Francia: religión y fascismo
Bajo el título Nuestro mal viene de más lejos, transcripción de un seminario pronunciado en noviembre de 2015, Badiou da cuenta de la génesis y estructura de las matanzas acontecidas el 13 de ese mismo mes en París y del surgimiento de las figuras contemporáneas del fascismo que las perpetraron. Sistemático y preciso, extiende un despiadado mapa de la situación política internacional para invertir las cosas y demostrar que no son los jóvenes fascistas, el bandidaje y la religión los que instalan esta situación de incertidumbre y violencia en la que nos hallamos inmersos, sino que –parafraseando a la Fedra de Racine–, “nuestro mal viene de lejos”. En el despliegue imperial destructor y vacío del capitalismo mundializado, es la ausencia de una política de emancipación que genere un espacio habitable para todos los jóvenes lo que crea la posibilidad del fascismo y de las alucinaciones religiosas. Se explica así –aunque, por supuesto, no se justifica– la base fundacional de la violencia aparentemente irracional con la que cotidianamente convivimos. Todo resulta muy triste y desesperanzador en estas poco menos de cien páginas, pero también aparece la certeza de que todo pensamiento nuevo surge de alianzas inesperadas, improbables, igualitarias y de que hay una juventud que no tiene ganas de instalarse en las figuras del binomio consumidor/asalariado, ni quiere quedar a la deriva en la desorientación capitalista, y con la fuerza de la época dorada de la vida, pretende ir mas allá.