“el universo podría tener dimensiones extras que no conocemos”
Los físicos alberto rojo, Juan Martín Maldacena y Daniel de Florian analizan la ciencia detrás de la serie del momento en Netflix.
“La ciencia y la fantasía son muy parecidas porque es la misma imaginación la que las crea”, plantea el físico, escritor y músico Alberto Rojo. Y así como la serie furor de Netflix, Stranger Things, imagina un mundo paralelo al conocido, hay teorías de la física que proponen dimensiones extras y universos múltiples y simultáneos aunque aún no existe evidencia que las confirmen.
“Hay teorías actuales como la de las supercuerdas –señala Rojo– en la que nuestro universo puede tener más dimensiones que las que experimentamos. En esta teoría funcionan diez u once dimensiones, son las llamadas extras”.
Según Juan Martín Maldacena, profesor del Instituto de Estudios Avanzados de Princenton y uno de los referentes de la teoría de las cuerdas, “las nuevas dimensiones son especulaciones de la física teórica en las que las partículas que nos componen no están localizadas. Sólo nuevas partículas pueden moverse en ellas”. Desde esta teoría, Maldacena descarta la posibilidad de ir a esas dimensiones extras aunque, de confirmar su existencia, sí se podrían enviar señales. Los tres protagonistas de
“Estamos acostumbrados a tener cuatro dimensiones, tres espaciales y una temporal pero podrían existir dimensiones del universo a las que no tenemos acceso porque son muy pequeñas. No podemos movernos en ellas, no las experimentamos”, explica el físico Daniel de Florian, profesor en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
En la serie de ciencia ficción, escrita y dirigida por los hermanos Matt y Ross Duffer, para explicarles a los jóvenes protagonistas la teoría sobre la posible existencia de otras dimensiones, el profesor de ciencias utiliza una metáfora según la cual “somos acróbatas caminando por una cuerda en la que sólo podemos ir adelante y atrás pero en esa misma cuerda hay una pulga se enfrentan a lo desconocido para tratar de que también puede ir por debajo, pasar al otro lado”. Para Rojo es una buena metáfora ya que “la pulga, que es mucho más chica, puede moverse alrededor de la soga, tiene una sensación de la otra dimensión, que es perpendicular al movimiento del acróbata y se ‘da cuenta’ de que la superficie de la soga en realidad es de dos dimensiones y no de una como percibe el acróbata”.
De existir, para poder acceder a esas dimensiones tan pequeñas se necesitaría mucha energía. “Hay una búsqueda de dimensiones extras o de los efectos de éstas en aceleradores de partículas como los que hay en el CERN”, agrega De Florian, especialista en física de altas energías. Allí, en el Gran Colisionador de Hadrones del CERN, cincuenta años después de que se propuso la teoría sobre cómo las partículas adquieren masa, se halló el bosón de Higgs, que permitió confirmarla. En ciertas ocasiones sólo se trata de tiempo y tecnología. Teoría. En Stranger Things se cita al físico Hugh Everett, quien ante la imposibilidad de aplicar las leyes de la física clásica en la mecánica cuántica de los átomos y de las partículas elementales como los electrones, propuso una interpretación en la que “el universo se replica en tantas copias como alternativas posibles y se crean universos múltiples”, aclara Rojo. “En esa teoría –agrega– no hay manera de conectar un universo con el otro”.