Prófugos: las formas más insólitas de volverse invisible ante la ley
Ibar Pérez corradi cambió de nombre y se borró las huellas como un capo narco. cirugías estéticas y bypass gástrico para vivir en la clandestinidad.
No existe una fórmula infalible, aunque probablemente alguna receta sea más efectiva que otra. La vida del prófugo no es fácil ni barata. Hacen falta ingenio, contactos y bastante dinero para prolongar el tiempo en la clandestinidad. El empresario farmacéutico Esteban Ibar Pérez Corradi (38), detenido esta semana después de vivir al margen de la ley durante más de cuatro años, no sólo se borró las huellas dactilares para dificultar su identificación sino que además cambió su identidad cuatro veces, su fisonomía y hasta formó una nueva familia en Paraguay.
Como éste existen cientos de casos de prófugos que se volvieron invisibles ante la Justicia. Incluso algunos consiguieron evitar la cárcel. Daniel “Maguila” Puccio, integrante del clan familiar que en los 80 secuestró y asesinó a tres empresarios, es uno de ellos: logró eludir la pena a 13 años de prisión. Se mantuvo prófugo durante más de una década y salió impune porque la pena prescribió.
Pablo Schoklender, condenado junto a su hermano a prisión perpetua en los 80 por asesinar a sus padres Mauri- cio y Cr istina Romano, estuvo prófugo ocho años hasta que lo atraparon el 14 de mayo de 1994. Con un pasaporte falso había conseguido ingresar a Bolivia, donde vivió como ciudadano argentino. Sin embargo, su verdadera identidad salió a la luz a partir de un dudoso giro de cheques en el que Interpol verificó sus huellas y detectó que se trataba del parricida.
Entre formas más insólitas de transformación hay de todo: cirugías estéticas, bypass gástrico, borrado de huellas y hasta cambio de sexo. El borrado de huellas dactilares no sólo no es al- El ideólogo del triple crimen vivió cuatro años clandestino y hasta formó una nueva familia.
el parricida Pablo shoklender vivió ocho años con otra identidad en Bolivia