Legisladores cordobeses: entre la obligación de ser mediáticos y la intrascendencia en redes
El 1 de febrero quedó inaugurado el período de sesiones ordinarias de la Legislatura de Córdoba. Una instancia de relevancia política, que marca el inicio del año legislativo para el tratamiento de iniciativas que mejoren, en algún punto, la calidad de vida de la comunidad. Sin embargo, uno de los mayores desafíos que afrontan los equipos legislativos es la falta de conocimiento específico sobre su labor: ¿qué hace un legislador? ¿Qué cuestiones se pueden esperar y cuáles no del fruto de su trabajo? Además, se añaden otros problemas como la utilización de lenguajes técnicos que se corresponden con el abordaje de proyectos pero que generan lejanía con una sociedad que pide a gritos que la política escuche, esté cerca y resuelva.
Las redes sociales representan una de las herramientas sobre las cuales es posible trabajar la vinculación con la comunidad. Con ello no quiero referirme a que sea la única, ya que las relaciones que se entretejen en el territorio o el reconocimiento que se logra en los medios tradicionales es difícil de reemplazar, aunque no caben dudas que juegan un rol importante. Un dirigente político que desee ser reconocido y bien visto por su comunidad, ineludiblemente necesita articular estos planos.
Empero, las redes sociales debido a su masividad y alcance, representan una tierra fértil para que los legisladores (y otros dirigentes) entablen relaciones con los vecinos. Ahora bien, ¿los 70 legisladores cordobeses utilizan las redes sociales? ¿Hay quiénes no? La imagen que proyectan a través de ellas, ¿responde a criterios estratégicos? No sólo es importante tener una cuenta, sino que la misma debe reflejar aquellos atributos diferenciales que permiten destacar en la marea de información que circula y así generar que un ciudadano, que está permanentemente bombardeado de estímulos, se detenga a ver una publicación.
Aún más, en tiempos de desconfianza hacia la política y sus dirigentes, el desafío es mayor. Veamos cómo es el desempeño de los legisladores cordobeses en Facebook e Instagram, dos de las principales redes sociales del universo meta.
La red social más utilizada es Instagram, con un 91,4% de los legisladores utilizándola. En Facebook, su uso desciende levemente a un 88%. Existe un 7,1% de los legisladores que no utilizan estas plataformas para vincularse con su comunidad ya sea porque esta no es pública o no favorece una búsqueda rápida y sencilla para los usuarios que pueden estar interesados.
Ahora bien, sólo el 35,7% tiene actualizado su perfil. Es decir, posee en la descripción una alusión explícita al cargo público que ocupa; mientras que 64,2% no cambió esta información. Incluso más: existen siete legisladores que poseen cuentas cuyos nombres aluden a la campaña electoral reciente o a cargos que han ocupado anteriormente como “intendente”, “ministro”, etc.
¿Por qué es importante mantener esta información actualizada?
Un error muy frecuente es pensar la comunicación desde la lógica del emisor y no desde la del receptor. En este caso, pensar estratégicamente la comunicación demanda empatizar con aquel vecino de a pie que tiene algún porcentaje de interés en la poy lítica legislativa y que desea obtener información a través de estos medios.
Mientras menos barreras existan, más sencillo será dar con los datos y con el perfil. Un principio fundamental de la comunicación es diagramar las acciones desde quién las recibe