La réplica a la represalia que podría terminar en Tribunales
El receso parlamentario puso en pausa el duro roce entre oficialistas y opositores cambiemistas, en medio de la paridad en la Unicameral. La nueva conformación legislativa debutó con fuertes cruces. La jura de Martín Llaryora y dos sesiones le bastaron al peronismo y a Juntos por el Cambio para detonar los puentes de diálogo.
Los movimientos opositores –a modo de reacción– generaron un choque frontal con el oficialismo. Los carteles contra Llaryora en su jura por la reforma
del Tribunal de Cuentas, una serie de acuerdos rotos y el desaire de no dar quórum, representaron una dura afrenta al peronismo.
Con puentes detonados se embarulló una dinámica legislativa que asoma muy compleja. En medio de ese clima enrarecido se debe resolver la distribución de los cargos para los legisladores opositores y los monobloques, y el reparto de la botonera de las comisiones en un ‘50-50’ que pretenden los cambiemistas.
Desde el núcleo opositor interpretan
como una “represalia” lo que mandó a decir la vicegobernadora Myrian Prunotto de que “se cortó todo”, por el tema cargos para los monobloques. El ala dura de JxC ya advirtió que no se utilice este asunto como mecanismo de “condicionamiento”. También demandaron “un trato igualitario para todos”.
Si esto se sostiene habrá tensión en el arranque del año legislativo y algunos halcones cambiemistas podrían activar la vía judicial, en el caso de una discriminación por razones
políticas o de abuso de poder. Hasta principios de febrero “todavía hay tiempo” de que ésto se encause por la vía del diálogo.
¿Qué está en juego? Los tres cargos por cada legislador y otros tres contratos para las bancadas más chicas y las unipersonales. Los opositores reclaman que se cumpla con este acuerdo histórico. A su vez, hay disgusto en torno a que el oficialismo se lleva los cargos más altos en desmedro de la oposición a la que se le asigna asesores con menor nivel de rango.