Una comedia sobre la revancha de un equipo de fútbol maorí
EJUAN CARLOS FONTANA l director neozelandés Taika Waititi es el responsable de la sátira estilizada sobre el nazismo Jojo Rabbitt, de la saga cómico-vampira cámara en mano de What We Do In The Shadows o de uno de los mejores films de Marvel, Thor: Ragnarok (donde se viró de forma crucial a Chris Hemsworth al intencional ridículo). Hoy, en Gol gana, cuenta con modos de comedia de los años 80, con ese aire y ese desparpajo, sobre un campeonato de fútbol, basado en un hecho real, una historia de redención, aceptación y coraje. Y de apostar las fichas a un equipo de fútbol tan insólitamente desparejo, como integrado por jugadores de los que la mayoría no quisiera saber nada de ellos. Pero… como sucede a veces, las apariencias engañan y sólo es necesario dar con la persona indicada para que todo lo que se creía imposible se resuelva, papel acá que personifica Michael Fassbender, en el papel del entrenador Thomas Rongen.
En Gol Gana, a un equipo de fútbol le sucede algo peor de lo que le ocurrió a Argentina, en 2010, cuando Alemania nos goleó 4 a 0 y nuestra Selección quedó eliminada en cuartos de final del Mundial de ese año. Como dice Waititi, un cineasta que siempre está a la búsqueda de una historia inspiradora y ésta le llegó cuando se enteró qué en 2001 el equipo de Sa
moa Americana vivió una humillante derrota frente a Australia, que le metió -algo imposible de imaginar, pero real- 31 goles. Logrando así que los de Samoa quedaran fuera de los juegos clasificatorios de la Copa del Mundo. Esa mancha difícil de borrar, los ubicó en el peor ranking mundial de la FIFA. Pero en 2011, todo cambió para los isleños, que consiguieron su primera victoria internacional, ganándole 2 a 1 a Tonga, en los juegos clasificatorios por la Copa del Mundo de la Confederación de Fútbol de Oceanía.
De aquella derrota vergonzosa y éste último triunfo había que hacer un film y Waititi adaptó el documental de 2014, Next Goal Wins, con el permiso de sus directores Mike Brett y Steve Jamison y lo convirtió en una comedia ficcional
atractivamente efectiva, con situaciones ingenuas y algunas quizás que rozan lo satírico. Esto último aparece cuando intenta mostrar la personalidad compleja y algo caprichosa, pero certeramente cómica por instantes, del entrenador que se convocó para el equipo, Thomas Rongen, papel, como dijimos, a cargo del multifacético Fassbender. El actor de Shame, X-Men: Fénix Oscura y la más reciente El asesino (David Fincher) acordó con el director Taika Waititi que no se iba a inspirar en el personaje real de Thomas Rongen y se dedicó a construir a un huraño, algo despreciativo e intolerante técnico de fútbol, inmerso en un mar de contradicciones, al que finalmente los lugareños terminan adoptando como un familiar más. O un amigo más, entendiendo la
importancia que los maoríes le otorgan a los sentimientos de amistad y camaradería.
La comedia de Waititi es delirante y algo despareja, si bien tiene situaciones que no parecen convencer demasiado por cierta ingenuidad, también es cierto que por instantes derrocha adrenalina, en especial al incluir las graciosas coreografías de los Hakas, una tradicional danza maorí, típica de los equipos de rugby. Waititi juega con su estilo, y logra una creación sentida, pero que oscila a veces entre la autoconciencia y la pureza del género, un poco sin naturalidad. Una perlita del film es la inclusión de un personaje como Jaiyah Saelua, que personifica Kaimana y en la vida real fue la primera jugadora trans en ser parte de un partido para un Mundial de la FIFA.