Ucrania contra el muro
El actual debate sobre la seguridad fronteriza en Estados Unidos gira sobre si debería aceptar más inmigración que la legal. Demócratas y activistas creen que el país tiene la responsabilidad humanitaria de admitir inmigrantes de países pobres o agitados, aceptando más inmigración. Han calificado a las propuestas republicanas para endurecer la seguridad como crueles y xenófobas.
Lo cierto es que la frontera sur es un problema urgente. Desde que Joe Biden asumió el cargo, el número de personas detenidas en la frontera se ha cuadruplicado en comparación con la década anterior. Los datos sugieren que miles de personas están ingresando ilegalmente. Esto ha creado caos en el sur de Texas y Arizona y ha agotado recursos en lugares lejanos como Chicago o Nueva York. El Senado ha permanecido en sesión para poder continuar negociando las medidas. Los republicanos dicen que no aprobarán un paquete de ayuda para Ucrania a menos que se incluyan políticas para reforzar la frontera sur.
La razón del aumento.
Para explicar por qué la inmigración crece se analizan factores de “empuje” y “atracción”. “Empujan” la guerra, el hambre o la crisis económica. “Atraen” el auge económico americano o la política de inmigración laxa; ambos han ayudado al aumento de la migración excesiva.
Venezuela ha caído en el caos y el gobierno de Nicaragua se ha vuelto más represivo. Pero los factores de empuje no explican todo el aumento; no ha habido guerras recientes en América latina y la tasa de pobreza de la región es estable.
Los factores de atracción han sido más importantes: en campaña, Biden, estuvo más receptivo que Trump, cuando dijo “Si estás huyendo de la opresión, deberías venir” ( Biden en 2020).
La Justicia federal, incluso antes de la presidencia de Biden, también ha desempeñado un papel al facilitar la entrada de niños en 2015.
Estos cambios han hecho que muchos inmigrantes potenciales crean que sus posibilidades de poder ingresar a Estados Unidos y quedarse son mejores que antes.
Incertidumbre.
Las propuestas fronterizas republicanas son para dificultar la entrada ilegal y –por extensión– cambiar las percepciones en Latinoamérica. Hoy los inmigrantes que llegan a suelo estadounidense pueden solicitar asilo. Algunos califican porque tienen riesgo a la represión en sus países; muchos no califican, pero saben que solicitarlo les permite permanecer en Estados Unidos durante meses o años, mientras se escucha su caso. Los republicanos están a favor de medidas para cambiar este sistema: si los flujos aumentaran por encima de cierto nivel, se cerraría la frontera. Otra medida facilitaría que los funcionarios estadounidenses detuvieran y deportaran a inmigrantes que no tuvieran solicitudes de asilo creíbles. Un tercero requeriría que los inmigrantes hayan solicitado primero asilo en los países por los que viajaron.
Los críticos definen esto como drástico y severo. Doris Meissner, excomisionada de inmigración de Clinton, dijo que las preocupaciones son “justas y legítimas”, ya que el reciente aumento de la migración indocumentada ha sido drástica."El problema más profundo es que nuestras leyes de inmigración no se han actualizado en 30 años". “Esto no es una crisis de seguridad en la frontera”, agrega.
La solución, según otros, combinaría una vigilancia fronteriza más estricta, más recursos para decidir rápidamente y abrir nuevas formas para que las personas soliciten inmigración.
Los republicanos, como dije, han decidido bloquear más ayuda a Ucrania si a cambio el gobierno de Biden no pone en práctica el control de la inmigración ilegal que incluye la construcción de 322 kilómetros del muro en la frontera con México, que Trump prometió en 2015.
La ayuda de Estados Unidos a Ucrania se ha acabado al menos hasta 2024. "La historia los juzgará con dureza", dijo el 14 de diciembre pasado la portavoz de la Casa Blanca, Karina Saint-Pierre.