AUSENCIA
previsible del 22 de febrero de 2012. Por lo tanto tuvo, como funcionario de la empresa del Grupo Cirigliano, responsabilidad, por acción o por omisión, por complicidad o por conveniencia, en el vaciamiento y desmantelamiento de la línea Sarmiento, y en la utilización espuria de los fondos públicos. Y todos sabemos que esa indolencia se pagó con sangre de inocentes. Los nombramientos en puestos públicos deben ser intachables, deben ser un ejemplo, deben ser incuestionables, deben ser respetados, pero también respetuosos de todos los ciudadanos. Y lo que fue publicado en el Boletín Oficial va en contra de todo eso. El apellido Heinecke es otro de los tantos que remiten a la tragedia de Once. ¿Queremos cambiar? Entonces, cambiemos. Pero que ese cambio no sean sólo palabras en discursos. Que sean hechos, que sea una realidad tangible. Paolo Menghini prensatragediaonce @gmail.com “encubridor”, se la procesa y condena. En la actualidad, la opinión pública y el periodismo tienen presunción de la existencia de responsabilidades de enriquecimiento ilícito de funcionarios públicos con causas en la Justicia, pese a lo cual hay jueces que durante años han inmovilizado varias causas. ¿No es eso encubrimiento? ¿Acaso hay encubrimientos “legales” y otros “ilegales”? ¿Por qué a las personas comunes se les aplica esa figura legal y a los jueces no? A ocultar un presunto delito, cuando lo hace un juez, se le denomina “dormir la causa”, pero si es hecho por un particular, “encubrimiento”. Todo un absurdo. ¿La sociedad les paga a los jueces para encubrir? Emilio Zuccalá emiliozuccala@yahoo.com.ar Hace ya cuatro domingos que en vano busco la columna del filósofo Tomás Abraham en este diario. La búsqueda de opiniones y pensamientos apartidarios fue el motivo por el cual empecé a leer PERFIL hace dos años, en mis tempranos 18. El suplemento de Cultura nunca me decepciona. Espero encontrar, si no es este domingo, el próximo, o cuando crean pertinente, una buena cobertura de La Noche de la Filosofía, evento del pasado sábado, al que no pude asistir porque escribo desde la Patagonia. No es una simple exigencia o un capricho, sé lo que es capaz de brindarnos este diario a los lectores, ya que por eso los elegimos semana tras semana. Saludos desde el Sur, y que vuelva el cuaderno de bitácora de Tomás. Se lo extraña. Julen Lamuedra jlamuedra.95@gmail.com