“Un gabinete inexperto fracasa”
Afirma que sólo CEOs sin experiencia política son un riesgo para gobernar. Un reportaje revelador para entender cómo un país que sufrió tanto puede mejorar. El éxito del combate al narcotráfico.
—Por lo menos, la ley del péndulo está operando.
—Usted, que es economista, ¿cree que podría haber existido el populismo latinoamericano de los últimos años sin el aumento del precio de las materias primas?
—No hay dudas de que el aumento del precio de las materias primas ayudó a que los países fueran menos responsables en el manejo de sus economías. No hay fórmula diferente a ser responsables en lo fiscal si queremos ser progresistas en lo social. De manera que sí, ayudó a que los países fueran mucho más laxos de lo que deberían ser en materia de manejo económico.
—Y, por otro lado, ¿cree que la baja del precio de materias primas es el punto inicial de la pérdida del populismo en Sudamérica?
—Es que cuando uno es irresponsable en la economía, tarde o temprano, la realidad lo alcanza y lo castiga. Por eso aquí, en Colombia, tenemos una regla fiscal que obliga a cualquier gobierno a mantener ciertos parámetros y responsabilidad fiscal. E, incluso, incluimos en nuestra propia Constitución el concepto de responsabilidad fiscal para obligar a jueces, a legisladores y, por supuesto, al Ejecutivo a mantener una disciplina en materia fiscal. De lo contrario, si uno deja acumular los déficits durante muchos años, corregir eso significa vulnerar los derechos de los ciudadanos. Y ésa es una lección que aprendí como ministro de Hacienda, y sería bueno que todos los países latinoamericanos aplicaran tesis parecidas.
—La baja de los precios de las materias primas también afecta la popularidad de los presidentes que no han sido populistas. ¿Cómo imagina que evolucionará el precio de las materias primas y cómo afectará a la política latinoamericana?
—En el caso colombiano, la baja del precio del petróleo, sobre todo, nos ha golpeado muy duro. Para darle un ejemplo, en el año 2013 representaba el 20% de todos los ingresos del gobierno. Este año, es un cero. Es más: es negativo. ¿Qué hemos hecho? Hemos ajustado rápidamente.
—Un 20% es mucho más que la de la soja para la Argentina.
—Así es. Pero hemos hecho un ajuste muy pragmático muy rápido. Tratamos, en la medida de lo posible, de no afectar a los sectores más vulnerables ni a los que producen más crecimiento. Por eso Colombia sigue siendo líder en crecimiento. Los organismos internacionales están aplaudiendo la manera en que Colombia hizo un ajuste tan rápido y, al mismo tiempo, evitando efectos costosos.
—La alianza Chávez, Lula
—El ALCA fracasó, como también las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio. Entonces, lo que el mundo ha buscado son tratados bilaterales o regionales. Pero para que eso sea efectivo se requieren visiones compartidas. ¿Por qué hemos sido tan exitosos en la Alianza del Pacífico? Porque tenemos visiones compartidas con México, con Chile y con Perú, y eso ha permitido profundizar nuestra integración. Sería impensable poder decir lo mismo con una visión como la venezolana o la boliviana. Simplemente, no es posible. Entonces, hay que tener visiones compartidas como condición necesaria para la integración. Se facilita.
—Más allá del caso de Ecuador, ¿podríamos decir que los países del Pacífico se comportan de una manera distinta, más responsable, durante este populismo, que los del Atlántico?
—No lo pondría en términos de Pacífico-Atlántico porque creo que es más una coincidencia. Le cuento una anécdota de la Alianza del Pacífico. Nació en una conversación que tuve en Davos con un ex ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, que me dijo: “¿Ustedes por qué no han pensado, como el Pacífico está teniendo tanto auge, en unirse, en integrarse?”. Me quedó sonando y se lo propuse al entonces presidente del Perú, Alan García, que me respondió que le parecía maravilloso. Hablamos con Calderón (Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, presidente de México 2006/2012), con Sebastián Piñera (presidente de Chile 2010/2014), y así se creó. Y lo hicimos con un criterio eminentemente práctico y de empresa privada. No hay burocracia, pero los presidentes nos arremangamos y nos pusimos la camiseta del empresario privado para tomar las decisiones que realmente permitan integrarnos mejor. Eso no quiere decir que lo hicimos solamente porque tenemos una costa en el Pacífico. Lo hicimos porque coincidía con que teníamos visiones compartidas.
“La Alianza del Pacífico la hicimos con un criterio práctico y de empresa privada.”
—¿La visita de Obama a Cuba indica también la existencia de un deshielo de la relación de Estados Unidos con Sudamérica que permite que esa idea que le apareció a usted con el ministro inglés se termine convirtiendo en una unión americana?
—Sí, eso acerca mucho a los Estados Unidos con el resto de América Latina. Ha sido una movida audaz, valerosa, que toda América Latina ha aplaudido y que creo que ayuda muchísimo a distender las relaciones. Porque, sin dudas, el tema de Cuba era un motivo de discusión.