Perfil (Domingo)

¿Queremos líderes poderosos?

- JOSEPH S. NYE*

El abuso de poder es tan viejo como la humanidad. El liderazgo implica el uso del poder y, como señala la famosa cita, el poder corrompe. Pero sin poder, no se puede ser líder.

En todo el mundo parece estar extendiénd­ose una tendencia hacia el autoritari­smo. Vladimir Putin ha logrado usar el nacionalis­mo para reforzar su control de Rusia, y aparenteme­nte goza de gran popularida­d. A Xi Jinping, que preside cada vez más comités decisorios cruciales, se lo considera el líder más poderoso que tuvo China desde Mao Zedong. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, reemplazó hace poco a su primer ministro con otro más dispuesto a colaborar con su intento de concentrar el Poder Ejecutivo. Y algunos comentaris­tas temen que si en noviembre Donald Trump gana la presidenci­a de los Estados Unidos, podría convertirs­e en un “Mussolini estadounid­ense”.

El abuso de poder es tan viejo como la humanidad. La Biblia nos cuenta cómo, tras vencer David a Goliat y convertirs­e en rey, sedujo a Betsabé y envió a propósito a su marido a una muerte segura en combate. El liderazgo implica el uso del poder y, como señala la famosa cita de Lord Acton, el poder corrompe. Pero sin poder, que es la capacidad de hacer que otros hagan lo que uno quiere, no se puede ser líder.

Dav id C. McCle - lland, psicólogo de Ha r va rd, div idió a las personas en tres categorías según sus motivacion­es. Están los que quieren hacer mejor alguna cosa: tienen “necesidad de logro”. Los que quieren tener relaciones amistosas con otras personas: tienen “necesidad de afiliación”. Y los que quieren influir en otros: tienen “necesidad de poder”.

Del tercer grupo salen los líderes más eficaces, lo que nos lleva otra vez a Acton. Pero el poder no es bueno ni malo en sí. Es como una dieta: muy pocas calorías producen desnutrici­ón, demasiadas producen obesidad. Para limitar el ansia narcisista de poder, son útiles la madurez emocional y el entrenamie­nto; y para hallar un equilibrio justo, es esencial contar con institucio­nes adecuadas. La ética y el poder pueden reforzarse mutuamente.

Pero la ética también puede usarse como instrument­o de poder. Maquiavelo se ocupó de la importanci­a de la ética para los líderes, pero sobre todo en relación con el efecto que hacen en los seguidores las muestras visibles de virtud. La apariencia de virtud es para el líder una fuente importante de poder blando, es decir, de la capacidad para conseguir lo que uno quiere por medio de la atracción en vez de la coerción o el pago. Para Maquiavelo, las virtudes de un príncipe deben ser sólo aparentes, nunca reales. “Me atrevo incluso a afirmar que tenerlas y practicarl­as todas es perjudicia­l, mientras que la apariencia de tenerlas es útil”.

Maquiavelo también resaltó la importanci­a del poder duro de coerción y pago cuando el líder se enfrenta a un dilema entre éste y el poder blando de la atracción, “ya que ser amado depende de los súbditos, mientras que ser temido depende sólo de él”. Maquiavelo creía que, puestos a elegir, es mejor ser temido que ser amado. Pero también comprendía que el temor y el amor no son opuestos, y que lo opuesto del amor (el odio) es particular­mente peligroso para los líderes.

El anárquico mundo de las ciudades-Estado de la Italia renacentis­ta era mucho más violento y peligroso que el de las democracia­s actuales, pero algunos elementos de los consejos de Maquiavelo siguen siendo útiles para los líderes modernos. Además del coraje del león, Maquiavelo ensalzó la astucia estratégic­a del zorro. Rara vez cambiará el mundo un idealismo sin realismo, pero al juzgar a nuestros líderes democrátic­os modernos, debemos tener presentes tanto a Maquiavelo como a Lord Acton. Debemos buscar y favorecer líderes que posean un elemento ético de autoconten­ción y una necesidad de logro y de afiliación, no sólo de poder.

Pero además de la ética del líder, el dilema de Lord Acton incluye otro aspecto: las demandas de los seguidores. El liderazgo es una combinació­n de las caracterís­ticas de los líderes, las demandas de los seguidores y el contexto en que interactúa­n. La opinión pública rusa obsesionad­a por el estatus de su nación, el pueblo chino preocupado por la corrupción rampante, la población turca dividida por la pertenenci­a étnica y la religión: todo eso crea entornos propicios para líderes con necesidad psicológic­a de poder. Trump también busca satisfacer su necesidad narcisista de poder amplifican­do el descontent­o de una parte de la población estadounid­ense, mediante una hábil manipulaci­ón de los noticieros televisivo­s y de las redes sociales.

Aquí es donde las institucio­nes son cruciales. Cuando Estados Unidos estaba naciendo, James Madison y los otros Padres Fundadores del nuevo país comprendie­ron que ni los líderes ni sus seguidores serían ángeles, y que debían diseñar institucio­nes que reforzaran mecanismos de restricció­n. El estudio de la antigua República romana les enseñó que para prevenir el ascenso de un líder avasallant­e como Julio César se necesitaba un marco institucio­nal de separación de poderes, en el que una facción hiciera de contrapeso a la otra. La respuesta de Madison a la posibilida­d de un “Mussolini estadounid­ense” fue un sistema de controles y contrapeso­s institucio­nales que aseguró que Estados Unidos nunca se pareciera a la Italia de 1922, ni a Rusia, China o Turquía en la actualidad.

Los Padres Fundadores se enfrentaro­n a un dilema: ¿cuánto poder queremos que tengan nuestros líderes? Dieron una respuesta pensada para preservar la libertad, no para maximizar la eficacia del gobierno. Muchos analistas han alertado sobre la decadencia institucio­nal, y otros señalan cambios (como la aparición de los reality shows y de las redes sociales) que rebajaron la calidad del discurso público. Dentro de unos meses, veremos cuán fuerte es el marco que crearon los Padres Fundadores para el poder y el liderazgo. Putin usó el nacionalis­mo para reforzar su estricto control de Rusia. Ex subsecreta­rio de Defensa y director del Consejo Nacional de Inteligenc­ia de los Estados Unidos. Copyright Project-Syndicate.

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CEDOC PERFIL DURO.
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