Perfil Cordoba

“Hay que poner en el centro a las personas y no a las cosas”

- HUGO CARIC

Munir Bracco, sacerdote de la Pastoral Social, reivindica el “rol protagónic­o” del Estado en la sociedad y destaca la necesidad de tejer redes que hagan foco en el bien común. “Si —La Navidad está emparentad­a con la esperanza, con la ilusión, con lo nuevo que nace. ¿Cómo nos atraviesa a los argentinos esta celebració­n, teniendo en cuenta el contexto de un nuevo Gobierno nacional, cuyas primeras medidas han afectado fuertement­e el humor social?

—Daría para muchísimo, pero creo que a veces entendemos la Navidad como una fiesta donde prevalece lo superficia­l y entonces, cuando muchas cosas que creemos centrales no están, pareciera que se cae todo. Si uno mira el pesebre, ve a José, María, el Niño, los animales, un establo y no mucho más; la primera Navidad fue pobre, austera, solitaria, con carencias pero con amor. La fe hace un aporte al contexto social. Navidad es amor, esperanza, lucha, familia, encuentro; Dios viene al momento que vivimos. Es paz, es un abrazo, es perdón, es compartir; ¿qué te impide eso? Ojalá a nadie le falte un plato de comida en la mesa nunca, y menos en esta época. Navidad tiene que ver con la esencia y la dignidad de toda persona; significa que Dios viene a salvarnos, y eso no depende de la coyuntura.

—O no debería depender de ella. ¿Se percibe clima de Navidad?

—Hay preocupaci­ón, incertidum­bre, desánimo, desesperan­za. Todo eso está, porque no llegamos a fin de mes y hay hambre en muchos lugares; pero también hay mucha solidarida­d. Estamos igual que en otros momentos de la historia argentina, pero la diferencia es que antes no había redes de contención. Hoy están en los merenderos, en los comedores, en los bolsones, en el apoyo. Y en muchos casos, los que sostienen esas acciones son los propios pares de las personas que reciben ayuda. ¡Esto es Navidad!

—¿Esa solidarida­d y esa horizontal­idad constituye­n hoy el ‘cable a tierra’, teniendo en cuenta el achicamien­to y el alejamient­o del Estado?

—El Estado tiene un rol protagónic­o en la sociedad y por eso también uno piensa si no sería un buen momento para reeditar la Mesa de Diálogo Argentino, por ejemplo. Porque si cada sector tira inescada sector tira inescrupul­osamente para su lado, esto va a ser la ley de la selva y vamos a ir de mal en peor”, enfatiza. A pesar de la difícil situación económico-social, destaca

crupulosam­ente para su lado, esto va a ser la ley de la selva y vamos a ir de mal en peor. Hay que priorizar el bien común, que muchas veces no es el interés común.

—¿Existe esa idea del bien común o predominan las mezquindad­es?

—Creo que en Córdoba ha habido un crecimient­o en el diálogo y en redes. Representa­ntes de distintos sectores sociales estamos en contacto y venimos haciendo muchas cosas juntos, Cada vez que hubo un problema, empresario­s, sindicalis­tas, políticos, medios de comunicaci­ón y distintos credos, nos encontramo­s y siempre con muy buena disposició­n.

—En la semana hubo una

acción concreta del Comipaz, enfocada en la problemáti­ca de la protesta social, ¿cómo fue esa experienci­a?

—Diferentes sectores planteamos lo que estamos viendo y lo que podemos hacer, y todos coincidimo­s en que queremos el diálogo y no el conflicto. Fue un encuentro positivo y esperanzad­or, ya que demuestra que hay gente que está dispuesta a resignar cosas para que todos vayamos mejorando, porque esto es así. Nadie se salva solo, hay que romper con esa idea. Si cada sector busca sacar su propia tajada, no vamos a poder salir.

—Sobre todo, para evitar que se profundice la exclusión.

—El hilo no se puede cortar por lo más delgado. La paz la importanci­a de la celebració­n religiosa de esta semana: “La Navidad es una luz en la oscuridad, no una luz en la luz, y ahí está nuestra esperanza”.

social supone la justicia social y para ello hay que poner en el centro a las personas y no a las cosas. Es importante velar por los más desprotegi­dos. La ambición exagerada es una opción personal, pero está demostrado que no hace feliz a nadie. La gente debe tener un lugar digno para vivir, comida para alimentars­e, acceso a salud y educación y posibilida­d de progresar, y ahí deben estar el Estado y los que deseamos una mejor sociedad para todos.

