Perfil (Domingo)

“Macri me creyó más a mí que a su propio padre y ahora es presidente”

Fue el sostén de la carrera del líder Pro, quien lo considera su papá afectivo. revela que votó a scioli y que cuando negoció con lópez nunca le pidieron “ni diez centavos”.

- ANDRES FIDANZA

Si Franco presionaba y muchas veces humillaba a Mauricio, Gregorio Chodos siempre representó una cara más compasiva para el actual presidente. Así fue como reemplazó en parte a la figura de Franco: “Gregorio es como un padre para mí”, llegó a decir Mauricio Macri. Histórico líder de la Cámara Argentina de la Construcci­ón, Chodos conoció a Franco en 1962, cuando Mauricio era casi un bebé. Fueron amigos, socios y vecinos. Pero no sólo cumplió el rol de padrino, ante la falta de estímulos por parte de Franco: desde una perspectiv­a más desarrolli­sta que la formación liberal de Mauricio, fue una especie de tutor político. Lo alentó y acompañó en el salto desde la patria contratist­a a la puja por la conducción del Estado. Hoy, a los 80 años, olvidadizo o memorioso, según el tema, y ya semirretir­ado de la Cámara, es un crítico severo del Gobierno. Mientras fuma sus dos cigarrillo­s diarios, reivindica a Julio De Vido y sigue sorprendid­o por el triunfo de Macri, candidato al que no votó.

—¿Cuándo supo que Macri iba a ser presidente?

—Yo se lo anticipé. La primera vez, él se quedó callado. Le pregunté qué le pasaba. De locos, “estoy cansado”, me contestó.

—¿Cuándo fue?

—Hace muchos años. En la quinta de ellos en San Miguel. Nosotros éramos vecinos: yo iba a la de ellos y ellos venían a la mía. Jugábamos al golf. Ahí conocí a Franco: le gustaban mucho las señoras y nos hicimos muy amigos.

—Y en la elección presidenci­al: ¿que esperaba?

—Mi candidato era Scioli. Todo el mundo pensaba que iba a ganar Scioli. Pero la señora (por Cristina Kirchner) se mandó una cagada brutal. Lo puso de candidato a gobernador a él (Aníbal Fernández). No lo votó nadie. Si hubiera puesto al chico del ferrocarri­l (Florencio Randazzo) o al de Diputados (Julián Domínguez), el presidente no habría sido Mauricio. Son esas cosas que pasan en la historia.

—¿Usted no votó a Mauricio?

—Voté a Scioli. Yo no pensé que ella iba a hacer el dispa- rate que hizo. Si no, Mauricio no ganaba. Tampoco Vidal: la más sorprendid­a fue ella misma.

—¿No le tenía confianza a Macri?

—No era un problema de confianza. Scioli era nuestro candidato.

—¿Con “nosotros” a quiénes se refiere?

—A la Cámara de la Construcci­ón. César Polledo, fundador de la Cámara, una vez me dijo: “Nuestro cliente es el Estado: siempre somos oficia- listas”. Esa contestaci­ón sigue vigente: si nuestro cliente es el Estado, tenemos que negociar con ellos.

—Con el kirchneris­mo, a la Cámara le fue bien.

—Nos fue bien en los último doce años. Tampoco nos va mal ahora, a pesar de que hay demora en los pagos y un poco de desempleo.

—¿Cuál fue su relación con el ex secretario de Obras Públicas, José López, a quien conoció bien?

—Yo hablaba mucho con López, pero nunca hice obras con él. Hice muchas viviendas con gobernador­es e intendente­s, pero no por un contrato directo con Nación.

—¿Alguna vez pagó y le pidieron una coima?

—Nunca me pidieron ni diez centavos.

—¿Qué opina del ex ministro de Planificac­ión Julio De Vido?

—De Vido fue un muy buen ministro. Nunca vi a nadie a quien le haya pedido plata. Puede haber pasado, pero yo nunca lo vi.

—¿Cómo ve al gobierno de Macri?

—Lo veo débil. No tiene estructura partidaria. El PRO no es una estructura partidaria.

—¿Usted se define como peronista?

—Soy peronista. Tuve una relación con Perón que nadie tiene. Lo visité en Puerta de Hierro, y forjamos una relación muy rápida.

—¿Qué es el PRO?

—Una casualidad.

— ¿Cómo fue el salto de Macri desde Socma a la presidenci­a de Boca?

—Recuerdo que fuimos a dar una vuelta en auto. Me pidió y me insistió para que lo apoyara. Al final le dije: “Vas a perder”. Pero no perdió.

—¿Buscaba su aprobación?

—La relación con el padre era, y es, complicada. Franco no quería saber nada.

—¿Franco no le daba el lugar que Mauricio pretendía en las empresas?

— No es a sí tota l mente. Franco entendió más a Mauricio que él al padre. Entendió el lugar de cada uno. Mauricio tenía un lugar en la empresa, pero decidió irse.

—¿Habla de política con Mauricio?

—Sí, hace cuatro días hablamos. Pero conmigo no puede hablar de política, puede escuchar de política.

—¿Mauricio entiende de política?

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“Nuestro cliente es el Estado: siempre somos oficialist­as”, repite Chodos.
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DUHALDE Y DE LA RUA.
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AHIJADO. Conoce a Macri desde chico. Dice que con él el Presidente “no puede hablar de política, puede escuchar de política”. Y que llama a

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