ANTISEMITISMO
parte 4– apareció con su primer pliego mal impreso: en la que debió ser la página 1 está la 8; en la 8 la 1; e igual traspolación en las dos páginas interiores. Sería deseable que lo reimprimieran correctamente y lo incluyeran en la entrega del próximo domingo, para beneficio de quienes –como yo– estamos coleccionando ese interesante material. Edgardo A. Ronco edgardo.ronco@gmail.com Lamentablemente, y tal cual lo anticipé en artículos anteriores, cada vez más a menudo suceden hechos antisemitas que van desde ataques vandálicos a personas, cementerios, escuelas, además de discursos de bestias descerebradas pero con ideas claras sobre los judíos. En 2014, 2015 y 2016, con nombres y apellidos denuncié en Diario Judío casos de antisemitismo. El nazismo se instaló en Alemania cuando los judíos fueron acusados y perseguidos por el desastre económico que sufrían los alemanes luego de la Primera Guerra Mundial; con la designación de Joseph Goebbels como ministro de Publicidad del régimen la cuestión se hizo más clara. El discurso de los Kirchner, seudoprogresista pero bien de derecha, no me sorprendió por cuanto la ultraderecha peronista se inicia en 1938 con la fundación de la Alianza Libertadora Nacionalista por Juan Queraltó, basada en la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios. Su sede fue destruida el 20 de septiembre de 1955 por el general Bergallo; luego fue refundada en los grupos Tacuara y Montoneros. Perón fue un adicto al nacionalsocialismo, y además de otorgar pasaportes a los que escapaban de los tribunales de Nuremberg, autorizó el ingreso al país de Gorg Vantrich, jefe de la policía serbia, y de Ante Pavelic, jefe de los nazis croatas responsable del exterminio de 700 mil personas. Un estudio de la Universidad de Buenos Aires sobre el antisemitismo en la Argentina, a pedido de la DAIA, echa luz sobre percepciones que ahora toman formato estadístico: un 82% de los entrevistados piensa que a los judíos les interesa hacer buenos negocios, 65% piensa que dominan los mercados financieros mundiales, 50% dice que hablan demasiado de la Shoá, y un 23% sigue insistiendo en el deicidio. El 29 de agosto, Carlos Paz, defensor del pueblo del Municipio de Cerrillos, Salta, escribió en su Facebook: “Estos son unos judíos de mierda, yo se los dije”. Siguió despotricando y, ante la intervención de las autoridades y de la DAIA, al cobarde se le ocurrió decir que le habían hackeado su Facebook. Considero que las autoridades nacionales, el Inadi y la DAIA deben actuar muy firmemente y castigar con severidad cualquier manifestación de antisemitismo, por más leve que ésta sea. Hay que destruir el huevo de la serpiente. Jorge Rubnicius jrubi1942@yahoo.com.ar