El juez y el fiscal tenían datos claves de Suiza sobre lázaro desde 2014
Ocaña y garrido le habían entregado copias de un fallo de la Justicia de ese país. recién el jueves, con más detalles, citaron a los hijos de báez.
—Creo que justamente tendrían que ser investigados todos. No solamente los empresarios, también los funcionarios públicos. Creo que la cadena comienza con los funcionarios para poder llegar, si se constata la irregularidad, al empresario.
—¿Es posible que exista algún tipo de protección por parte de los funcionarios?
—Desconozco. Puede ser.
—¿Siente que la sociedad ha sido injusta con Lázaro Báez?
—A la sociedad no la voy a juzgar. Los que expusieron la vida o las propiedades del Señor Báez y de su familia han sido los medios.
—¿Qué piensa de Cristina Fernández de Kirchner?
—Yo no soy kirchnerista, prefiero omitir esa opinión.
—¿A usted la mantienen económicamente los Báez?
—De ninguna manera. Yo tengo una vida común, normal. No tengo estancias ni chacras. Tengo una sola propiedad, que es una casa en venta, yo alquilo actualmente. Tengo un vehículo 2011, chocado, y nada más. La maniobra por la que el juez federal Sebastián Daniel Casanello y el fiscal federal Guillermo Marijuan han llamado a indagatoria a los cuatro hijos de Lázaro Báez –Martín, Leandro, Luciana y Melina– ha sido perfectamente esclarecida. Todo comenzó con la apertura en Panamá de una empresa offshore a la que se llamó Kinsky Foundation. En 2011, esta empresa extendió un poder a Helvetic Service Group –la firma cuyo propietario, Marcelo Ramos, está prófugo y con pedido de captura internacional– para que sirviera de conducto a través del cual se buscó hacer circular la plata negra que pertenecía a la familia Báez. Una vez completada esta autorización, Kinsky Foundation procedió a abrir una cuenta en el Banco Safra de Ginebra, a través de la cual se movieron alrededor de 20 millones de dólares pertenecientes a Austral Construcciones, la empresa madre del Grupo Báez. Pero eso no fue todo. Hubo 5 millones de dólares más atribuidos a la firma Epsur, que es la compañía del grupo que se dedica a la actividad petrolera. Ahora se sabe que los titulares de esa cuenta bancaria son Martín, Leandro, Luciana y Melina Báez, quienes, además, son los beneficiarios de la Kinsky Foundation.
Por otra parte, cabe consignar que el abogado Jorge Chueco y el contador Daniel Pérez Gadín eran, a su vez, los directores de la Kinsky Foundation y de la Tyndall Limited Inc., empresa que fue abierta en Panamá con una cuenta que El juez Casanello y el fiscal Marijuan anunciaron ayer las novedades. funcionaba desde 2011 en el Banco Lombard Odier, con sede en Ginebra. Este banco, con antecedentes floridos en maniobras de lavado de dinero, fue mencionado por Leonardo Fariña en su declaración ante el juez Casanello. Por si alguien lo olvidó, hay que recordar que tanto Chueco como Pérez Gadín están procesados y presos por estar acusados de lavar dinero. En los últimos meses del año 2011, Tyndall Limited recibió tres transferencias por un monto total de unos 700 mil dólares provenientes de la empresa Teegan Inc., que también había sido abierta en Panamá y estaba a nombre de
“Hay muchas cosas que se dicen que no tienen sustento”, dice liliana Costa. CASTRO
Martín Báez. Hubo una transferencia más originada en la firma Worldwide Investments Properties LTD, por una suma de 299.970 dólares.
Tanto para el juez Casanello como para el fiscal Marijuan, la maniobra se completa con la transferencia de dinero que se hizo desde la Kinsky Foundation y la compañía Wodson Internacional SA hacia Helvetic Service Group, con la finalidad de comprar bonos de la deuda pública, instrumento que se utilizó para hacer reingresar al país ese dinero ya “lavado” y “blanqueado”.
Hasta aquí, todo lo referente a la operatoria para llevar adelante la maniobra. Pero en lo referente a la investigación y sus tiempos, ¿qué hay detrás del anuncio del viernes realizado de manera espectacular entre bombos y platillos por el doctor Casanello? Lo primero que hay que señalar es que fue el fiscal José Campagnoli junto a su equipo al frente de la Secretaría de Investigaciones Penales quien, a partir de los dichos del financista Federico Elaskar –que manejaba La Rosadita– y Leonardo Fariña,