El actor cordobés de La Sociedad de la Nieve: “El arte es un lugar de resistencia”
Basada en el libro La Sociedad de la Nieve’, de Pablo Vierci, la película homónima
–dirigida por Juan Antonio Bayona– se centra en el accidente aéreo ocurrido en 1972 cuando un vuelo procedente de Uruguay se estrelló y 29 de sus 45 pasajeros sobrevivieron. Desde entonces, varados en el Valle de las Lágrimas, durante 72 días debieron soportar frío, hambre y deshidratación que son reflejadas en la película por un elenco compuesto mayoritariamente por uruguayos y argentinos. Entre ellos, Santiago Vaca Narvaja, oriundo de Unquillo, quien tras nueve meses de casting fue elegido para interpretar a Daniel Maspons, quien falleció a causa de un alud que sepultó los restos del fuselaje, unos días después del accidente.
“La actuación, en cierto punto, es un oficio intermitente, esporádico, castigado, pero tiene cosas increíbles como traer a este plano a gente que ya no está entre nosotros”, reflexionó Vaca Narvaja, en diálogo con Revista Ocio. Y añadió: “Zerbino (Gustavo, uno de los sobrevivientes) dice que las personas no mueren hasta ser olvidadas y nosotros no estamos permitiendo que se los olvide, les damos voz a quienes en producciones previas no las tenían”.
Sobre la composición de su personaje, relató que “hemos leído el libro, que es excelente, y estaba repleto de información pero lo maravilloso fue reunirnos con los sobrevivientes y también la fuente de nutrientes más grande fue la familia de Daniel”.
“Les pedí permiso para rendirle un homenaje y me brindaron anécdotas sobre cómo era él, un tipo sencillo, con una sonrisa pícara, lleno de luz, que entregaba amor para sus amigos y que dio la vida por ellos”, agregó. Y reveló: “Me escribieron para agradecerme porque ahora sienten que entendieron qué le pasó y me invitaron a Los Andes en febrero para hacer la caminata que hacen cada año”.
Así, indicó que “más allá de los números históricos de la película, la recepción de la misma es lo más maravilloso”. “Tenemos nominaciones para distintos premios, pero el mejor es que la gente esté alucinada y ese boom no lo esperaba”, aseveró.
De Córdoba al mundo. Nacido
Repasa su vivencia al ponerse en la piel de Daniel Maspons, uno de los rugbiers uruguayos que formó parte de la ‘tragedia de Los Andes’. “La actuación, en cierto punto, es un oficio intermitente, esporádico, castigado, en el seno de una familia de artistas, con una madre dedicada a la pintura y un padre poeta y editor, Santiago se inclinó primariamente por la abogacía, “como un acto de rebeldía”. Sin embargo, a la par estudiaba interpretación, su pasión latente con la que había tomado contacto en el secundario, gracias a su colegio, orientado hacia la comunicación y abocado a lo audiovisual. “En mi último año teníamos que presentar pero tiene cosas increíbles como traer a este plano a gente que ya no está entre nosotros”, dice el joven de 25 años. Además, ahondó en el presente que atraviesa la coyuntura cultural del país. un cortometraje y ahí empezó esto. Además, antes había hecho ‘La vida es sueño’ y una miniserie, ‘El Cactus’”, sostiene. “También tengo un gran recuerdo de mis clases de teatro y lo cierto es que me debo a mis maestros”, agregó.
De esta manera, después de un año vinculado al derecho, apostó a su vocación. En tanto, cuando surgió la posibilidad del film coproducido por Netflix, trabajaba en el Polo Audiovisual de Córdoba y estaba próximo a viajar al evento Iberseries & Platino Industria, en Madrid, para presentar un proyecto.
No obstante, sus planes mutaron ante el flyer que le envió un amigo con la convocatoria para una producción de la cual no se ofrecían, en principio, muchos detalles. Era plena pandemia y mandó el primer self tape. Más tarde, llegó el momento de viajar. “Me pidieron que fuera a Uruguay y le pedí a mi jefe una semana para ir a un casting en el que, si quedaba, posiblemente dejaba mi trabajo, pero me autorizó”, relató. También recordó que, Bayona y su equipo, vía Zoom, al confirmarle que había quedado en el reparto le preguntaron: “¿Qué preferís: pasillo o ventanilla?”.
Desde adentro. Así, se iniciaron meses de ensayo y luego, las jornadas de rodaje. Al respecto, narró que “eran muchas horas y arrancábamos bien temprano. Como teníamos que hacer dieta (ameritaba la caracterización, ya que se grabó en orden cronológico), no desayunaba, a lo sumo tomaba un mate. De ahí íbamos a unas oficinas donde nos maquillaban, vestían y preparaban dos o tres horas”.
“Después tocaban los set, que había tres: uno para planos generales, otro para escenas de interiores y uno de montaña (en Sierra Nevada). Era rodar todo el tiempo, comer cosas livianas y a la noche volvíamos al hotel y forzábamos la puerta del gimnasio del hotel para correr en la cinta y bajar calorías”. En este marco, admitió que “el frío y el hambre fueron duros, como también mantenerse con energía”.
Igualmente, reflexionó sobre el cambio emocional que suscitó en él la experiencia: “Me volví más esotérico y puse en duda el orden de mis prioridades. A veces nos preocupamos por banalidades, sufrimos más de la cuenta y quienes pasaron por esta situación son una escuela de vida que caminan. La historia habla de pérdida, muerte, pero también de amistad y hoy yo no tengo compañeros, sino hermanos. En tiempos tan oscuros y de odio esta obra transforma”.
Por último, abordó la situación cultural nacional y las medidas proyectadas por el Gobierno nacional que apuntan al desfinanciamiento. En ese sentido, Vaca Narvaja precisó que “me genera angustia. Se quieren cerrar entes autárquicos y Argentina es un gran semillero de artistas, pero mis padres me inculcaron que el arte es un lugar de resistencia desde el cariño y si bien no he vivido otras épocas de crisis, he leído mucho y tuve el priv i - legio de recibir educación pública y gratuita. Sé que en estos momentos la cultura sale a flote”.