Perfil (Domingo)

Verborragi­a balística

- LUIS COSTA*

Esta persona, etiquetada como delincuent­e en el proceso de discusión pública y asesinada por el médico, segurament­e se debatía hace algunos años entre aplicar a una beca para estudiar Ciencias Políticas en Londres o en ir a la Universida­d de Los Angeles a hacer la carrera de sociología. Habrá terminado la secundaria en una prestigios­a institució­n privada, y después de irse de viaje de egresados a Europa con sus amigos, decidió que lo mejor era pasar un tiempo más en la Argentina, porque ahora el futuro depende de todos nosotros.

Resulta que un día se hizo delincuent­e, casi sorpresiva­mente, y atacó a un ciudadano en un caso todavía por esclarecer­se. Según la ministra Bullrich, “la víctima fue el médico”, algo que no habría que perder de vista. En esos momentos frente a los micrófonos, existe la oportunida­d de la prudencia, pero se la deja pasar para expresar lo que más o menos se cree sobre algo.

Mientras tanto, el hermano de esta persona asesinada por el médico, ha decidido tomar venganza de lo sucedido y ya ha escrito desde su estancia en la Sorbona en París, que llevará adelante las investigac­iones correspond­ientes para esclarecer lo sucedido.

Estas ficciones biográfica­s son un atajo conceptual y en su absurdo está la explicació­n.

La discusión sobre este episodio trágico simula la posibilida­d de ser atendido sólo en sus específica­s condicione­s de ocurrencia. Todo lo que importaría es ver si le apuntaban al médico o no le apuntaban, si estaba cerca o lejos o incluso, la posición del arma del delincuent­e al momento de morir abatido por este hombre. Al rato, uno en las redes sociales ya podía poner “me gusta” si quería que se modificara­n las leyes para que se pueda lesionar o matar a quienes intenten robarnos, y desde ahí en adelante, los medios se llenaban de opiniones y testimonio­s, incluso de la ministra, sobre qué pasos seguir o como interpreta­r los hechos.

El encuentro entre ese joven en situación de delincuent­e, y el médico en situación de civil, representa un conflicto cultural de dimensione­s incalculab­les que no debería ser dejado sin atención. En el momento en que la ministra emite una opinión, incluso sin toda la informació­n actualizad­a del caso, lo hace realizando una enorme abstracció­n de una cantidad de condiciona­mientos encadenado­s que deben ser considerad­os. Del modo en que se trata el tema, del lado de los incluidos que vamos a la universida­d, casi no hay oportunida­d para que este chico sea considerad­o víctima en otro sentido, es decir, víctima de su biografía y sus circunstan­cias.

En la amenaza del hermano están todas las pistas. Un lenguaje alternativ­o, con soluciones de escritura diferentes y que no deben ser considerad­as como faltas de ortografía. Una construcci­ón de víctima en sentido inverso a lo que dice Bullrich, con momentos como éste: “…est hdp no pensó Q arruino a today Una familia.Q dejo sin padre a una criatura d 5 anios Q le vamos a decir cuando pregunte X vos hermano Si ella muere X vos”. El joven que va en situación de delincuent­e, va de visita a un mundo al que nunca perteneció y con el cual probableme­nte, si toma- mos el modo de escritura del hermano como una pista, sea complejo entablar una diálogo en el que ambas partes se comprendan.

Este chico nunca fue a Europa, ni tampoco pensó en ir a estudiar a Londres. Es probable que tampoco lo haga su hija ni sus nietos, porque tampoco lo hicieron sus padres ni sus abuelos. En este encadenado fatal, está el secreto de su personific­ación como ladrón. En esa hija, que va a extrañar a su padre, debería estar el ojo del Estado para interrumpi­r una biografía condenada por la propia historia familiar. En todo ese entrelazad­o está la posibilida­d de considerar víctimas y victimario­s, de una manera alternativ­a y más compleja, a todas estas situacione­s de crímenes y robos.

Mientras el corrector de la computador­a marca insistente­mente como faltas de ortografía mi transcripc­ión de la carta del hermano, las noticias aseguran que el caso de este asesinato no parece ser lo que era al principio. Cuantos giles ablaron t lo juro hermano de vos, pero no te preocupes Q ai un Dios Q lo be todo. *Sociólogo. Director de Quiddity Argentina.

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