Perfil Cordoba

EL LOCO DE LAS BRASAS

Nació en Balvanera, es trotamundo­s, fanático de la pesca y devoto del asado. Cuando corta una pieza de carne la palpa con el cuchillo: según corre el filo, deduce su temperatur­a, su edad, su grasitud, su origen. Embajador de Marca País en Madrid y empresa

- Por Inés Tenewicki

V“Piantao cambió un poco la idea de lo que era el restaurant­e argentino; se empezó a cuidar la estética, la ambientaci­ón, las luces, una buena extracción de humo, y empezamos a sofisticar el concepto de la brasa. Es un proyecto más contemporá­neo: una parrilla de autor donde las carnes son super

selecciona­das.”

ive en España desde hace 15 años, y desde hace 4 lleva adelante el restaurant­e Piantao en Madrid, que contagia a los comensales del mundo esa pasión argentina tan autóctona como el tango. Se jacta de que en su cocina no hay salsas, ni ningún tipo de maquillaje. Es el producto, la técnica de la brasa y no mucho más. Y se emociona: El asado popular argentino es la mejor experienci­a gastronómi­ca que puede haber en el mundo. Y sobre todo al lado del fuego, algo tan primitivo para la humanidad que creo que nos conecta con el inicio de todo. Dice este porteño que puso de moda en Madrid la entraña y la molleja, y que cuando viene a Buenos Aires también disfruta la pizza de molde con moscato y soda, las pastas de bodegón y toda la panadería argentina.

Primeros pasos

Se considera suertudo por haber descubiert­o la gastronomí­a a los 15 años, cuando, como bachero de Portezuelo, en Recoleta, pasaba por el restaurant­e del Gato Dumas y todos los días le pedía trabajo, hasta que lo consiguió por cansancio. Al mismo tiempo hacía pasantías en los hoteles Sheraton y Hyatt, donde su formación adquirió acento francés. Acompañó al Gato en sus emprendimi­entos en Pilar y Paraguay, y con 18 años ya era jefe de cocina con una brigada de 20 personas. Cuando el Gato abre la escuela él se va a trabajar a Estados Unidos, México, a Chile. Con un ínterin en Buenos Aires, en 2007 se muda a Madrid trabajar para un grupo gastronómi­co que tenía desde heladerías hasta restaurant­es de tapas. Tengo como 7 campeonato­s de tapas ganado es curioso que los gane un extranjero, porque es un producto tan español. Antes de arrancar con Piantao calentó motores en

El Bulli, El Racó de Can Fabes, El Celler de Can Roca, y en su

propio restaurant­e de cocina fusión en Toledo.

De chiquilín

La pesca, la cocina y la infancia se amarran entre sí en visitas que hacía todos los años a sus abuelos que viví en Chaco. Armaba mis anzuelos calentando y doblan las agujas de coser que le robaba a mi abuela. Con un h y un palo me hacía una caña, y me iba a pescar mojarri con miga de pan. Después con mi abuelo, que era panade las enharinába­mos y freíamos. Cuando él trabajaba de noch llegaba a las doce, hacíamos el aperitivo, y si yo pescaba hacíam las mojarritas fritas y él tomaba amargo obrero con soda. Mi abu es de Tucumán, entonces... de repente preparaba kipe crudo o ha unos tipos de croquetas con masa de ñoquis y las rellenaba con un relle de empanada y las freía. Yo venía de jugar, abría la heladera y siempre hab cosas ricas para comer.

Piantao, ya sé

l primer restaurant­e fue en un barrio enfrente al Matadero, en Legazpi, porque scaba un local con metros cuadrados suficiente­s para tener los fuegos a la vista y rque era la renta que podía pagar. Nadie apostaba a que pudiera funcionar. partir de la reapertura a los tres meses de la pandemia, el restaurant­e mpezó a ser gradualmen­te un referente de cocina a las brasas. En adrid hasta el momento el concepto era parrilla adaptada al gusto pañol: entrantes de jamón, croquetas, ensaladill­a rusa… Piantao mbió un poco la idea de lo que era el restaurant­e argentino; se mpezó a cuidar la estética, la ambientaci­ón, las luces, una buena tracción de humo, y empezamos a sofisticar el concepto de la asa. Es un proyecto más contemporá­neo: una parrilla de autor nde las carnes son super selecciona­das. Empecé con carnes la pampa, después incorporam­os carnes de diferentes partes l mundo, salimos del modelo de la típica parrilla donde la guarción es la papa frita o la ensalada mixta y le empezamos a dar ás protagonis­mo a los vegetales de temporada con preparacio­nes tanto de guarnición sino como de plato ya terminado. Jugamos con ciones que la gente nunca había probado en un restaurant­e de carne, mo una ensalada de lechuga a la parrilla o unos espárragos de navarra con go de aceituna. Ponemos la típica humita en chala, los panes que elaboramos todos días, por ejemplo, un librito, un palito matero, un chipá, entonces vamos mostrando estra gastronomí­a con toda una elaboració­n detrás.

¿Y qué técnica usan para la brasa?

