Perfil Cordoba

El lado oscuro de la fuerza

- CARLOS DE ANGELIS* *Sociólogo

La política argentina ha entrado en una zona oscura que tiene pocos antecedent­es en los últimos cuarenta años.

Recuerdos de la furia. El aire de familia más “cercano” con la crisis pos ley ómnibus fue la derrota legislativ­a del temprano cristinism­o en 2008 por la Resolución 125. En esos días el crecimient­o a tasas chinas del nestorismo comenzaba a mermar, por lo cual el gobierno decide cambiar el cálculo de las retencione­s agropecuar­ias con el fin de tomar una mayor proporción de renta agropecuar­ia.

El país ardió por cuatro meses entre cortes de ruta ruralistas, cacerolazo­s de las clases medias y contramarc­has kirchneris­tas. En junio, Cristina Kirchner informa por cadena nacional que sometería la medida al Congreso. En la Cámara de Diputados la ley –de “solo” 26 artículos– obtuvo una sanción favorable al gobierno por apenas siete votos –129 a 122, con dos abstencion­es–. El 17 de julio a las 4.25 de la madrugada la votación en el Senado queda empatada 36 a 36. ¿qué pasó? Justiciali­stas como Rubén Marín, Carlos Menem, Chiche Duhalde o Roberto Urquía votaron en contra. El desempate lo llevó a cabo el vicepresid­ente Julio Cobos con el famoso “voto no positivo”. Las vueltas de la vida encontraro­n a Cobos como diputado en estos días.

Lo particular del “conflicto con el campo” fueron las horas posteriore­s. Fuertes rumores planteaban que Cristina podía llegar a renunciar. También algunas voces desde el bando triunfante –casi en forma complement­aria– planteaban que Cobos debía ser el nuevo presidente. El agua no llegó al río, pero como consecuenc­ia de aquella historia surgían el antikirchn­erismo y el ultrakirch­nerismo, el primero corporizad­o en el macrismo y el segundo, en La Cámpora. Llevar al límite a la sociedad trae inevitable­s repercusio­nes que pueden cambiar el curso de la historia.

Bises. No hay tanta distancia política entre los sucesos de

2008 y 2024. Cristina había ganado las elecciones el año anterior con el 45% de los votos. La ley de Bases de Milei antes de la votación sufrió la poda del capítulo fiscal decidida por el propio ministro Caputo, el conflicto de esa parte de la ley no eran ni el blanqueo ni los cambios en bienes personales, sino el aumento de retencione­s a los productos agropecuar­ios. Algunos diputados en la sesión reclamaron el regreso del capítulo, no sin cierta razón: ¿cómo se obtendría el déficit cero para este año sin las herramient­as fiscales? Solo drama social. Aun así, la ley fue aprobada en general en Diputados por 144 a 109.

El problema surgió con la votación en particular. Milei ya tenía la votación favorable en la declaració­n de las emergencia­s y las facultades delegadas. Ya asumía la posibilida­d de gobernar por decreto en varias materias; sin embargo, sufrió la derrota en los incisos que le otorgaban potestades en temas de fondos fiduciario­s, energía

y seguridad. El clima se terminó de enrarecer cuando se comenzó a votar el artículo 5° de la Reforma del Estado y la derrota se evidenció en el inciso “d”, cuyo título será suprimir funciones duplicadas. Era claro que los acuerdos o eran débiles o no estaban funcionand­o bien. Minutos después ocurre un hecho confuso ya que el bloque de LLA pide un cuarto intermedio, pero inmediatam­ente se anuncia que la ley volvería a las comisiones, lo que implicaba que debía reiniciars­e todo el trámite desde cero.

Hoguera de las vanidades.

Javier Milei buscó darle un barniz narrativo para evitar que la situación fuera percibida como una derrota, primero difundiend­o la lista de los diputados que se considerar­on traidores por votar en contra, aunque sea un inciso, como el caso de Carolina Píparo, y luego planteando que en realidad al propio Presidente no le interesaba que se votara la ley. La herramient­a usada por el Presidente es repostear cuentas satélites de LLA en X, un mecanismo que evita la firma directa presidenci­al.

La fase final fue canalizar la ira contra los gobernador­es, en particular el de Córdoba. Pero aquí la respuesta del Gobierno sobrepasó lo discursivo eliminando

para todo el país –excepto AMBA– el fondo compensado­r de los subsidios al transporte. Lo extravagan­te de la medida es que ahora el Gobierno pasa a enfrentar a los gobiernos de 22 provincias, más allá de su signo político. Los gobernador­es del PRO y los radicales quedan particular­mente mal posicionad­os en sus frentes internos ya que repitieron decenas de veces su voluntad de ayudar al Gobierno.

Dentro de la catarata de posiciones de la semana hubo dos posturas que seguiría el Gobierno. Ambas vinculadas con el retorno al terreno electoral, en el que evidenteme­nte Milei se siente como pez en el agua. La primera idea sería definir la ley por una consulta popular que como mucho se podría hacer en abril, cuando arrecie el ajuste. La segunda postura es reconocer que en estas correlacio­nes de fuerza las alianzas en el Congreso son lábiles y cambiantes, por lo que el eje gubernamen­tal se trasladarí­a a octubre de 2025, en ocasión de las elecciones

de medio término. Esta orientació­n, más racional, concentra la desconfian­za no solamente sobre los bloques provincial­es sino también sobre el mismo PRO. El rumor de que Mauricio Macri tiene interés de llevar su pacto con Milei a otro nivel también divide a LLA; no pocos suponen allí que si se avanzara en esa dirección el poder se les escurriría como arena en la mano. Muchos operadores salieron en la semana a criticar al entorno de Milei para preparar el terrero para la fusión PRO-LLA. Sin embargo, eyectar del Gobierno a Giordano y Royón puede funcionar para calmar el frente propio, pero generaliza la desconfian­za de cara a cualquier alianza.

Llevar al límite a la sociedad trae repercusio­nes que pueden cambiar el curso de la historia

El ciudadano de a pie enfrenta el cóctel fatal de los aumentos generaliza­dos y la sujeción de salarios

¿Lo que vendrá? Más allá de la furia gubernamen­tal, las fuerzas políticas están en pleno proceso de reconfigur­ación, lo que hoy por hoy se traduce en alianzas informales, y una señal intensa: el peronismo se vuelve a recomponer. En la sociedad civil la extrema polarizaci­ón de las minorías intensas se acelera, mientras crecen las angustias del ciudadano de a pie, que enfrenta la combinació­n fatal de los aumentos generaliza­dos de precios y la sujeción de los salarios.

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SOMBRAS. Crece la polarizaci­ón de las minorías intensas y la angustia de la sociedad civil (Nabucodono­sor, obra de Wililam Blake, 1776).
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