UNA TRISTE NOTICIA
Primero introduce, para los futuros manuales de historia, una jerarquización moral de la corrupción: diferencia entre “gobiernos cortos y gobiernos largos” y entre aquellos que tienen “poca plata” o “mucha plata”. Cuando el barco empieza a hundirse afirma, de forma aporética, que es un mal internacional y que existe en todo el mundo. Luego da un salto al vacío y dice que sin corrupción no habría obra pública (“…problema para que alguien te firme una licitación”). Al pasar afirma, tratando de salvar la ropa, que “ningún gobierno es perfecto”. Cuando el reportaje ya lo está tapando, mete un amague y define los problemas judiciales del kirchnerismo como una mera acción con “muchísima mala fe de operadores judiciales, de fiscales, y de jueces”. Es decir; que como la corrupción existe en todo el mundo (y nosotros, obviamente, somos parte del mundo), que como es intrínseca a la obra pública (y nosotros queremos obra pública), que como nadie es perfecto (y nosotros, claramente, somos personas) no podemos condenarla sin antes haber mensurado las políticas públicas del gobierno. ¿Aplicará este particular razonamiento para calificar al gobierno actual? Lic. Sebastián Carballo sebas_carballo@hotmail.com Después de 140 años continuos de publicación como diario, The Buenos Aires Herald, uno de los más antiguos del país, acaba de transformarse en semanario. Casi todos sus periodistas han perdido sus empleos y su futuro es absolutamente incierto. Si bien todos los medios impresos en el mundo están sufriendo transformaciones en esta era digital, el triste camino que ha tomado el Herald fue sin duda acelerado por los últimos tres dueños que lo manosearon, después de que fuera vendido en 2007 por el Evening Post de Charleston, Carolina del Sur, que fue su propietario a lo largo de cuarenta años. Primero lo compró Sergio Szpolski para el Grupo 23, que un año después lo vendió a Ambito Financiero, despojado de su valioso edificio y maquinaria de la calle Azopardo. A principios de 2015, en paquete con Ambito, fue adquirido por el Grupo Indalo, o sea por Cristóbal López. Entre estos tres propietarios, el noble e independiente Herald, el heroico diario dirigido durante tantos difíciles años por el tan reconocido Robert Cox, fue transformado en un vulgar pasquín al servicio de los Kirchner, que sobrevivía gracias a la publicidad oficial que se le brindaba. Y esta droga fue matándolo, con una reducción permanente en su circulación. Lo que hoy ocurre, justamente cuando Argentina se abre