Un boxeador olvidado
El 12 de octubre, en la Asociación Dante Alighieri de Cabildo 2772, se exhibirá la película La corona de hierro, de Alessandro Blasetti, una verdadera curiosidad por provenir de la Italia fascista. El título alude a una corona forjada con acero de espadas romanas y un clavo de la cruz en que crucificaron a Cristo enviada por el Emperador de Bizancio al Papa como ofrenda de paz. Gino Cervi y Massimo Girotti protagonizan la película, pero la rareza es encontrar en el reparto a Primo Carnera, un famoso boxeador hoy casi olvidado.
Carnera nació en Sequals, Italia, en 1906, con un peso de 8 kilos, lo que presagiaba que se convertiría en un hombre robusto (en su juventud llegó a medir 2.05 m y a pesar 125 kilos). En 1924 fue a trabajar a un circo en Francia y el promotor Leon See lo introdujo en el boxeo profesional. En sus comienzos, su recurso era la trompada fulminante, y le llevó bastante tiempo aprender la técnica y la estrategia de ese deporte para lucirse en el ring.
En su etapa norteamericana venció a varios boxeadores de segunda, pero su carrera se vio perjudicada cuando tuvo una derrota demoledora al enfrentarse con Jim Maloney, y tuvo que volverse a Europa y someterse a un entrenamiento intenso para per- feccionar su técnica. En su regreso a los Estados Unidos, en 1933, peleó contra Ernie Schaaf y le asestó una trompada que le provocó la muerte al tercer día, por lo cual lo apodaron El gigante asesino. En ese año participó en la película Mr. Broadway junto al boxeador Jack Dempsey, y protagonizó El boxeador y la dama, con Myrna Loy. Mientras tanto, tuvo su revancha contra Jack Sharkey y se coronó campeón, pero en 1934 fue derrotado por Max Baer, lo que inició su decadencia. En esa época hizo una gira sudamericana en la que visitó la Argentina y tiempo después abandonó el boxeo por la lucha libre.
El cine fue su modo de vida alternativo en películas como El talón de Aquiles, El príncipe valiente, El gran gorila y Hércules sin cadenas.
Primo Carnera murió en 1967 en el pueblo donde había nacido, a los 60 años. Su historia inspiró en 1956 el guión de la última película de Humphrey Bogart sobre la mafia en el boxeo titulada La caída de un ídolo.