Cuestionan los fines de semana Xl porque alteran el ritmo de las clases
El feriado del viernes convirtió un fin de semana largo en uno extralargo. Y si bien tuvo beneficios para sectores como el turístico, a otros les causó algún imprevisto. Por su cercanía con las vacaciones de invierno, las escuelas del país se vieron sorprendidas con este receso de último momento, que interrumpe, una vez más, lo que a nivel pedagógico se llama “ritmo escolar”, que afecta directamente el calendario de clases.
“Ese calendario organiza la vida de las familias, por eso el peor escenario es el que venimos teniendo en el país, con muchos cortes por los feriados largos, sumados a las dos semanas de vacaciones de invierno y a los dos meses y medio de vacaciones de verano, que hacen que el ritmo escolar se corte todo el tiempo, con recesos muy largos”, opina Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Di Tella.
A ello, en el país se suman los días que se pierden por las jornadas de formación docente, los paros y las eventualidades climáticas que impiden alcanzar los 180 días estipulados por ley. En Tierra del Fuego, por ejemplo, dispusieron que se dicten clases los sábados hasta diciembre, para recuperar los días perdidos por un paro que se extendió más de dos meses.
A los fer iados se suman también las vacaciones: están quienes consideran mejor varias semanas de receso fraccionadas a lo largo del año, y quienes estipulan que las dos semanas actuales están bien. Pero mientras la tasa de abandono escolar en la secundaria ronda el 50%, el debate sobre los recesos más idóneos toda- vía debe esperar.
Para Narodowski, “sirve más repartir el receso a lo largo del año, para distribuir mejor las cargas pedagógicas y que el calendario sea más racional pensando en los alumnos y maestros”. Muchos colegios privados ya lo implementaron. “En todo el mundo se tiende a no tener más de ocho semanas de clases sin una en el medio, para dar descanso a alumnos y docentes. Nosotros tenemos un calendario especial que empieza alrededor del 20 de febrero, y tiene tres semanas en julio y una en septiembre”, explica Gabriel Rshaid, director del colegio San Andrés. Los feriados de lunes y viernes, opina, afectan “sobre todo en el secundario, porque quienes tienen materias esos días no pueden planificar”.
Para Héctor Núñez, asesor de la Subsecretaría de Educación de la provincia de Buenos Aires, en cambio, los feriados que más perjudican el ritmo escolar son los que caen a mitad de semana, porque “es más difícil enganchar a los chicos si tienen un corte en el medio que con tres días de corrido”, dice. Aunque coincide en que desde lo pedagógico hay que tender a “lograr una continuidad del proceso con la menor cantidad de disrupciones inesperadas. Estamos buscando estrategias que permitan la formación docente sin tanta interrupción”, agrega.