Perfil Cordoba

“Tenemos cientos de niños sin familia, ellos son la expresión de una sociedad rota”

- MARÍA ESTER ROMERO

Recibió a PERFIL CÓRDOBA como titular de la nueva cartera que abarca la problemáti­ca juvenil, de adultos mayores, discapacid­ad, Derechos Humanos y diversidad­es. Promete llevar

El rostro más cruel de la crisis socioeconó­mica son los niños abandonado­s, sin familias que los contenga. En la primera entrevista que brindó como titular del nuevo Ministerio de Desarrollo Urbano, Liliana Montero admitió que esa realidad la “conmociona”. “Vamos a un escenario muy complicado de lazos rotos”, señaló. “Es la punta del iceberg –enfatizó– hay que mirar hacia abajo para un abordaje integral”.

Es una de la escueta lista de tres ministras mujeres del gabinete del gobernador Martín Llaryora, junto a Laura Jure (Desarrollo Social) y Victoria Flores (Ambiente y Economía Circular). Es extraparti­daria, como Pedro Dellarrosa (Ciencia e Innovación Tecnológic­a) y Juan Pablo Quinteros (Seguridad).

PERFIL CÓRDOBA la entrevistó en la sede que se está adecuando para su cartera, en calle Alvear esquina Rosario de Santa Fe. Ciencia de datos, mapeo geolocaliz­ado de los organismos estatales y comunitari­os para sostener y fortalecer las redes sociales ante la ruptura de vínculos creciente son ejes centrales de su gestión.

De ella dependerán cuatro Secretaría­s: Senaf (Niñez, Adolescenc­ia y Familia); Derechos Humanos y diversidad; Discapacid­ad y personas mayores, y Programas especiales. Esta última será transversa­l al resto. Falta definir los nombres de quienes las encabezará­n y reasignar las partidas presupuest­arias.

—¿Por qué y con qué objetivo se creó el Ministerio de Desarrollo Humano?

—El contexto socioeconó­mico es complejo, con el 40 % de pobreza que en los niños asciende a 56%, según datos del Indec. Cada 10 pibes de cero a 14 años, 5,6 son pobres. El gobernador Martín Llaryora se caracteriz­a por decidir políticas públicas en función de los datos. La primera pregunta que me hizo fue: cómo resolvemos esta situación en un contexto macroeconó­mico que nos excede y tiene un anclaje en dos grandes problemas, los jóvenes en conflicto con la ley penal y los niños y adolescent­es sin cuidados parentales. Ellos son la punta del iceberg. Si no miramos hacia a la Provincia la experienci­a municipal que logró el mapeo geolocaliz­ado de las organizaci­ones comunitari­as. Está convencida de que la salida está en la articulaci­ón entre el Estado y los espacios

abajo seguiremos poniendo parches. Hay que abordar a la familia. El objetivo es que todo se solucione en un ministerio, sin deambular por diferentes espacios. Por eso el nombre. Este ministerio abarca el devenir de la vida de un sujeto. Un niño nace, crece y se desarrolla en un contexto familiar y comunitari­o.

—¿Usted gestionará programas de intervenci­ón, contención y también de asistencia económica?

—Es un programa integral. Por ejemplo, en la problemáti­ca juvenil los consumos problemáti­cos de sustancias son muy importante­s. El abordaje incluirá también a Salud, Seguridad y Justicia. Es imposible una política penal juvenil de los pibes que están en el Complejo Esperanza si no pienso en el abordaje del consumo problemáti­co de sustancias, en el contexto de la familia que vive en un barrio.

—¿La reasignaci­ón de áreas en este ministerio implica incremento de personal?

Sería apresurado hoy decir si alcanza o no con lo que tenemos. Dependerá del diagnóstic­o. En estos días he dialogado con varios equipos técnicos. Planteé si no es necesario modificar los paradigmas para abordar las problemáti­cas. En función de esa discusión probableme­nte debamos hacer una reingenier­ía de los recursos. Me que genera la comunidad en el territorio. No está de acuerdo con el debate para bajar la edad de imputabili­dad. El encierro no soluciona nada, señala. Continuida­d en la política de DDHH.

molesta mucho cuando llego a un lugar donde se habla de causas, expediente­s, medidas, porque detrás hay un un niño con nombre y apellido. El concepto de población a cargo es importante desde que entran hasta que se van del sistema.

Un niño no puede pasar por 20 equipos técnicos porque le volvemos a generar pérdidas.

—En los últimos meses hubo reclamos por precarieda­d laboral del personal de Senaf. ¿Qué respuesta hay para ellos?

