“En el pop aparece de inmediato la conexión con el otro”
La intérprete vuelve al país para un recital a la carta y habla sobre su actual vínculo con la música, el universo queer y sus ganas de nuevas composiciones.
Javiera Mena posee la potencia que solo un canción puede tener: conmueve, energiza, contagia esas cosas buenas, salvajes, y a veces felizmente caprichosas que solo el pop cuando caprichoso, pero universal, logra. Así lo viene haciendo hace años, al menos 17 desde su primer disco, Esquemas Juveniles, donde ya desde un cover establecía un linaje y su herejía. Mena es una diva pop, con elegancia de seda pero también con la pasión de una remera de otra persona que usamos al ratito después. Sabe aglomerar emociones, y sabe que su identidad ha forjado la de otros. Así llega este 20 de diciembre a Niceto, a una Buenos Aires que necesita su misterio y su efervescencia. ¿Qué representa para la chilena llegar al país en este preciso momento? Javiera Mena: “Para mí significa reconectar en este momento tan complejo. Yo fui una mujer que ha nacido en Dictadura, y creo que siempre más allá de las situaciones que me han tocado vivir he sido bastante consecuente y empática con todo. Yo siempre vengo a decir que existimos, que estamos aquí, que vamos a tratar de entendernos, que por ahí va la cosa”.
Argentina es el país donde Mena pisó por primera vez cuando recién comenzaba. Y desde ahí, sus canciones, sus discos, han logrado también ser orgullosamente queer, entre muchas otras cosas: “Mis canciones tiene un lado autobiográfico, pero buscan representar a las otras personas también. Yo creo que esa es la gracia del pop, que te refleja a vos como tu diario de vida, pero aparece de inmediato esa unión del uno con el todo. Es lo rico del pop”.
—¿Qué define en este momento a tu música?
—A mí la autenticidad, siento que ser fiel a mí misma es ser autentica. Cuando yo comencé a hacer música no había una comunidad Lgbtq+ tan amplia, no había espacios para el electropop. El ser fiel a mi misma más allá de lo que me ha planteado la sociedad en ese momento, en muchos momentos (aunque ahora ha cambiado mucho) sigue definiendo mi música.
Ser más alguien que se siente cerca de la palabra autor que de la idea de vender a grandes masas me ha definido también.
—¿Ha sido difícil serte fiel a vos misma?
—Por un lado no me quedaba otra, no podía no serlo. Pero era un llamado interno: si no me era fiel a mí misma, honesta, no podía ser fiel a lo que quería como artista. Mi ser y mi ser artístico tiene una unión muy bonita desde que soy niña, y yo debía ayudar siempre a ese vínculo a pasar incluso por los peores
momentos. Es mi integridad, son mis derechos humanos, por decirte algo en lo que creo.
—¿Qué creés que puede hacer el arte que no puede hacer ninguna otra cosa en el mundo?
—Conectarte con tu ser. En este mundo en el que vivimos, con una sobre información, me doy cuenta que lo único que tengo de resguardo, sobre todo últimamente, es el arte. Poder ser una profesional, sacar discos, tocar en vivo, me ha permitido ver el mundo, muchos mundos. El mío. El de otros. El conocer otros artistas a través de mi arte. Ir a Argentina, por ejemplo, me implicó, ya que fue el primer país donde fui, conocer a Alejandro Ross, que es quién ha hecho todas las carátulas de mis discos. Conocer a los Miranda!, conectar su experiencia con la mía, conectar con las personas que me van a rodear. El arte me ha abierto puertas como ser humano.
—¿Qué te enamora de la música?
—Últimamente, como le pasa a muchos artistas, estas todo el rato en un estado menos de placer, es lo que extraño, que le pasa a muchos artistas, el momento en que comienzas a crear. Lo que me produce la música es totalmente un estado de ánimo. Muy sencillo. Me permite trascender el estado de normalidad, del día a día. Es un poco el enamoramiento. Escuchas una canción y te saca del cotidiano, lo mismo que te puede producir una persona. Para mí te permite eso, resignificar momentos, verte reflejado en una persona, en una canción. Es un estado de ánimo para trascender tus momento cotidianos.