Hemos marcado una suba de importaciones por Brasil”
El abogado Daniel Funes de Rioja lidera la cámara de empresas alimenticias Copal, y desde allí advierte que aumenta el ingreso de bienes del exterior, en especial por el exceso de producción que llega desde Brasil —
¿Hay un posible problema de empleo vinculado a la importación?
—No hay que entrar en pánico. En este mundo competitivo no se puede bajar la guardia. En la alimentación la situación de Brasil ha generado un aumento de importaciones que hemos marcado. Acá no se puede estar con luz verde permanente. Hay que estar preparado, alerta. Para competir con el mundo desde el punto de vista del costo fiscal que tiene la actividad en economías regionales en logísti- ca, impuestos al trabajo, hay que recrear las condiciones o crearlas. En eso tenemos que trabajar mancomunadamente. El salario en la Argentina es más alto que en México y en Brasil y no estoy diciendo que hay que bajar los salarios sino repensarlos en productividad.
—Post devaluación, ¿se equiparó más con Brasil y México?
—No, porque acabamos de firmar la paritaria. Con respecto al costo de vida, no se perdió poder adquisitivo. En algunos sectores los salarios argentinos rozan salarios norteamericanos y de la Unión Europea. Pero ¿se justifican en términos de productividad? Tenemos alto ausentismo y paradas extraordinarias como por cortes energéticos. La industria entiende que en algún momento tenga que parar para que la gente tenga calefacción. Pero la paraste. Y hay ciertas rigideces que deberían ajustarse en los convenios laborales. ¿Cómo nos defendemos de China y con las asimetrías con Brasil? Cuando se habla de integración, tiene que ser una integración inteligente.
—El Gobierno planteó reformar los convenios. ¿Se va hacia eso?
—Nosotros creemos en el diálogo social y con los sindicatos. ¿A dónde va el país?, ¿con quién vamos a competir? Lo que no podemos creer es que estamos en 1960 en un esquema fordista de producción, o que no se pueda despedir a alguien que falta todo el tiempo por la litigiosidad. Eso tiene que formar parte de una nueva cultura. El sindicalismo y el sector privado tienen que generar el diálogo con el Gobierno y definir hacia dónde ir. Hay que integrarse en cuestiones competitivas. Y nuestros objetivos son producción, trabajo (en blanco) y ser industrializados. Los siete más grandes países del mundo son industrializados. A partir de ahí tienen servicios, tecnología. A partir de ahí hay que ver qué se reforma.
“En un mundo competitivo, no se puede bajar la guardia”, dice el abogado