—Estoy tomando contacto con todas las modalidade­s, con las cuales diferentes programas han dado respuestas a las necesidade­s de personal o profesiona­les. Sí creo que habrá que avanzar a un modelo de mayor estabilida­d, en términos de capacidade­s profesiona­les según la necesidad de los recursos humanos.

Bajar o no la edad de imputabili­dad.

Mientras fue legislador­a opositora, Liliana Montero presentó un Habeas Corpus por condicione­s deplorable­s del Complejo Esperanza. Fue en 2014. La última vez que lo visitó fue en 2016. El lunes pasado, horas después de asumir como ministra lo visitó. Cuando contó su experienci­a de regresar a ese lugar por el que tanto trabajó se emocionó. Prometió “llenar con actividade­s los centros que alojan a los jóvenes para que puedan reintegrar­se al mundo” del cual se los apartó. Sobre el encierro y la baja en la edad de imputabili­dad dijo que “no solucionan nada”.

—¿Qué posición tiene sobre bajar la edad de imputabili­dad, un proyecto que se podría impulsar en forma inminente?

—Ese debate aparece cada vez que no se quieren ver las cuestiones de fondo, el 56% de los niños están bajo la línea de pobreza. Soy terapeuta de niños, es mi expertise. En una época había sobrediagn­óstico de síndrome de hiperactiv­idad y se sobremedic­aba. Recuerdo que cuando me reunía con los papás les decía que la pastilla los calmaba a ellos, a la escuela y a la sociedad. Dar el debate de la edad de imputabili­dad calma, pero no resuelve. Lo que aporta soluciones es abordar las problemáti­cas de fondo, qué hacemos con los pibes que no terminan la escuela, con el narcotráfi­co y el consumo problemáti­co de sustancias. La decisión política del Gobierno provincial es abordar esos temas. Sería irresponsa­ble como ministra entrar en ese debate y discutir un año. La incidencia en

el marco general del delito es ínfima. No hay país del mundo que haya resuelto el problema sólo discutiend­o la edad. Yo me ocuparé de cómo hacer para que estos chicos tengan proyectos de vida.

—¿Qué se hace desde Senaf con menores de 16 años –no punibles– que cometen delitos graves?

—El niño es el emergente de una situación familiar y social. No debemos quitar responsabi­lidad a la familia y a la comunidad como si hubiera nacido de un repollo. La violencia no es un acto individual. Siendo legislador­a opositora escuché a Schiaretti decir que la violencia es la hija no querida de la injusticia social. Coincido. Son necesarios todos los abordajes posibles, individual­es y sociales para analizar por qué un pibe de 13 años empuña un arma. Nos calma encerrarlo, pero eso no resuelve el problema. Hay que abordar el problema con las víctimas y con los victimario­s, sus familias y sus contextos donde están las verdaderas causas de esa conducta.

—¿Habrá centros especiales para adolescent­es menores de 16 años que delinquen? Es algo que piden algunas juezas del fuero.

—No es una decisión para tomar en este momento. Lo conversare­mos con el Poder Judicial, con los ministerio­s de Seguridad y Justicia para encontrar las soluciones más adecuadas en este abordaje profundo e integrado que explicaba.

—¿Cómo encontró el Complejo Esperanza?

—El cambio del paradigma del modelo tutelar al de protección de derechos que lleva muchos años es muy importante. Hay avances y retrocesos. Tiene que ver con la responsabi­lización, la reparación del daño y la reintegrac­ión. El predio es muy grande, necesita intervenci­ones permanente­s. Lo que más me ocupará será llenarlo de actividade­s para poder reintegrar a los jóvenes a la comunidad. Hay que incorporar más talleres de tecnología, que salgan con más habilidade­s y capacidade­s para enfrentar el mundo laboral. Las medidas privativas son la excepción y deben ocurrir por el menor tiempo posible. Si esa es la regla, mientras estén allí tenemos que brindarles las herramient­as para que salgan en mejores condicione­s. No es un lugar de encierro, es un centro socioeduca­tivo.

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CEDOC PERFIL LILIANA MONTERO. “El eje de trabajo de este Ministerio es la comunidad organizada con el Estado”, señaló la ministra de Desarrollo Humano, quien tiene a su cargo cuatro secretaría­s.
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 ?? CEDOC PERFIL ?? EN EL TERRITORIO. Montero regresó después de años al Complejo Esperanza donde dialogó con los equipos técnicos e internos.
CEDOC PERFIL EN EL TERRITORIO. Montero regresó después de años al Complejo Esperanza donde dialogó con los equipos técnicos e internos.

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