Perfil (Domingo)

El asesino de la diputada se negó a declarar ante la jueza

Thomas Mair, que mató a la laborista Jo Cox, gritó en el tribunal sólo “muerte a los traidores” y “libertad para el reino Unido”.

- AGENCIAS

“Me llamo ‘Muerte a los traidores’ y ‘Libertad para el Reino Unido’”, dijo en el tribunal el asesino de la diputada laborista Jo Cox, cuya muerte conmocionó al Reino Unido y obligó a suspender la campaña del referéndum sobre la Unión Europea, al preguntárs­ele cómo se llamaba.

Esta declaració­n de Thomas Mair en el tribunal londinense de Westminste­r confirma al parecer las revelacion­es y los testimonio­s publicados por la prensa desde el asesinato de Jo Cox, el jueves.

Después de negarse a dar su nombre, Mair, esposado y vestido de ropa deportiva de color gris, no dijo nada más y se mantuvo callado cuando la magistrada le preguntó su dirección y su fecha de nacimiento.

Al final de la audiencia, la jueza ordenó un análisis psiquiátri­co del acusado y su detención en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, al sudeste de Londres.

Mair debe comparecer mañana por segunda vez ante la Justicia, esta vez en el tribunal londinense de Old Bailey. Homicidio voluntario. El viernes, Mair fue imputado por homicidio voluntario de la diputada laborista de 41 años, a la que apuñaló y baleó el jueves en su circunscri­pción de Birstall, en el norte de Inglaterra.

También fue acusado de lesiones corporales graves, de posesión de un arma de fuego con la intención de cometer un acto criminal y de posesión de un arma ofensiva.

Un hombre de 77 años permanece hospitaliz­ado tras haber sido herido por Mair al intentar defender a Cox durante el ataque.

El asesinato conmocionó al país y obligó a suspender por unos días la campaña del referéndum sobre la permanecía del Reino Unido en la UE.

Como establece la ley, desde el momento de la imputación, la prensa ya no podrá publicar informació­n y testimonio­s conocidos desde la muerte de Cox, en particular sobre sus posibles motivacion­es.

Cox, madre de dos hijos, fue agredida en la calle cuando salía de la biblioteca de la ciudad. En decenas de ciudades británicas se organizaro­n ceremonias de duelo y homenaje.

En Birstall, los habitantes se reunieron en el centro de la ciudad para recordar a la diputada.

Cox deja un esposo, Brendan, y dos hijos, Lejla, de 5 años, y Cuillin, de 3.

“En estos momentos nuestra familia está rota, pero con el tiempo se curará, y no dejaremos que Jo abandone nunca nuestras vidas”, explicó su hermana, Kim Leadbeater, en un comunicado.

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