Seguridad olímpica.
Megaoperativo en Río con 85 mil efectivos para proteger los Juegos.
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, aseguró ayer estar “preparadísimo” para los eventuales abucheos que pueda recibir cuando encabece el próximo viernes la apertura de los Juegos Olímpicos de Río 2016. “Estoy preparadísimo. Como decía el escritor Nelson Rodrigues, en el Maracaná se abuchea hasta el minuto de silencio”, declaró en una entrevista con el diario Zero Hora de la ciudad de Porto Alegre.
“Tengo que cumplir este deber institucional. Además, supe que los ex presidentes no irán. Lo divertido es que están reservando los abucheos sólo para el presidente”, añadió en referencia a la negativa de Dilma Rousseff , Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso de asistir a la ceremonia inaugural.
Temer asumió el mando de manera interina en Brasil el pasado 12 de mayo, cuando la presidenta izquierdista Rousseff fue suspendida por el Senado para ser enjuiciada por supuesta manipulación de las cuentas públicas. El proceso está en curso y se espera un desenlace justo para los días posteriores al término de los Juegos Olímpicos, que se celebrarán del 5 al 21 de agosto.
Con la expectativa de continuar en el cargo, Temer afirmó ayer –en la inauguración de un tramo del subte de Río– que la competencia deportiva “promoverá la unidad del país”. Sin embargo, los brasileños no comparten el mismo diagnóstico. Según un reciente sondeo de la encuestadora Datafolha, la mitad de los ciudadanos está en contra de la organización de los Juegos Olímpicos.
La división en torno a la competencia es un ejemplo de la fractura política de la sociedad. Mientras los sindicatos estudiantiles y la izquierda denuncian el impeachment como un intento de golpe de Estado, el resto del arco político embiste contra Dilma, Lula y el Partido de los Trabajadores (PT).