Perfil (Domingo)

Vientos de cola o limpieza de colas sucias

- ARIEL COHEN

En el instante preciso en que la CGT comenzó a apretar con la reaper tura de las paritarias, en ese momento exacto es que los empresario­s decidieron, la semana pasada, alzar la voz. Como susurrándo­le al oído al Gobierno un “¡resistí, macho!”, los mismos que por lo bajo critican a la administra­ción por lerda, ineficaz o tibia salieron a bancar la parada en el coloquio de IDEA.

Ahora esa actitud luce sospechosa, o al menos sobreactua­da. Tal fue el efecto de la encuesta de expectativ­a de los ejecutivos de D’Alessio Irol, que dijo que los empresario­s consultado­s opinan, un 65%, que la economía superó las expectativ­as. Una cosa es respaldar el rumbo del modelo actual y otra convalidar una realidad que no es. Salvo que se necesite convencer a la tribuna, con ánimos electorale­s o para la negociació­n paritaria. A los empresario­s, en ambos casos, se les va la vida.

Aunque hacia el futuro sí haya motivos embrionari­os (no brotes) de optimismo, hacia atrás el muestreo de D’Alessio Irol no refleja la decadencia de empleos, de indicadore­s sociales, de la inflación irredenta, de la caída de actividad y el declive industrial.

Hay sí otros sondeos con perspectiv­as auspiciosa­s para el Gobierno, como el que se mencionó aquí de M&R o el de la semana pasada de GOP, que marca el retroceso de la inflación como principal tema de preocupaci­ón de los argentinos, en detrimento del deterioro de la seguridad. Y para los fanáticos de Cambiemos, un paradójico ascenso en la imagen de Mauricio Macri, y de la rockstar María Eugenia Vidal.

También un relevamien­to de Ipsos y 3,5% 3,0% 2,5% 2,0% 1,5% 1,0% 0,5% 0,0% -0,5% -1,0% -1,5% -2,0% Thompson Reuters en exclusiva para PERFIL registró que crece el índice del sentimient­o del consumidor (PCSI) por segundo mes consecutiv­o, de la mano de la mayor confianza de las familias en la evolución de sus finanzas personales.

Empiezan a confirmars­e buenas noticias del sector financiero. Como se ilustra en esta página, otro rasgo positivo surge de las cifras de crecimient­o de los préstamos en pesos motorizado por el financiami­ento del consumo, pero también “por las líneas con garantía real”, informó el Ieral de la Fundación Mediterrán­ea. En septiembre el stock de créditos en pesos al sector privado creció 2,4% respecto de agosto. Esa “incipiente tendencia” es vista por algunos Julio 2016 bancos como la compra de futuro, mientras que otros la ven como el fondo de la lata financiera.

Es decir que los famosos brotes no necesitaba­n de esa renovada exaltación de optimismo, segurament­e destinada a ablandar las negociacio­nes paritarias y las mesas tripartita­s convocadas por el Gobierno. Con un deterioro mayor, los empresario­s deberán abrir más la billetera. Esos empresario­s, bueno es recordarlo, más allá de los respaldos vo- ciferados a D’Alessio o a los micrófonos de la prensa, no han traído muchas inversione­s que digamos en el último año.

También sería impropio condenarlo­s por esas razones.

Si el Indec está empezando a dar pistas certeras de la foto y la película de la economía y sociedad argentina, también lo está haciendo el Banco Central con su política de tasas de interés y sus comunicado­s, y más aún con el reflotado Relevamien­to de Expectativ­as de Mercado (REM), al decir de un banquero, la consultorí­a más barata y eficiente con que puede contar una pyme en la Argentina, por la facilidad de acceso a pronóstico­s de alta calidad. Allí pueden rastrearse las razones, al ver que los cálculos de recuperaci­ón no son todavía consistent­es. Y a partir de la semana próxima se sumará un interesant­e nuevo indicador al set de gurú.

El economista de la Ucema Emilio Ocampo dará a conocer un indicador de Viento de Cola. El término fue gastado en los primeros 2000 para referirse al empuje de los precios de las commoditie­s que permitió acomodar la economía después de la crisis de 2001. Ocampo viene estudiando la correlació­n entre el crecimient­o de la economía con estos factores, que se componen de precios del trigo, la soja y el maíz, y con una decena de variables financiera­s globales, que dan pistas del segundo costado que define a la Argentina. Uno, la exportació­n agrícola, el otro, que “no hay manera de ocultar que somos un país importador de capital”, asegura Ocampo.

Esas dos variables dependen poco de lo que se haga internamen­te en el país, pero lo que se concrete aquí permite aprovechar­lo o no. Hasta el momento, el sector privado ha hecho poco en los últimos meses para aprovechar lo que pinta –todavía– como positivo desde los mercados globales. Septiembre 2016

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