Milei no le pone plazos al ajuste, no genera expectativas y hay preocupación en su entorno
Un sector de la Casa Rosada cree que hay que pensar en medidas concretas para sostener el apoyo popular, como consumo en cuotas o una señal para la clase media. El jefe de Estado se muestra inmutable
Aquellos libertarios que se cruzaron en las últimas semanas a Javier Milei y transitaron los pasillos de la Casa Rosada se quedaron con una sensación: que el jefe de Estado está más convencido que nunca del rumbo que tomó su gobierno y que el ajuste que encaró no tiene plazos de finalización.
Ni siquiera se preocupa por generar expectativas mientras el escenario económico se torna cada vez más complejo y los frentes de batalla de su gestión se multiplican a una velocidad inusitada. Un panorama que genera preocupación en algunos sectores oficiales, que creen necesario que se empiecen a generar señales.
No son pocos los dirigentes de La Libertad Avanza que ven cómo el Gobierno se embarcó en un shock económico que les pega de lleno a sus votantes y que no cuenta con un horizonte, con un punto final.
No ven esfuerzos desde el área de comunicación oficial para dar algún tipo de mensaje esperanzador. “Javier está haciendo lo que prometió en campaña pero en algún momento vamos a tener que decirle a la gente que su situación va a mejorar, no sé si el ajuste eterno puede ser digerido de acá a unos meses ¿Qué va a pasar en marzo?”, evaluó con inquietud ante PERFIL un dirigente de recorrido por pasillos oficiales en la última semana, que pudo palpar el clima que se vive en la gestión y que se atrevió a sugerir algunas ideas para mejorar bolsillos de clases más golpeadas.
“Algún centro habría que tirar en algún momento”, añadió una voz que propone alguna medida específica para la clase media, como impulsar el consumo por cuotas, y que conoce muy bien al hombre que conduce el Poder Ejecutivo, quien pese al cuadro de situación, con una inflación desbocada, está seguro y “muy conforme” con lo que hizo desde el 10 de diciembre. Así lo describen aquellos que lo vieron últimamente.
Milei, además, no ofrece plazos ni se anima a señalar en qué instante del año la situación podría mejorar. Solo insiste ante los suyos en que el rumbo es “totalmente” el correcto, asegura que no había ningún tipo de alternativa y que los resultados “van a aparecer”. y piensa que no es necesario: “En algún momento vamos a tener que decirle a la gente que su situación va a mejorar, no sé si el ajuste eterno puede ser digerido de acá a unos meses”, razona uno de los
Una prueba de ello: el viernes por la noche, en Mar del Plata, se subió al escenario del espectáculo de su pareja, Fátima Florez, y vaticinó que los “meses por delante” serán muy duros por “las bombas que dejaron”, en referencia a
la administración de Alberto Fernández.
Pero avisó que el Gobierno “se va a poner de pie” y que trabajan constantemente para ello, “24 por 7” precisamente. El mensaje, de todos modos, no resultó demasiado alentador colaboradores del Presidente. A pesar de ello, hay satisfacción oficial por haber atravesado diciembre, un mes caliente, sin mayores contratiempos, según se evaluó esta semana en el Ejecutivo.
para su tropa.
En relación con sus primeras semanas de gestión, el máximo referente de LLA suelta como mérito el hecho de haber “blanqueado”, desde el primer minuto, la pesada herencia que recibió del gobierno anterior y menciona “el control” que tuvo de las calles ante las protestas que se realizaron. De hecho, imaginaba un diciembre con un mayor grado de conflictividad, algo que no sucedió, desde su visión, gracias a las fuerzas de seguridad que conduce Patricia Bullrich, a quien elogia cada vez que puede. Las tareas de la policía quedaron a la vista en la marcha del 20 de diciembre, protagonizada por los piqueteros más duros, y de la CGT, enfrente de la plaza de Tribunales, en el Centro porteño, que terminó con incidentes menores entre los efectivos y los manifestantes.
Hay otro tema que no pasa desapercibido para los integrantes del elenco oficial y que ya genera cortocircuitos: funcionarios de primera y segunda línea trabajan en iniciativas, proponen ideas en reuniones de gabinete y técnicas, y se enteran por los medios de comunicación de los proyectos finales. Una situación que se vivió desde el primer decreto de necesidad y urgencia, que organizó ministerios y áreas de gobierno, con solo un borrador que llegó a manos de ministros, hasta la letra chica del megadecreto de necesidad y urgencia, que se comunicó en cadena nacional y con presencia de todo el gabinete.
Esa disposición, cuyo padre fue Federico Sturzenegger (sin cargo pero con fuerte influencia en el Gobierno), contó con sorpresas para varios integrantes del elenco oficial, que nunca pudieron leer la versión definitiva de la medida. Y, obviamente, masticaron bronca en voz baja.
Con la ley ómnibus en la última semana sucedió lo mismo. El jueves por la tarde, día en el que se conoció la iniciativa, con un video ideado por Santiago Oría, cineasta y artífice de la imagen del Presidente, e Iñaki Gutiérrez, a cargo de las redes de Presidencia, varios dirigentes del oficialismo tomaron sus celulares y empezaron a preguntar por la letra definitiva de la iniciativa, de la que participaron con diferentes sugerencias. No podían creer que los periodistas tenían en sus manos la ley y no ellos.
Es más: Oscar Zago, el jefe del bloque libertario en la Cámara de Diputados, admitió en una entrevista radial esta semana que no había podido leer de manera completa la normativa con la que Milei busca implementar cambios de fondo. “Vamos a estar más al tanto de todos los puntos la semana que viene”, lanzó el legislador.