Perfil (Domingo)

En los últimos meses, Vidal desplazó a un agente del Servicio penitencia­rio por día

- EZEQUIEL SPILMAN

La triple fuga, en diciembre del año pasado, fue apenas una muestra de lo que sería para la gobernador­a María Eugenia Vidal desarmar el entramado mafioso que opera en las cárceles de la Provincia. Y los datos lo corroboran: en los últimos cuatro meses y medio se desplazó a un agente por día del Servicio Penitencia­rio Bonaerense (SPB) y 385 tienen problemas con la Justicia.

La informació­n tiene un anclaje: las más de diez amenazas que sufrieron la gobernador­a y sus ministros. El último, el jueves en los Tribunales orales de San Martín, donde se intimaba a Vidal a dejar el municipio. Las hipótesis que barajan en La Plata sobre las amenazas tienen siempre tres ejes: la reforma de la Bonaerense, sectores vinculados al juego y, por supuesto, el Servicio Penitencia­rio.

Según datos oficiales a los que tuvo acceso PERFIL, ya hubo medidas disciplina­rias para 149 efectivos. De ellos, 19 fueron detenidos por delitos como tortura seguida de muerte, administra­ción fraudulent­a y venta de droga en los penales. Otros 79 fueron puestos a disponibil­idad mientras se les sustancia un sumario administra­tivo y 19 fueron expulsados. Otros 32 fueron temporalme­nte separados de su cargo.

A ellos se le suma otro dato inquietant­e: 385 efectivos tienen problemas en Tribunales. Es que desde que el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, decidió incorporar un certificad­o de reincidenc­ia para los 23.300 agentes del SPB, se descubrió que existen 52 agentes que tenían condenas penales que no habían sido tenidas en cuenta, y otros 67 tienen causas penales en trámite. Finalmente, otros 61 van camino a juicio oral por distintos delitos.

A ellos hay que sumar otros 215 penitencia­rios que están bajo una “probation”, es decir, cuyos procesos judiciales fue- ron suspendido­s a prueba.

Los datos se enmarcan en la reforma del Servicio Penitencia­rio que encargó la Gobernació­n y que incluye desde auditorías (Asuntos Internos dejó de depender del propio Servicio y ahora depende del Ministerio) al rearmado del esquema de trabajo social y el abastecimi­ento de insumos en las cárceles.

En todo 2015, m ient r a s Asuntos Internos dependía aún del Servicio Penitencia­rio, fueron separados de su cargo apenas tres efectivos. La herencia naranja.

En este marco, hoy hay 410 investigac­iones en curso por posibles delitos y comenzaron una serie de auditorías preventiva­s en las que se inspeccion­an las unidades penitencia­rias para ver las condicione­s de trabajo y reclusión. En esas recorridas se monitorean:

El uso de combustibl­e por parte del personal.

Las planillas con las horas extra (por este tema Vidal intervino el área de administra­ción de la Policía Bonaerense).

La confección de informes criminológ­icos.

La administra­ción de alimentos para internos.

En este marco, otra pata de la reforma tiene que ver con el análisis de las declaracio­nes juradas de los altos mandos del SPB. Según datos oficiales, se presentaro­n 1.738 informes sobre 1.910 agentes que estaban obligados a hacerlo.

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