TODO PASA”
aplican los jueces entre unas causas y otras, como ciudadano creo que sería mucho más ilustrativo y esclarecedor para los millones de compatriotas (que lo vemos por tevé) que Cristina siguiera utilizando la misma vía, la de la carta vía Twitter, que es democrática porque llega a todos sin ninguna interferencia de los medios hegemónicos, y le contara al pueblo todo, cómo hicieron ella y su ex marido para amasar semejante fortuna familiar habiendo sido empleados del Estado durante al menos los últimos veinte años. Cómo hizo Néstor para adquirir, a poco de dejar la Presidencia, dos millones de dólares en plena crisis financiera internacional para destinarlos a la compra de un hotel. O qué hacía Antonini Wilson en el homenaje a Chávez en la Casa Rosada el día posterior a habérsele incautado una valija con US$ 800 mil, cuyo origen y destino no pudo explicar. O si el veto al 82% de los jubilados, votado por el Congreso, tenía como objeto mantener cautiva esa gran masa de dinero para poder abastecer sus necesidades de caja sin necesidad de tocar el Presupuesto, como de hecho sucedió desde 2010. Son sólo algunas de las dudas e incertezas que han quedado dando vueltas en el inconsciente colectivo y que estaría buenísimo que hiciera uso de esta aplicación, para ayudar a que los ciudadanos vivamos más informados. Juan José de Guzmán jjdeguz@gmail.com conscientemente bajo su propia iniciativa y convicciones. Suena ridícula y hasta ingenua, entonces, la expresión manifestada, cuando el Poder Judicial no necesita el apoyo de nadie, es autónomo. Carlos A. Ferrer carlosferrer4010@hotmail.com Creo que el peor problema que enfrenta el conflicto (?) de la AFA es no establecer el diagnóstico correcto que ninguno de los participantes (dirigentes de clubes, árbitros, futbolistas agremiados y periodistas deportivos, entre otros) se anima a plantear con objetividad, aprovechando, maliciosa e intencionadamente, el vínculo emotivo que todos los argentinos tenemos con el fútbol y que nos hace creer que podemos opinar porque “las sabemos todas”. Ese anillo de Grondona que estampaba mucho más que dos palabras y un decir ajeno al fútbol ha venido a demostrar –luego de su muerte y como legado– que en el fútbol argentino “pasa de todo” (pasó, pasa y seguirá pasando), porque la historia de corrupción en la AFA se resume perfectamente analizando tres acontecimientos de los últimos seis meses y hoy con un final ya decidido (se acomodaron los melones): en diciembre, con una simple elección de 75 votantes y dos candidatos (veedores de la IGJ mediante), contaron mal y apareció un furtivo 76 (¿la maldición de don Julio?); hace tres semanas, cinco presidentes de los clubes más poderosos (con más poder, más dinero y menos escrúpulos) van a un programa de televisión y largan la “gran” idea de la Superliga, anticipando que el fútbol moderno requiere tener CEOs; y llegó la semana del ridículo con un comunicado erróneo, cartas que nadie firmó y la “lamentable” de Marcelo Tinelli y que, seguramente, llega acompañada de sus otros socios “conspicuos”, que por casualidad son los clubes grandes. Y todos felices, todos con cuota de poder y, lo más importante (e innegociable), todos con plata que los hace más felices y los ayuda a seguir corrompiendo, obvia y lamentablemente, el prestigioso fútbol argentino (deportivamente hablando, por supuesto). Alberto Daniel Muia lbermuia@yahoo.com.ar