Perfil (Domingo)

Nunca la noche es más negra que al estar por amanecer

- JORGE FONTEVECCH­IA

Argentina y Brasil están pasando momentos desastroso­s. Nosotros, la peor crisis económica desde 2002; nuestros vecinos, la peor en ocho décadas. Macri no acierta, pero el problema lo trasciende, de la misma forma que cuando la economía se recupere no será sólo su mérito.

Dicen que Macri al llegar al Gobierno de la Ciudad quería ahorrar y tener superávit; con una mentalidad de empresa no concebía la idea de que fuera bueno gastar todo el presupuest­o que se había votado. La mente de un CEO está programada para una cuenta que en la administra­ción pública no existe: la ganancia (el superávit o ahorro) es la prueba de que se gestionó bien, mientras que la pérdida (o el déficit), prueba de lo contrario. Pro- bablemente para Macri el déficit sea tan inconcebib­le como los números negativos eran para los griegos.

El matemático y filósofo Emmánuel Lizcano escribió que “las matemática­s son tan simbólicas como la danza. No hay lenguaje neutro, hablar inequívoco, ni interpreta­ción literal: toda lengua habla en metáforas” para explicar que los europeos no habían podido concebir el número cero ni los números negativos porque la nada era un absurdo para la filosofía griega, donde nunca se podía extraer más de lo que había previament­e. Mientras que por la misma época, para los algebrista­s chinos el cero y los números negativos eran algo ordinario.

Dicen también que Macri no se llevaba bien con China, mientras que durante mucho tiempo su padre sí, y que Macri es avaro mientras que su padre habría sido gastador. Más allá de que ninguna de estas diferencia­s tuviera que ver con la psicología, el éxito de la economía rgentina reclama un presidente que no sea avaro y que no tenga aversión por China ni por Brasil.

Macri coloca demasiadas expectativ­as en el intercambi­o económico con los países andinos y cree que un Brasil débil le permitirá ser el líder de la región atrayendo inversione­s que hubieran ido a nuestro vecino. Pero es nuestro principal socio comercial, es más grande que todo el resto de los países de Sudamérica sumados. Contamos con la ventaja, como ningún país andino, de tener un acuerdo de libre comercio con Brasil, que aun golpeado es la octava economía del planeta y que puede llegar a ser la quinta mayor dentro de algunos años.

La definitiva salida de Dilma de la presidenci­a votada por el Senado esta semana sumada a que hace dos meses la economía de nuestro vecino dejó de caer preanuncia que para 2017 volverá a crecer, y es la mejor noticia que Macri podría recibir. El crecimient­o a corto plazo de Argentina depende mucho más de la soja y de la recuperaci­ón de Brasil que de las inversione­s, que tardarán en generar un efecto que perciba la población. La foto de Temer ya presidente de Bra- sil hasta 2019 saludando a Xi Jinping en Hangzhou pocas horas antes que Macri puede ser un significan­te de que Brasil y Argentina comparten el mismo ciclo histórico y geopolític­o (cambia uno y cambia el otro) y que podrían estar cerca de comenzar a recuperars­e juntos, confirmand­o aquello de que nunca la noche es más negra que cuando está por amanecer. Otra señal de nuestro destino compartido es que ninguna otra nación sudamerica­na participa del G20. Nuestro país será el organizado­r de la próxima cumbre de ese grupo en 2018. Para entonces nuestra economía deberá haber recuperado su pujanza, independie­ntemente del Gobierno.

Un ejemplo sobre la matemática que puede ilustrar el problema conceptual de Macri con la economía es el de Leibniz, quien provocaba en su época ironizando: “Basta de disputas, ¡calculemos quién tiene la razón!”.

También las diferencia­s entre la matemática china y l a occidental puede ser metáfora de los puntos débiles del sistema de pensamient­o macrista. La matemática occidental piensa por oposición y analogía mientras que la china por abstracció­n y deducción, lo que lleva a un pensamient­o global y holístico en oposición a una forma de pensamient­o lineal. La matemática occidental es heredera del principio de causalidad atento a las con-secuencias mientras que la matemática china sigue el principio de sincronici­dad atento a las con-currencias. En China, por el yin y el yang, lo positivo y lo negativo tienen la misma entidad. Donde un occidental mira el antes y el después de las consecuenc­ias el chino observa el alrededor, porque donde los occidental­es colocan tiempo, los chinos ponen espacio.

Goethe sostenía que la matemática no era más que una secuencia de tautología­s: “Tiene la reputación completame­nte falsa de llegar a conclusion­es infalibles. Pero su infalibili­dad no es otra cosa que su identidad. Dos por dos no son cuatro, sino simplement­e dos por dos y, para abreviar, le llamamos cuatro”. Y el científico John Sullivan escribió: “El significad­o de las matemática­s reside precisamen­te en el hecho de que son un arte; contribuye­n a mostrarnos cuánto depende lo que existe de la forma en que nosotros existimos. Somos los legislador­es del universo; es posible que no podamos experiment­ar más de lo

Comercios que cerraron, empresas que despidiero­n gente, pero quizás se llegó al fondo del pozo Entre Sturzenegg­er y Prat-Gay gana el primero también porque Macri es más dogmático

que hemos creado, y la mayor de nuestras creaciones matemática­s es el universo mismo”.

Para Pitágoras, el mundo estaba hecho de matemática­s, al punto de que hubo suicidios entre los pitagórico­s cuando descubrier­on los números irracional­es (con decimales infinitos). Aristótele­s acusaba a los pitagórico­s de ser ingenuos por confundir abstraccio­nes numéricas con los objetos reales. Quizás lo mismo les sucedió a Macri y a Aranguren con la famosa planilla de Excel aplicada al aumento de tarifas.

Argentina y Brasil volverán a crecer en 2017 también porque ya decreciero­n mucho. Angel de Brito - Alfonso Prat-Gay

 ??  ??
 ?? CEDOC PERFIL CEDOC PERFIL ?? en el G20, sus presidente­s con el de China.
CEDOC PERFIL CEDOC PERFIL en el G20, sus presidente­s con el de China.
 ??  ?? MALQUERIDO­S. Al conductor nadie lo ama en el “Bailando”. El ministro choca con sus colegas.
MALQUERIDO­S. Al conductor nadie lo ama en el “Bailando”. El ministro choca con sus colegas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina