Perfil Cordoba

Las SAD, el DNU y la posverdad

- AguSTín cOlOmbO

El circuito funciona más o menos igual siempre. Funciona así: un influencer británico, valiéndose de una declaració­n o de un deseo del presidente Javier Milei, dice que el Chelsea está interesado en seis clubes de la Argentina, ahora que la puesta en vigencia del DNU presidenci­al habilita, entre muchísimas otras cuestiones, el desembarco de las sociedades anónimas deportivas en el fútbol argentino. Enumera la lista de los supuestos apuntados: Boca, Racing, Estudiante­s, Newell’s, Lanús y Banfield, pero enseguida aclara que no hubo ninguna conversaci­ón ni acercamien­to a esas institucio­nes. Que es algo que está en estudio.

El influencer británico es Felix Johnston, un joven periodista que publica informació­n sobre el Chelsea, comenta sus partidos, tiene 158 mil seguidores en X (ex Twitter) y siete mil en YouTube.

Acá en Argentina lo tenemos claro, aunque en estos días vale la pena aclararlo: el DNU que entró en vigencia el último viernes intenta permitir el ingreso de las SAD a pesar de que el estatuto de la AFA lo prohíbe y de que muchos clubes ya lo consignaro­n de forma explícita en sus reglamento­s internos.

Pero eso no está en discusión en este texto. Volvamos a lo otro.

El comentario de Felix genera la publicació­n de un cable de Reuters, la misma agencia que la ministra Patricia Bullrich había mencionado como ejemplo –con una mentira total sobre la cantidad de personas que trabajan allí– para esmerilar a la agencia Télam que este gobierno quiere privatizar o cerrar. El cable, como sucede siempre, es la punta del ovillo: a partir de su publicació­n, el texto se replica hasta el infinito en sitios pequeños, medianos y grandes. El primero en subir la “noticia” –que es falsa o, en el mejor de los casos, aún no es una noticia– es un sitio mexicano. El segundo, OneFootbal­l. Después todo se amplifica: hasta Infobae, el sitio más leído de Argentina, copia, pega y la publica. El sitio de deportes de perfil. com –442– también lo hace. En la era de la posverdad, ya no importa la fidelidad de la informació­n, ni siquiera cierta verosimili­tud, sino los clicks. Lluvia de clicks. Que el público cliquee, después vemos si el contenido tiene asidero.

El circuito se complejiza por su masividad y llega al paroxismo cuando la ministra Bullrich, otra vez, pone como ejemplo del cambio de paradigma nacional el interés del “Chel-se-a” en seis equipos argentinos. Lo dice al aire en su canal favorito, LN+, y se lamenta porque el grupo económico dueño del Chelsea no está interesado en Independie­nte, el club del que es hincha.

El posteo de Johnston, a esa altura, ya se había convertido en una presunta verdad. Los clubes argentinos lo desmintier­on. Respondier­on con estatutos. Hasta se burlaron del supuesto interés, que en poco tiempo se caerá por su propio peso. Cuando suceda, ya no importará: el daño estará hecho.

No hay interés real del Chelsea por seis clubes argentinos, pero ahora eso ya

no importa

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X.COM DESEOS. Bullrich se lamentó y, así, convalidó una noticia falsa.

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