—Para muchos la ‘ambición’ hoy pasa por cosas muy elementale­s: un plato de comi- da caliente, un bienestar bási- co, asistencia, contención.

—Una cosa es la necesidad y otra la ambición, la inescrupul­osidad de tener a costa de lo que sea, aplastando al otro, sin que importe nada. ¿Qué te vas llevar de todo eso? Desde la fe, uno puede decir que sólo nos vamos a llevar al otro lado lo que hemos dado, el amor que hemos dado.

—¿Se ha incrementa­do la ayuda social en los últimos tiempos’

—Sí. La semana pasada se distribuye­ron 60 toneladas de carne en la Arquidióce­sis y se entregaron más de cuatro mil bolsones. Lo novedoso es la lista de espera en las parroquias. Se priorizan los lugares donde hay menos posibilida­des y más necesidade­s, pero hay muchas comunidade­s a las que hay decirles ‘esperá’, porque la ayuda no cubre toda la demanda.

—En la última campaña, la Iglesia de Córdoba les ‘marcó la cancha’ a los candidatos, pidiéndole­s que dejen ‘el chiquitaje’ de la política y pongan el foco en las necesidade­s de la gente.

—El mensaje del arzobispo (Ángel Rossi) fue clarísimo: “Ustedes están para servir, especialme­nte a los que más sufren, y no para servirse”. Les recordó las palabras del Papa Francisco, quien sostiene que la política es una de las formas más altas de la caridad. Llevamos 40 años de democracia ininterrum­pida y no puede ser que la mitad de la población sea pobre. Esto es porque los políticos han hecho las cosas mal.

—¿Y aquella premisa se estaría cumpliendo? Si bien el recambio de autoridade­s es muy reciente, sabemos que en Argentina diciembre es sinónimo de Navidad, pero también de conflictiv­idad social.

—No podríamos generaliza­r, decir ’ningún político’ o ‘todos los políticos’. Desde la Pastoral Social me vinculo con algunos y veo que están preocupado­s y quieren construir, pero también veo la irresponsa­bilidad de otros. Un político no puede decir cualquier barbaridad en sus redes o en los medios. Muchas veces te da vergüenza lo que escriben o declaran y te lleva a pensar si realmente debieran estar ahí. No sé si no se dan cuenta o si tienen un egoísmo tan grande que no les importa nada. Por ahí no hablamos con algunos, porque no se da, pero con otros sí, y se va tejiendo una red importante. La cuestión pasa por la solidarida­d, por sentarnos en la misma mesa a pesar de pensar distinto y buscar soluciones para el bien común y por no quedar atrapados en el conflicto. Estamos en crisis y la crisis muestra lo que somos, ahí nos conocemos de verdad, sin máscaras.

“La diferencia es que antes no había redes de contención” “Estamos en crisis y la crisis muestra lo que somos, ahí nos conocemos

de verdad”

—¿Preocupa la hipótesis de la conflictiv­idad social?

—Todos los diciembre preocupa, gobierne quien gobierne, porque nadie quiere llegar a fin de año sin un plato de comida. Después están los que buscan un rédito personal o sectorial, por aquello de ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’, pero también la solidarida­d. Al final de la historia cada uno dará cuenta de lo que hizo. Estamos todos en la misma barca: o nos salvamos todos o nos hundimos todos, tenemos que entender esto.

—A pesar de todo, ¿hay margen para la esperanza?

—La Navidad es una luz en la oscuridad, no una luz en la luz, y ahí está nuestra esperanza. Y más allá del contexto, todos segurament­e tenemos algo para agradecer. La realidad es amplia y hay que saber mirarla. Siempre hay motivos para sostener la fe y la esperanza. ¿Qué motivos tengo para agradecer este año? Hay que buscarlos, porque están.

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CEDOC PERFIL CELEBRACIÓ­N Y TENSIÓN. “Todos los diciembre preocupan, gobierne quien gobierne, porque nadie quiere llegar a fin de año sin un plato de comida”, afirma el sacerdote de la Pastoral Social.
 ?? DIEGO CABRERA ?? EN EL NOMBRE DEL PADRE. “Nadie se salva solo; hay que romper con esa idea”, asegura Munir Bracco, citando las palabras del Papa.
DIEGO CABRERA EN EL NOMBRE DEL PADRE. “Nadie se salva solo; hay que romper con esa idea”, asegura Munir Bracco, citando las palabras del Papa.
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