Milei busca contención en Bullrich ante la falta de respuestas de Posse
La figura de la ministra de Seguridad gana consideración en el micro universo de Milei, donde participa su hermana y Santiago Caputo. El Presidente toma decisiones casi
El presidente Javier Milei cuenta con pocas “mesas chicas” donde se permite discutir algunas de sus acciones de gobierno. Una económica y otra política. Se sabe que el Presidente realiza consultas por temas puntuales y sólo en algunos casos hace reuniones con tres o cuatro personas como máximo. Sin embargo, en los últimos días, el teléfono de Patricia Bullrich sonó más de lo normal. Todos quedaron muy contentos con la sugerencia del gran acuerdo nacional que se transformó en el Pacto de Mayo.
La iniciativa, sumada a último momento en el discurso de apertura de sesiones, intenta darle un perfil dialoguista a un presidente que carece de esa cualidad. Aseguran que fue una propuesta de la hasta ahora presidenta del PRO. Dicen, con picardía, quienes están cerca de la ministra que “cada vez se le ve más el color violeta, se va degradando el amarillo”. Convencimiento pleno en la administración Milei.
La ministra de Seguridad va adquiriendo poder propio dentro de un gabinete afectado por la caída de la Ley de Bases y el mal paso del DNU por el Senado. Guillermo Francos, en su rol de ministro del Interior, debe negociar con los gobernadores pero muchas veces esos acuerdos se caen en el despacho de presidente.
Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, llegó siendo un ejecutivo “con una cabeza diferente” desde Aeropuertos Argentina 2000 pero no decide, sólo traslada las demandas. Es en soledad y apela a mini reuniones para algunos temas en particular. Ministros como Posse y Francos quedan a mitad de camino a la hora de tender puentes con el
más, algunos se animan a decir que ni siquiera las interpreta. En la reunión que mantuvieron todos los gobernadores la semana pasada con Posse, muchos mandatarios (la gran mandatario y los gobernadores. “A Milei no le llegan nuestros planteos, es evidente que falla la comunicación”, dicen algunos mandatarios provinciales.
mayoría) conocieron la voz del ministro en la reunión. Nadie salió impresionado.
Milei se siente solo. Apela a su hermana y al joven Santiago Caputo, ninguno con
experiencia en la gestión política. El Presidente pasa las tardes en su despacho, con un pizarrón repleto de ecuaciones matemáticas. Todas las cuentas del Estado están allí.
Analiza cada variable y cómo puede impactar en la billetera de su ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, con una preocupación casi única: la inflación.
Allí está largas horas, concentrado en eso, muchas veces descalzo. Casi no lee lo que firma, uno de los problemas que originó el aumento a los funcionarios nacionales, luego frenado y utilizado como estrategia contra la casta. En su despacho el aire acondicionado siempre está a full, a temperaturas muy bajas. Se pueden ver las camperas de cueros, aseguran que son unas seis, y un par de trajes, que los usa de vez en cuando.
No quiere sentarse a llamar a gobernadores o legisladores. Se molesta muy fácil con las declaraciones o acciones de “la casta”. El senador Martín Lousteau fue su última víctima. La votación en contra del DNU en el Senado le valió que todo el aparato comunicacional lo marcara como el responsable de la caída de la norma. Si tiene algún tiempo, opta por pasar tiempo con el grupo “Counter Strike”, los chicos que manejan su comunicación en redes sociales. Todo menos X, otras de sus pasiones y donde nadie se mete.
En ese esquema entra Bullrich. Entre los celos de Posse y Francos, la ministra se hace lugar en las consideraciones de Milei. Quizás el tiempo como ministra de Seguridad sea acotado y más temprano que tarde pase a ocupar otro lugar en el escalafón de Ejecutivo. El accionar de la ministra de Seguridad en Rosario y el protocolo “anti-piquete” que impide cortar las calles en las movilizaciones son pequeños triunfos que cuenta la funcionaria como propios.
Pero la falta de recursos nacionales puede generar que todo quede en el medio del camino. Para algunos no sería descabellado que reemplace a Posse. Quizás llegue a ser la primera Jefa de Gabinete. La buena consideración de la hermana del presidente, sobre la funcionaria, podría precipitar la decisión. Por aciertos propios, dicen algunos. Y por errores de otros, agregan.