Los primeros wichis con título universitario
Cinco integrantes de la comunidad aborigen de salta se recibieron de enfermeros en abril. recorrían más de 70 kilómetros por día para estudiar. Tres de ellos ya están trabajando.
Durante tres años, el joven wichi Maximiliano Pérez recorrió a diario los 70 kilómetros que lo separaban de su casa, en un paraje en el sur formoseño; de Santa Victoria Este, en el norte de la provincia de Salta, con un único objetivo: convertirse en enfermero. El esfuerzo rindió sus frutos: se graduó en abril de este año y ya está trabajando en la guardia del hospital del pequeño municipio salteño.
En una de sus primeras intervenciones, le tocó estabilizar a un adolescente que llegó en muy malas condiciones tras un accidente de moto, y logró que recorra sin complicaciones los 160 kilómetros hasta el hospital de Tartagal. Pero el logro no es sólo profesional: “Desde que me recibí, me miran con otros ojos”, dice.
No es el único: junto a Marcos Cataldo, Ezequiel Sandoval, Ivone Ceballos y Marcela Rojas, se convirtieron en los primeros integrantes de pueblos originarios del país en recibir un título universitario. Mauricio Macri viajó a la ceremonia y les entregó los diplomas.
Los jóvenes pertenecen a las comunidades wichi y criolla, y recibieron su formación en la sede que la Universidad Nacional de Salta (UNSa) armó en la parroquia del pequeño paraje. “Hoy tenemos 120 alumnos, todos para enfermería, pero estamos viendo de generar un proyecto adicional, dentro de Los jóvenes wichi y criollos en su graduación (arr.) y en la parroquia donde estudiaron (ab.). Ciencias de la Salud, para variar la oferta porque desde que se recibieron los chicos –y hay unos 15 de las comunidades wichi y criolla a quienes les quedan entre una y cuatro materias para terminar– tenemos cada vez más consultas”, cuenta entusiasmado Cruz Carrizo, profesor de psicología evolutiva de la carrera, que depende de la sede Tartagal de la UNSa.
Hacia allí viajan los estudiantes para hacer sus prácticas, y durante el último año, las extienden a Salta capital, porque el centro de salud de Santa Victoria Este es de muy baja complejidad. La universidad se hace cargo de los tras- lados y pasajes, o les provee movilidad. “Ahora tenemos una camioneta propia, y los docentes también vamos y venimos cuatro o cinco días a la semana para alternar los tiempos de cada materia”, agrega Carrizo. Los alumnos vienen de las misiones vecinas –Alto la Sierra, Las Vertientes, La Paz, entre otras– y recorren, como Cruz o Cataldo, más de 30 kilómetros diarios para estudiar. “Eso facilitó las cosas para que veamos que hay un potencial enorme para crecer”, completa el profesor de la UNSa. Intercambio. Para Marcos ‘Manolo’ Cataldo –al que pares y profesores reconocen como “el más locuaz” de los cinco–, la ceremonia de graduación fue un momento “para pasar al frente”, como dice. Allí, frente al presidente, al gobernador de Salta, sus compañeros y vecinos, declaró: “Soy wichi
“Desde que me recibí me miran con otros ojos”, cuenta maximiliano Pérez “se convirtieron en ejemplos para la comunidad”, dice el profesor cruz carrizo
y para mí es un orgullo estar acá. Quiero decirles que lo conseguimos con esfuerzo y nosotros demostramos que se puede”.
Para su profesor, el logro de los jóvenes wichi y criollos modificó a toda la comunidad: “En Tartagal, todavía hay mucha discriminación. Pero en Santa Victoria, la misma gente vio que los chicos tienen una trayectoria exitosa. Maximiliano ya está nombrado, otros dos están a punto de empezar a trabajar. Y las chicas son ejemplos para las mujeres, que tradicionalmente están más relegadas”, enumera Carrizo. Y agrega que, desde lo académico, “la experiencia es muy interesante, porque nos sorprenden con su lógica de funcionamiento. Son de esos estudiantes que se quedan después de clase y preguntan hasta el cansancio”, resume.