–Usamos la técnica del parrillero argentino porteño, porque acá la referencia de asador que hay es el vasco, que usa la varilla de hierro redondo donde cocina con mucho fuego. En cambio, el hierro que usa el parrillero argentino es en V con una pequeña inclinació­n para que caiga la grasa, es ese parrillero que tiene una destreza diferente a cualquier otro asador del mundo, la de tener en una parrilla de un metro cuadrado 15 cortes a la vez con diferentes puntos: el provolone, la molleja, el chorizo, las carnes. Un tema que me enorgullec­e es que en Piantao rompimos con la tradición de que el parrillero es varón. Tengo dos chicas al frente de las parrillas que son dos máquinas.

“A diferencia del bodegón, que es una influencia europea que fuimos aprendiend­o y desarrolla­ndo, la parrilla como tal es algo nuestro, desde el principio

al fin.”

¿Qué es lo más importante que le brinda Piantao al comensal? –Nosotros trabajamos para que el cliente realmente viva una experienci­a. Porque cuando alguien toma la decisión de ir a un restaurant­e y gastarse 70, 80 euros, no va solamente a comer carne. Tenemos sommelier, y una carta del 40% de referencia­s argentinas y otro tanto españolas, y algo de Europa como Francia y el resto del mundo. Tenemos una sala entrenada para explicar la procedenci­a del animal y sugerir a qué punto comer esa carne porque cada músculo tiene un punto de cocción ideal. Un vacío o una tira de asado, por ejemplo, no los podés comer jugosos. Y también contamos que nuestra empanada la hacemos con masa casera y relleno con carne de ojo de bife cortada a cuchillo. Ya hay una declaració­n de intencione­s desde el momento en que te sentás y te ponemos el pan elaborado del día y una manteca ahumada en frío. Y que podés elegir

una carne americana, una centro-europea, una australian­a, una canadiense, o por supuesto una argentina. La carta de postres va en el mismo sentido. Aunque es una oda al dulce de leche, hacemos reinterpre­taciones muy personales de postres argentinos como el alfajor, la chocotorta o el vigilante, dice Brichetto.

Encender el fuego, preparar la picada, tomar un vino mientras se asa la carne, el choripán ¿Qué te transmite esa escena?

–Todo ese ritual es la mejor experienci­a gastronómi­ca del mundo y es argentina. Eso, sin duda, es lo que nos representa: el asado del campo, las largas cocciones, la estaca, el costillar, el vacío, el cordero. No hay con qué darle. Por algo la guía Michelin, el máximo galardón, se lo dio a una parrilla como Don Julio porque es lo que mejor representa a la gastronomí­a argentina como algo autóctono. A diferencia del bodegón, que es una influencia europea que fuimos aprendiend­o y desarrolla­ndo, la parrilla como tal es algo nuestro, desde el principio al fin.

“Tengo como 7 campeonato­s de tapas ganados, es curioso que los gane un extranjero, porque es un producto tan

español.”

Volvés varias veces por año, ¿cómo ves la gastronomí­a argentina?

–Buenos Aires me encanta, es una ciudad viva. Y contradict­oria: al mismo tiempo que no se puede negar la situación que vivimos a nivel económico, yo he ido un jueves a Palermo y no encontré lugar para comer en ningún restaurant­e. Me encanta ver lo que hace la gente joven, el empuje, pero también la creativida­d. Buenos Aires es eso: en una esquina, en un barrio tranquilo, de repente te abre un local un chico o una chica con talento y ganas, y te hace un concepto informal, pero a su vez rico, con buena carta de vinos con las nuevas tendencias. Y eso no se ve tanto en Madrid. Siempre estamos pensando que la vanguardia está en Europa, pero creo que Buenos Aires tiene lo suyo, la coctelería por ejemplo es muy buena. Y ni hablar de la panadería.

¿Planes futuros?

–A mí me encantaría poder llevar mi concepto por todo el mundo. Con Alejandro –Vigil– pensamos en hacer algo en Mendoza, pero todavía está verde. Buenos Aires también es una plaza que nos interesa porque creo que a nivel turístico le esperan unos años muy productivo­s.

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 ?? ?? Chuleta de vaca Simmental con 50 días de maduración.
Chuleta de vaca Simmental con 50 días de maduración.
 ?? ?? Ojo de bife con 40 días
de maduración.
Ojo de bife con 40 días de maduración.
 ?? ?? Cada corte tiene su punto de cocción.
Cada corte tiene su punto de cocción.
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 ?? ?? Carpaccio de vaca con emulsión balsámica.
Carpaccio de vaca con emulsión balsámica.
 ?? ?? Alcachofas a la brasa con papada ibérica.
Alcachofas a la brasa con papada ibérica.
 ?? ?? Mollejas a la brasa.
Mollejas a la brasa.
 ?? ?? Banana a la parrilla, reducción de cacao, almendras crujientes y crema helada de coco.
Banana a la parrilla, reducción de cacao, almendras crujientes y crema helada de coco.
 ?? ?? Papa del camionero, uno de los clásicos que nos acompaña temporada tras temporada.
Papa del camionero, uno de los clásicos que nos acompaña temporada tras temporada.
 ?? ?? Tal vez la mejor tarta de queso y dulce de leche de Madrid.
Tal vez la mejor tarta de queso y dulce de leche de Madrid.
 ?? ?? Merengue crujiente relleno con nata.
Merengue crujiente relleno con nata.

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