LEJANIA BRASILEÑA
—No puedo culpar a la gen- —En Brasil nos sentimos aislados del resto del continente. Hablamos portugués, tenemos una cultur a muy propia y un país muy grande. Los brasileños no nos creemos latinoamericanos, aunque nunca me sentí un extranjero mientras estuve en Colombia… La verdad es que Brasil y Colombia tienen historias muy pare
cidas. Desde la esclavitud hasta el comportamientos de las elites. Así que estando allí trabajé con actores locales, mexicanos, argentinos y chilenos, sentí por primera vez que pertenecía a Sudamérica, y que era mi historia también. —Se ve a Escobar huyendo en su cacería. Escapa de La Catedral (su lujosa prisión de Antioquia) tratando de proteger a su familia. Es una familia contra el mundo. Pablo, Tata y sus hijos intentando ser normales, estando juntos, aun siendo familia de un terrible criminal. Grabamos diez episodios y habrá más temporadas. —No, por Dios (ríe). Jamás sentí que debía cuidarme. Nunca se nos acercó ninguno. Soy un artista que no tiene que preocuparse por esas cosas. Hablé con mucha gente que conoció a víctimas de verdad.
—Nunca quisiera estar en contra de nada que diga Ricardo Darín, porque para mí es un Dios. Aunque, Narcos sólo me dejó cosas buenas y la sensación de pertenecer a algo más grande que ser brasileño. El narcotráfico es una realidad gigante en Brasil y creo que en Argentina es igual. Ya tenía la idea de que la guerra narco era una guerra errada, una política de los Estados Unidos que se da sólo en países pobres. Hacer esta serie me hizo aprender tanto... Narcos me dio un sentimiento de pertenencia con lo sudamericano.