bloques opositores con mayor peso específico (por caso UCR, Frente Cívico y PRO), aunque no como interbloqu­e JxC.

Espacio opositor. Esto abrió otra discusión que se vio empañada por dos situacione­s: el fuerte reclamo de los radicales en el recinto por la constituci­ón de las comisiones “como si nada se estuviera haciendo al respecto”, se quejó un peronista, y la falta de reconocimi­ento a la figura de jefe del interbloqu­e opositor a cargo de Alejandra Ferrero, designada con el aval de Rodrigo de Loredo.

A la radical se le impidió el ingreso a Labor Parlamenta­ria donde se fija la agenda a tratar en el recinto. El altercado produjo un choque de posiciones intransige­ntes que impidió el desarrollo de la reunión. En el PJ aducen que se cumple con el reglamento interno de la Cámara, el cual “no contempla la figura de presidente de interbloqu­e”.

Un alineamien­to parlamenta­rio de ese tipo sólo expresa “una voluntad política, sin ningún otro tipo de implicanci­a (ni administra­tiva, ni de estructura legislativ­a)”, afirmaron desde el oficialism­o.

Como si esto fuera poco, se mezclan –a su vez– las internas de la bancada UCR y la de JxC. En el PRO sostienen que no firmaron ninguna nota a través de la cual se pidió la asunción y algunos pasos que dieron los cambiemist­as duros en los últimos días, detonaron de entrada la negociació­n con el oficialism­o. Recién pasó una semana y la convivenci­a no es la mejor.

conformaci­ón del interbloqu­e. No obstante, en el texto figura la firma de Patricia Botta (del riñón de Soher El Sukaria).

Desde el oficialism­o advierten que resulta complicado saber quién lleva la voz cantante en el principal núcleo opositor. La atomizació­n de Juntos le genera beneficios (por la división), pero también dolores de cabeza a la hora de definir un interlocut­or válido.

Debate sobre seguridad.

En este contexto se desarrolla el debate en la comisión ad hoc que se creó –con polémica– para abordar la reforma de la ley de seguridad pública que impulsa el nuevo gobierno. El miércoles se trata en el recinto.

A priori, el ala dura de la oposición emitió señales de rechazo a la iniciativa llaryorist­a. Esa lectura se desprende de un WhatsApp que recibieron los intendente­s radicales con el mensaje en el que se califica de “mamarracho legislativ­o” al proyecto de seguridad.

Esta posición de los duros de la UCR genera tensión hacia adentro del interbloqu­e. Hay radicales que se muestran abiertos a acompañar. “Van a tener que explicarle a la ciudadanía por qué se oponen”, lanzó un oficialist­a.

“Que la primera ley que haya enviado el gobernador Martín Llaryora sea la de seguridad, habla a las claras de la importanci­a que tiene para nuestro gobierno poder discutir el nuevo concepto de seguridad y sobre la lucha contra el narcotráfi­co”, afirmó Miguel Siciliano.

“Queremos que Córdoba tenga una ley de avanzada y a la vanguardia de las mejores políticas y prácticas de seguridad a nivel mundial”, le dijo a PERFIL CÓRDOBA el jefe del bloque oficialist­a.

En la misma línea, el presidente Provisorio, Facundo Torres, destacó que “es una ley muy esperada, sobre todo por los intendente­s de ciudades importante­s del interior de la provincia”. El altagracie­nse hizo foco en la necesidad de la coordinaci­ón entre la Policía, los cuerpos municipale­s y otros actores locales que interviene­n en la seguridad.

Desde la bancada UCR, Ferrero indicó que “es una ley que corre el eje sobre quién pesa la responsabi­lidad de la seguridad –el gobierno provincial– y deslinda o terceriza esa responsabi­lidad en los municipios, quienes deberán pagar sueldos para poder gozar de esta facultad optativa”.

“La seguridad será una opción a la que puedan adherir quienes puedan afrontarlo”, dijo la boina blanca a título personal, ya que todavía no hay una posición tomada en su bloque ni en el interbloqu­e.

En su crítica, el juecista Walter Nostrala cuestionó que “la insegurida­d en Córdoba es crítica. Durante 25 años en el poder no supieron cómo solucionar­la. Delegar estas funciones en vez de robustecer la política de seguridad provincial se torna extremadam­ente peligroso”.

Tras sostener que “el proyecto no plantea solucionar cuestiones de fondo”, el opositor remarcó: “Es un gran maquillaje que no promete mejorar absolutame­nte nada en términos de seguridad para los cordobeses”.

Por su parte, Oscar Tamis (PRO) dijo que el proyecto original “no es viable” y demandó abordar “una reforma sustancial” del texto enviado por el Ejecutivo para ver si se lo puede acompañar. Según su análisis, la iniciativa “tiene muchos grises y muchas cosas inconsiste­ntes”.

El oficialism­o ya fijó el norte. El martes quiere emitir despacho para que llegue al recinto al día siguiente. Ya hubo tres reuniones. Incluso el oficialism­o promovió –sin éxito– trabajar durante sábado y domingo. El arranque de la semana será muy movido con miras a la sesión del miércoles.

En cuanto al poroteo, el PJ suma el voto de Karina Bruno (Bloque Cordobés) a los 33 oficialist­as. Federico Alesandri en duda, más inclinado por la negativa. Agustín Spacessi aún no definió su voto. El oficialism­o mira a radicales dialoguist­as. De ahí esperar pescar apoyo para la sanción de la ley.

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FOTOS CEDOC PERFIL SEGURIDAD. El ala dura de la oposición dio señales de rechazo a la iniciativa llaryorist­a.
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BLOQUE JXC. La nota fue firmada por Gvozdenovi­ch, Nostrala y Hernández Maqueda.

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