“La paz no paga la renta”
La famosa frase “La paz no paga la renta” pertenece al reconocido corresponsal de guerra e historietista Joe Sacco, que en su momento la refirió a Franja de Gaza. Pero pareciera que ésta es una idea aplicable hasta hoy. El último estudio del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (Sipri), sobre cuáles son los países que más se benefician con la venta de armas, revela que, a raíz de los conflictos en Medio Oriente, tanto Estados Unidos, como China y Rusia, aumentaron considerablemente sus ganacias. Dentro del “mercado de la guerra”, el país del presidente Premio Nobel de la Paz exporta el 31% del armamento a nivel mundial, le sigue Rusia con un 27% y China con el 5%. El resto está dividido entre compañías europeas, israelíes, indias, japonesas, brasileñas y canadienses. “En general, la venta indiscriminada de armamentos en zonas de conflicto puede agravarlos y prolongarlos. Pero debe diferenciarse la posibilidad de las naciones de obtener los medios que les permitan defenderse y evitar la extensión de la agresión yijadista”, le explicó a PERFIL Julio A. Hang, general retirado y director del Instituto de Seguridad Internacional y Asuntos Estratégicos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Por su parte, Khatchik DerGhougassian, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, aclaró que hay dos motivaciones detrás de la venta de armas: “El beneficio económico y el cálculo estratégico. Es muy difícil sostener cuál de estas dos motivaciones es determinante. De todas maneras, en una economía global, donde predomina la lógica del libre mercado, es mayor el incentivo de considerar la venta de armas más como un negocio, que un instrumento de balance de poder”. Los compradores. Los conflictos armados que se libran en Irak, Libia, Siria y Yemen incrementaron en 2015 un 71% la venta de armas en la zona. Según el informe, Arabia Saudita se transformó en el segundo mayor importador mundial de armas. Por lo cual, en este contexto, ¿es la paz el fin último en Medio Oriente? DerGhougassian responde: “No se busca la paz en el Medio Oriente. En el mejor caso, un equilibrio de poder que asegure una mínima estabilidad. La mayor preocupación es evitar una explosión regional imposible de controlar a la cual podrían llevar los múltiples escenarios bélicos fomentados por los actores regionales”. Para Hang, una posible mejora se lograría con transparencia: “Hay que luchar por obtener claros registros de las compras y ventas, como ocurre en muchos Estados suramericanos, donde la ONU participe activamente”. Doctor en Filosofía. Profesor titular de Filosofía y Filosofía del Derecho de la Universidad Nacional de La Matanza.